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Opinión
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Hasta Hitler – con su Gestapo- fue mejor que los Rastro (Los esbirros traicionados)
Mar 11, 2021

Hasta Hitler – con su Gestapo- fue mejor que los Rastro (Los esbirros traicionados)

por Esteban Fernández

Todo fue color de rosa para ellos. No tenían ningún mérito en la lucha contra Batista, pero eso fue absolutamente perdonado y ocultado. Habían sido delincuentes comunes o vagos consuetudinarios, pero eso quedaba relegado ante unos gritos y aspavientos de “¡Viva Fidel!”.

Todas las injusticias cometidas por ellos eran justificadas ante sus ojos gracias a la envidia y odio por todo el que había triunfado. De delincuentes, de marihuaneros, para sorpresa de todos y de ellos mismos, pasaban a ser policías, soldados, chivatientes, milicianos y hasta comisionados municipales.

De sentirse marginados por la sociedad pasaban a ocupar un puesto gubernamental. De lumpen pasaban a tener un carnet del G2 y una pistola en la cintura.

¿Trabajar? No, no tenían que trabajar, sólo actuar como si estuvieran haciendo algo, perseguir a todo el que se rebelaba o al católico que rezaba en una misa, chivatear a todo el que les luciera sospechoso de algo, o a quienes desde niño les envidiaban hasta una bicicleta un 6 de enero.

Un alarde de cortar caña, participar en un mitin relámpago en un parque, arrestar a un vecino, poner delante de su fachada un letrero de "Comité de Defensa", les otorgaba la distinción de recibir unas migajas más que el resto de la población.

¡Qué insana alegría la de entrar en la casa de un envidiado coterráneo, hacerle un inventario, registrar todo, y abusar de una familia que su único delito era intentar salir de aquel infierno!

Al pariente, al amigo de la familia, al benefactor que les había dado la oportunidad de laborar en su negocio, ahora les pagaban alegrándose del robo de la empresa y aceptar con orgullo los cargos de interventores.

De carteristas, expendedores de drogas, jamoneros en los molotes, pasaban a fajarse por recibir unos pesos más si participaban en las escuadras de fusilamientos, guarda fronteras que asesinaban a quienes deseaban buscar la libertad como en Cojimar, a ser guardias abusadores en una de las cien mil cárceles que ahogaban a los ciudadanos a base de torturas y bayonetazos.

Con una facilidad que daban ganas de vomitar gritaban “Paredón”, escupían a las monjitas que echaban del país, y derriban las efigies de los Santos en todas las iglesias del país.

Pero un día aciago (aciago para ellos) la URSS se fue a la bancarrota, la nación se vio sumida en la más absoluta miseria, y un grupo pequeño de mayimbes y pinchos quisieron mantener sus grandes privilegios. Y los sacrificaron a ellos.

La salvación, la forma de mantener la piñata, era acudir a aquellos que había sido abusados y habían escapado, y sacrificar, lanzar en las hogueras a los abusadores. Y los esbirros de quinta categoría quedaron relegados y abandonados a su suerte. Eran absolutamente desechables.

Llegaron a la Isla rozagantes y triunfantes los que ellos habían convertido en parias, en víctimas de miles de abusos.

Con dinero, trayendo divisas, y pudiendo entrar en playas, paladares, diplotiendas, lugares de diversión, Tropicana, Varadero, la Bodeguita del Medio, hoteles de lujo, a los cuales ellos no tienen ni derecho a barrer los pisos allí.

Los obligaron a besarles el trasero a "los gusanos convertidos en mariposas" que ellos habían despedido con gritos de “¡Qué se vaya la escoria, no los necesitamos, no los queremos!”

Y recorren todos los pueblos de la isla con las ropas harapientas, pedigüeños, sin recibir ayuda médica, sin tener amigos en el extranjero que los socorra. Y aquellos esbirros como "Escaparate" (en la foto) y Elio Guevara que tanto daño me hicieron les dicen a los visitantes: “¡Dile a Estebita que hizo muy bien en irse!”.

Se han reproducido como las cucarachas, existen muchos nuevos apapipios, pero que se miren en ese espejo porque tarde o temprano correrán con la misma suerte y serán desechados de igual forma.

Y no se sorprendan con lo que les voy a decir: ¡Ni Hitler le hizo eso a sus tropas de choque ni a su Gestapo!

