Tomada de Canva
Por la periodista ciudadana Aniuska Paredes
May 8, 2023 | 1:30 PM
Para los cubanos contemporáneos no hay un aparato industrial en la Isla que haya generado tanta ansiedad, por sus altos y bajos, que la termoeléctrica matancera Antonio Guiteras, o el fantasma de los apagones, alias por el cual se le conoce en el argot popular debido a su poder de apagar.
Es ese el bloque de generación energética con más potencia instalada en el país –de ahí el hueco que causa con cada salida–, que un día está de buenas y otro amanece con el “moño vira’o”, como dice la gente en la calle.
Pero, a esa incertidumbre contribuye en alguna medida los medios de comunicación oficialista, que en su empeño de alejar del subconsciente colectivo el aura de los apagones se enreda en las noticias que dan.
El 30 de marzo en el Noticiero de la Televisión cubana (NTV) se anunció, desde la misma industria matancera, que después de haber salido el 24 de febrero último del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) por avería, a finales de mayo el bloque volvería a sincronizar con la red. Sin embargo, esta aparente buena noticia trae una cola, algo al final, que mueve el ocaso de la nota como perro sato: terminando el año 2023 la industria se someterá a una reparación capital que tomará no menos de seis meses.
La de cal, al fin el régimen comprendió que no es factible, desde el punto de vista político, sacar a este monstruo de la generación energética en meses de verano, cuando el calor hace insoportable la vida. Raso, se puede caer la dictadura. Ya el régimen no está en condiciones de imponer su voluntad, como hasta la fecha ha sido costumbre, de machacar a placer a los cubanos. Todo indica que ahora valora las posibles consecuencias.
Los cubanos no están en condiciones de volver a soportar noches enteras tirados en los portales esperando el fin del apagón de turno. Tampoco que los pocos alimentos que se tienen de deterioren por falta de refrigeración en meses calurosos.
La de arena, que la incorporación de la Guiteras en mayo no es garantía de ausencia de apagones, desde mayo hasta fin de año. En la misma cola de la nota reposa el infortunio: hasta que la industria no se someta a la reparación capital de fin de año el fantasma de la avería estará presente.
Como se aprecia, la incorporación de la planta en el quinto mes del año no es una esperanza total, es una semiesperanza. La puerta se quedará abierta, en cualquier momento ellos pueden regresar. ¡Apagones!
Publicado originalmente en la edición 212 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, Amanecer Habanero.