El preso político Luis Robles Elizástigui, condenado a cinco años de cárcel por los supuestos delitos de “propaganda enemiga” y “desobediencia”, fue amenazado por la Seguridad del Estado debido a las constantes denuncias que hace su madre a través de las redes sociales exigiendo su libertad.

Yindra Elizástigui Jardines, madre del joven guantanamero, denunció que el pasado 5 de octubre su hijo en una llamada telefónica le dijo que un agente de la policía política fue a verlo al campamento de trabajo correccional “La Lima”, en el municipio Guanabacoa, y lo amenazó con que “se tomarían medidas drásticas con él” si ella continuaba denunciando la situación de su hijo.

Según declaró a CubaNet, el agente le advirtió a Luis Robles “que si ella no se callaba la boca, tendría consecuencias sobre él”. Yindra Elizástigui reaccionó indignada ante la amenaza “por estar molestando a una persona que está tratando de pasar el tiempo que le queda de este injusto encarcelamiento tranquilo, él va allí a desestabilizarlo amenazándolo con su madre”.

“A mí ninguno de mis hijos, porque así le dijeron a Luis, que él era quien insistía para que yo denunciara, ninguno me manda a denunciar, lo hago porque es el arma que tengo para luchar contra las injusticias que se han cometido contra ellos, principalmente con Luis, que ya bastante ha sufrido en cuatro años de injusto encarcelamiento”, recalcó la madre, que sufre también la encarcelación de su otro hijo Lester Fernández, quien se encuentra cumpliendo prisión en Valle Grande acusado del supuesto delito de “atentado” a un oficial de la policía.

“No me voy a callar y mientras tenga que denunciar lo haré. Si soy yo la que molesto por mis denuncias, yo estoy aquí, cambio mi libertad por la de mis hijos. Mientras Dios me permita hablar yo seguiré denunciando y luchando por la libertad de ellos”, aseguró Yindra Elizástigui.

Luis Robles Elizástigui fue condenado a cinco años de privación de libertad por protagonizar en diciembre de 2020 una protesta pacífica en el Boulevard San Rafael con un cartel en el que exigía la libertad del rapero contestatario Denis Solís que en ese momento estaba encarcelado.

Mientras cumplía su sanción en el Combinado del Este, antes de ser enviado al campamento de trabajo correccional, el preso político fue víctima de acoso por parte de un oficial penitenciario y le fue negada la atención médica. Pese a corresponderle el beneficio de libertad condicional, este también le fue denegado.