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Nieto de Fidel castro, en el lujo capitalista y el pueblo en la miseria socialista
Mar 9, 2021

Por Dr. Oscar Elías Biscet

Alguien que no conocía Cuba preguntó asombrado por qué tanta gente estaba esperando los alimentos o las medicinas si están normados para cada persona según sus necesidades. Por supuesto, era la primera ocasión que el forastero se encontraba de visita en Cuba y aunque conocía de las vicisitudes de los isleños, pudo constatar de primera mano el imparto de la escasez y las colas desencadenados por el régimen socialista cubano.

Sin embargo, lo más difícil de esta situación de escasez es que esas colas para adquirir las medicinas y los alimentos se hacen desde la noche anterior y muchas veces varios días. Los consumidores se esconden dónde pueden por las noches. Yo he visto videos en la red sobre personas subidas en los arboles esperando el amanecer, porque pueden ser arrestados y multados por la policía. Lo más deprimente de esa caótica situación es la presencia de los ancianos y en muchas ocasiones no pueden adquirir los medicamentos racionalizados pues se agotaron por la escasa distribución.

Mientras esta situación de pobretería social por una crisis económica crónica agudizada (contracción de la economía en un 11% el año pasado que no se observaba hace 30 años), donde la gran mayoría de los cubanos está en la marginalización de las riquezas y la cúpula gobernante del Partido Comunista de Cuba disfruta ampliamente de las mieles del poder. Estos son los que dicen desear erradicar la pobreza en la sociedad y, a la verdad, se refieren a ellos, pues elevan su fortuna mal habida e igualan en la miseria a la gente en el país.

Recientemente las redes se hicieron virales con la difusión de un video donde el nieto del tirano Fidel Castro, Sandro, exponía desvergonzadamente la opulencia que goza. Se refería a su auto de lujo Mercedes Benz y dijo: “Tú sabes que somos sencillos, pero debes en cuando hay que sacar estos jugueticos que tenemos en casa”. Y a exceso de velocidad avanzaba por la carretera y siguiéndole competitivamente con su lenguaje vulgar. Este grandulón relleno de vanaglorias por su juguetico, sin embargo, los niños cubanos no tienen juguetes en todo el año e incluso, ni el Día de los Reyes, su propio abuelo, el tirano Fidel Castro, lo borró del almanaque cubano.

Mientras el nieto de Fidel hacia alarde de codicia, la mayoría de los cubanos no poseen autos y muchos médicos, maestros e ingeniero no tienen carros ni para asistir a sus trabajos en Cuba. Incluso los pocos que adquirieron esa propiedad tuvieron que salir a las misiones internacionales, exportación de las diferentes profesiones por el estado, y dejar sus familias por varios años, bajo la vigilancia y secuestrados por el régimen para garantizar sus regresos a la isla. Estoy seguro por la práctica diaria que el 90 % de estos profesionales no son poseedores de automóvil.

Por supuesto, el lujo excesivo de Fidel Castro, su hermano Raúl, y sus secuaces más allegados del régimen se hicieron más evidente con el paso de los años y el deterioro progresivo socioeconómico en el país. La deserción de personar del servicio de seguridad de estas figuras de la nomenclatura, quienes revelaron al público la falsa modestia en que vivían y que sus riquezas y derroches podían sobrepasar a la de cualquier dueño de negocios legales de países capitalistas y libres.

El tirano Fidel Castro fue clasificado entre los mandatarios más rico del mundo por la lista de Forbes. Según esta revista económica, Fidel dejó a su muerte una inmensa fortuna de 900 millones de dólares. El dictador Castro negó tal afirmación sobre su fortuna y dijo que no tenía ni un dólar, cuando uno analiza esa respuesta comprende que es una verdad corrompida, porque es cierto de que no tiene en posesión un dólar sino millones de dólares ocultados por sus testaferros en los bancos del mundo. Esta opulencia se debió al secuestro de un país y sus acciones corruptas nacionales e internacionales que convirtieron a Cuba en un narco-Estado.

El régimen castrosocialista en sus seis décadas de usurpación del poder del país, comenzó la comercialización de automóviles en la isla, hace alrededor de 6 años, en el 2014. Y aunque el acceso a ese comercio es abierto a cualquiera persona, por los elevados precios, en monedas extranjeras, libremente convertibles, y al contado o sea sin créditos, los profesionales de la salud, educación o cualquier otra especialidad o simples trabajadores, no pueden obtener estos equipos automovilísticos y sería un sueño irrealizable para toda su vida.

