Sala de maternidad del Hospital Ginecobstétrico Docente José Ramón López Tabares. Matanzas. (Cocodrilo Callejero - ICLEP)
Por el periodista ciudadano Alexis Triana Roque
Nov 22, 2022 | 8:55 AM
Matanzas, Cuba - -Cuando en cualquier parte del mundo constituye un derecho de ambos padres estar presentes durante el nacimiento de un niño, en el Hospital Ginecobstétrico Docente José Ramón López Tabares, a los padres no se les permite conocer a sus hijos recién nacidos y bajo estas circunstancias tienen que inscribirlos.
Para la población no es entendible que, si esta medida fue fundamentada por la crisis epidemiológica de la COVID-19, aún se mantenga. También se prohíbe el acceso a cualquier familiar no acompañante, aun cuando el contexto de la pandemia ha cambiado en la provincia.
“Cuando parí me pasé 48 horas en el hospital y el papá de la niña tuvo que esperar que saliéramos de alta para conocerla, pero mi hermana se pasó 15 días ingresada, tuvo un solo acompañante y su esposo durante todo ese tiempo no pudo conocer a su hijo”, contó la matancera Anyela González, quien dio a luz el pasado mes de octubre y reside en Calle San Agustín.
También agregó, que los médicos alegan que es por proteger la salud de las madres y el bebé por todos los virus e infecciones que los familiares pueden traer de la calle, “pero la higiene. en el hospital es pésima”. “El personal de salud sale a merendar a la calle y regresa sin usar nasobuco. La ley no es pareja para todos”, afirmó,
Un custodio del centro hospitalario, que prefirió no identificarse por temor a represalias, aseguró que cuando se permitían las visitas y el ingreso de los padres a la institución era un problema.
“Muchos querían entrar en el hospital a cualquier horario, otros fumaban en las salas de las paridas, otros venían borrachos. Esta medida no es solo de este hospital, en otros maternos también se cumplen”, añadió.
A pesar de lo complejo del asunto, la institución de salud debe buscar alternativas para hacer viable que los padres estén presentes en las primeras horas de vida de sus hijos, pues el control sanitario no puede quitar un derecho de la paternidad responsable.
Publicado originalmente en la edición 186 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, Cocodrilo Callejero.