Foto de Ricardo IV Tamayo en Unsplash
Por la periodista ciudadana Aniuska Paredes López
Sep 21, 2024 | 10:00 AM
En ocasiones, con mirada sesgadas solemos referirnos a la epidemia que representan los apagones que afectan a la Isla desde hace años. Nos enfocamos únicamente en la falta de energía cuando dificulta la cotidianidad, pero hay algo más poderoso: el apagón es falta de luz en la vida de los cubanos.
Falta de luz en el alma de la patria. Es cierto que aquí en La Habana los cortes eléctricos son menos, debido al siempre temor del régimen a la latencia de la rebeldía en la capital, ciudad de más de dos millones de habitantes. No obstante, de nuestros hermanos en provincias nos llega secuencia y calvario del proceder abusivo de las autoridades.
Cuentan los cubanos allende la patria profunda, donde más las palmas hablan de Cuba, donde es doble el ensañamiento de la dictadura con la gente de a pie, que el tercer domingo de junio, Día de los Padres, resultó una jornada aciaga. Nadie sabía cuándo quitarían la electricidad, si la iban a cortar o si era día franco de apagón.
El descontrol de las autoridades que no respetan ni su propia programación de cortes de fluido eléctrico es llamado por especialistas callejeros, los que desde hace años cargan el peso del abuso, como el “síndrome pre-post apagón”.
Antes del apagón nadie sabe cuándo sobrevendrá el corte y después de este en qué momento se restablecerá el fluido. Hay que estar siempre alertas, ni dormir en paz se puede teniendo energía; en cualquier momento la quitan y de no desconectar los electrodomésticos, un restablecimiento de alto voltaje sería fatal.
Pero, cuando no hay, igualmente en vela para enchufar el refrigerador y así conservar los pocos alimentos que se tienen. “¡Qué susto el Día de los Padres! Nada podíamos celebrar en familia. En cualquier momento la quitan. Fue un Día de los Padres, sufrido”, dijo el progenitor de un amigo desde el oriente del país.
Situaciones estresantes como estas se viven a diario a lo largo y ancho en toda la Isla. ¿Qué ser humano tiene vida así? ¿Dónde está la esperanza de crecer en la única oportunidad como hombres dignos y no como animales en esta tierra?, en medio de una situación que se ha mantenido por años; y en nombre de una ideología fracasada, que reduce al individuo a una marioneta del Gobierno.
Lectores capitalinos, dicen quien más sufren los desmanes del régimen, la gente de provincia, nuestros hermanos, que el apagón es más que fallo de energía, es falta de luz en la vida de los cubanos; y la luz de la patria es nuestra responsabilidad, nadie la regalará.
Publicado originalmente en la edición 244 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, Amanecer Habanero