En la lista oficial de precios y autos disponibles de la empresa CIMEX para la venta en Cuba, su única agencia comercial está en el municipio playa, en la capital del país. Los precios oscilan desde 13 mil (BMW) a 236 866 MLC (Peugeot). La variedad del producto es escaza, alrededor de 14 tipos, ninguno es Mercedes Ben clase A, 2021, su valor, 35 mil dólares, puede comprarse a créditos en EEUU. Además, imposible para un cubano trabajador, su salario medio ronda los 37 dólares (879 pesos), que en este tiempo no alcanza ni para alimentar a la familia.

La actitud deplorable de Sandro, hizo decir a un familiar de él, que era una papa podrida, mostrándolo como el único problemático de la familia, y en realidad la conducta de máxima podredumbre comenzó con Fidel Castro y su hermano Raúl, cuando se robaron el país y destruyeron la libertad de la nación. El ejemplo más evidente es la expulsión de los inquilinos del Barrio más lujo de Cuba, el Country Club, en La Habana, y la ocupación de sus hermosas mansiones por Fidel, su familia y secuaces más cercanos.

Por eso, todas esas gentes son continuidad del castrocomunismo; porque desean mantener privilegios al estilo del nieto del tirano Fidel Castro, sustentados en la depauperación y humillación del pueblo cubano e indisolublemente unidos al régimen. Sandro, quien es un empresario y DJ, es propietario de Efe Bar Cuba, el Fantaxy y el bar Espacio La Habana, todos en la capital cubana. Claro está, ningún simple ciudadano cubano pudiera tener esos privilegios de vida lujosa en la Cuba socialista. Quizás estos negocios serían una forma de completamiento de un blancamiento del dinero sucio. No obstante, la verdad se definirá con la jurisprudencia en una Cuba libre y democrática.

Si bien deseo que cada cual pueda disfrutar de lujos resultados de su intelecto y trabajo. Por lo que los cubanos debemos luchar para desintegrar la tiranía castrista y que la población con sus talentos y esfuerzos, en libertad intelectual y económica, pueda prosperar hasta el máximo nivel de desarrollo en la sociedad y todo ese bienestar sea el reflejo de una sociedad libres y democrática en los valores de libertad y justicia con el renacer de la República de Cuba.

Cortesía La nueva Nación

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Una realidad más allá de los medios de comunicación del régimen
Mar 9, 2021

Publicado originalmente en la edición 103 del medio de comunicación comunitario del ICLEP El Espirituano

Una realidad más allá de los medios de comunicación del régimen

Por la periodista ciudadana Magalis Santana

Hay un dicho popular que dice que una mentira repetida muchas veces llega a convertirse en una verdad, y en eso son unos maestros los medios de comunicación de la isla y todo el andamiaje político del régimen montado tras bambalinas.

Las reiteradas intervenciones y campañas de descrédito orquestadas contra líderes y organizaciones de la sociedad civil cubana opuestas al régimen castrense, han pasado más allá de lo permisible y aceptado en una sociedad democrática, que no es el caso de Cuba.

Antes del 26 de noviembre los medios de comunicación del régimen cubano nunca abordaron con tanta violencia contra las fuerzas contestarias al sistema político cubano, después de esta significativa fecha la escalada mediática parece no concluir y esto obedece a varias razones, que se esconden tras el show que ofrecen en los medios oficialistas cubanos, cuestiones que merecen un análisis más preciso para desentrañar una realidad no vista por muchos.

Más allá de enfrentar a la presión social dentro de la isla, el gobierno cubano trata de evitar cualquier apoyo o simpatías de la población hacia estas fuerzas de cambio, que ya han comenzado a preocuparle, porque se han convertido en un catalizador del cambio y han logrado atraer la atención de amplios sectores del pueblo, pese a lo que muchos pretendan ignorar.

El uso de una fraseología de un discurso bien elaborado y diseñado desde la élite de poder, lenguaje que poco disimulado es un mensaje de advertencia, más que una información mediática. Este es un procedimiento ya viejo en la estrategia oficial.

Una mirada crítica al montaje mediático permite ver como el ensañamiento contra líderes opositores, es una de las prioridades del sistema, esto no es una excusa. Para quienes son capaces de mirar más allá de las apariencias en Cuba existe una situación sociopolítica propicia para el cambio, que se expresa en un empeoramiento por encima de lo normal de la situación de miseria y penalidades de las masas, se está manifestando una crisis estructura del poder político del régimen, los de abajo no quieren ser gobernados como antes y los de arriba ya no pueden mantener ese poder, por ello la ofensiva, intentando una línea divisoria contra el liderazgo popular dentro de Cuba.

El último show mediático que involucraba a menores de edad, no convence mucho, la falta de coherencia se presta para un torpe montaje, pero más allá de esto se ve una arista oculta y es sencillamente clara: la oposición directa al régimen cubano sigue ganando simpatizantes y eso es lo que quieren evitar, solo hay que aprender a verlo.

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Evitando lo inevitable
Mar 5, 2021

Publicado originalmente en la edición 57 del medio de comunicación comunitario de ICLEP Páginas Villareñas.

Evitando lo inevitable

Por la periodista ciudadana Lisandra González

Por estos días de nuevo confinamiento. Todos los ciudadanos que residimos en la ciudad hemos observado un incremento notable de la presencia policial en los lugares donde existe gran afluencia de público, colas en tiendas, carreteras, parques y hasta los barrios más humildes, están fuertemente custodiados, los agentes se mantienen día y noche observando todo lo que se mueve y se toman atribuciones que muchas veces están fuera de la ley.

Piden la documentación a todo el que les parezca, registran y husmean en bolsos, maletas o carteras privadas en plena calle, incluso a riesgo de contraer la Covid, todo sin motivo alguno y en la gran mayoría de las ocasiones de una manera violenta o prepotente y por supuesto sin el consentimiento de los propietarios. Solo pareciera que quieren que las personas sientan miedo y se queden en sus viviendas tranquilos sin salir a las calles.

Los cubanos desgraciadamente tenemos que salir todos los días a las calles para sobrevivir, compramos y vendemos productos de primera necesidad que es imposible adquirir por la vía normal en establecimientos y puntos de venta estatal debido a la crisis permanente que vivimos, jabón, aceite, carne, ropa y hasta medicamentos son comercializados de esa manera, y en plena pandemia hay que salir a buscar lo que el gobierno no garantiza.

Por estos días aguantamos todo tipo de humillaciones de agentes del orden corruptos que ni siquiera se cuidan a la hora de atropellarnos, nos insultan, faltan al respeto y nada se puede hacer contra eso.

Cualquier persona común pudiera pensar que estas actuaciones y la fuerte presencia policial pretenden protegernos del mortal virus, desgraciadamente la realidad es otra, su único y verdadero objetivo es que no salgamos a la calle y con ello evitar protestas masivas por la gran crisis que vivimos. Muchas protestas contra el gobierno se han generado en aglomeraciones de personas que explotan ante la imposibilidad de conseguir un producto de primera necesidad, y esto el régimen gobernante en este país lo sabe muy bien.

Muchas multas y decretos son aplicados por los agentes de la ley solo con el propósito de cumplir una meta y de meter miedo, detienen a ciclistas y peatones que no cometen violaciones, solo para realizar trabajo psicológico e implantar el terror en la población. Muchos ejemplos como estos pueden palparse en el día a día de los cubanos, las leyes solo son utilizadas para el beneficio de una minoría y siempre con el objetivo de perpetuar en el poder a un grupo de corruptos.

Perder el miedo es el único camino que nos queda para apurar lo inevitable.

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El futuro de nuestros viejos
Mar 5, 2021

Publicado originalmente en la edición 103 del medio de comunicación comunitario del ICLEP El Espirituano

El futuro de nuestros viejos

Por el periodista ciudadano Fauri Martín

Cuba es hoy uno de los países que presenta los mayores índices de envejecimiento de la población a nivel internacional y dentro del área de América Latina. Según refieren y reconocen estadísticas oficiales del régimen el 20,6% de la población cubana ya tienen más de 60 años. Esta dinámica demográfica comienza a preocupar a muchos cubanos, quienes ven en peligro el futuro, calidad de vida y bienestar general de este grupo etario vulnerable, y más en medio de la compleja situación socioeconómica que enfrenta la isla, después de iniciada por el régimen la mal llamada tarea reordenamiento, proceso de ajuste que ha convertido la vida de la población en un verdadero campo de batalla para lograr sobrevivir.

En este difícil escenario de crecientes limitaciones y carencias se desenvuelve la vida de nuestros ancianos. Como cubanos que somos y el sentido de amor y respeto que tenemos por la familia, nos preocupa a todos como sobrevivirán nuestros viejos, por llamarles cariñosamente de alguna manera, a la política restrictiva del sistema político cubano, y sobre esta preocupante es que se hace necesario dialogar.

Cuando en enero del 2021 se aplicaba en la isla el asfixiante paquetazo oficialista, algo estaba bien claro, ninguna política de reformas económicas en Cuba ha resuelto problema alguno y menos el de garantizar la seguridad de los grupos vulnerables dentro de la sociedad.

Muy ajeno al discurso oficial, de que en Cuba nadie quedará desamparado, la población de la tercera edad está enfrentando una situación extremadamente difícil, la falta de alimentos básicos, las escasas pensiones, que malamente dan para pagar en servicio eléctrico y medicamentos cuyos precios también han subido, unido a los altos precios de productos y servicios sociales han empobrecido considerablemente a esta población longeva.

El discurso oficial, en relación con este grupo etareo, no ha pasado de una retórica llena solo de promesas que parecen no cumplirse.

Basta una mirada a cualquier calle de la isla para contrastar la realidad entre lo que realmente sucede y lo que se promete. Por doquier pululan ancianos mendigando, hurgando en basureros, tirados en espacios públicos esperando que pase un buen samaritano que le extienda su mano y le ofrezca una moneda para comprar algo de comer.

Otros tantos dependen y viven de la misericordia de algún familiar allegado, para quienes llegan a convertirse en una carga, que muchas veces termina con el internamiento en un asilo. No podemos voltear la cara a un lado y la verdad es dura, aunque duela, pero el futuro de la tercera edad en la isla es incierto y al régimen parece no importarle, su mirada solo está puesta en salir de la crisis actual. Que socava las bases del poder político.

Nuestros viejos hoy están esperando porque su vida se tome en cuenta.

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Esperando por los buenos sentimientos
Feb 28, 2021

Publicado originalmente en la edición 57 del medio de comunicación comunitario del ICLEP Páginas Villareñas.

Esperando por los buenos sentimientos

Por la periodista ciudadana Rachel García

Vivimos en una sociedad extraña donde los sentimientos negativos por desgracia han triunfado sobre los positivos, casi todo lo que se hace termina mal y al final a muy pocos les importa. De una u otra manera, la apatía el desinterés y la chapucería han llegado para quedarse en nuestras vidas, lo que por supuesto hace todo cada día más difícil, y más sombrío sin que se observe una luz en el horizonte.

Todo esto provoca que la vida en este país y sobre todo en los centros de trabajo para muchos transcurra de manera robótica y que sentimientos muy humanos como el deseo de superación y de hacer las cosas bien por solo poner dos ejemplos prácticamente hayan desaparecido, dando espacio a la mentira y a la justificación por todo lo que se hace mal.

A todo esto, se agregan rasgos como la incompetencia, descontrol, el facilismo o la permanente y muy criticada burocracia, que para nuestro asombro sigue floreciendo para tormento de muchos y beneficios de unos pocos, que la aprovechan y alimentan con tal de sacar ganancias y beneficios personales.

Casi todo atenta contra el progreso, consignas ideológicas con más de sesenta años que ya nadie entiende pero que siguen anunciándose para aparentar un falso apoyo al régimen gobernante, o el enemigo omnipresente que siempre está ahí para echarle la culpa de todo, esto las grandes multitudes todavía no lo cuestionan, por lo menos abiertamente.

Los formalismos, justificaciones y la falta de exigencia de la sociedad en general ante lo mal hecho y los sentimientos negativos, facilitan el trabajo de los manipuladores, aprovechados y los mediocres que permanecen en el poder.

Los problemas sociales aumentan cada día y con ellos los sentimientos de odio y conformismo, primero agredimos o pasamos por encima de un vecino en una cola para comprar un producto deficitario, que criticar al verdadero responsable de nuestros problemas, el régimen gobernante.

También preferimos seguir luchando o robando en nuestros centros de trabajo antes que salir a las calles a exigir al gobierno, resultados que nos beneficien de verdad, o por qué no, su renuncia inmediata.

La historia escrita en estos últimos sesenta años demuestra que los sentimientos de todo un pueblo se pueden manipular y utilizar para el beneficio de una clase dominante, seguir aguardando o creyendo por lo prometido, parece un asunto irracional.

Todavía estamos a tiempo de regalarles a nuestros hijos o nietos, un futuro de oportunidades verdaderas y reales en el que los buenos sentimientos vuelvan a florecer.

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Patria, vida, muerte y el ejemplo de Fidel
Feb 25, 2021

Por Frank Calzón

Es triste reconocer que las declaraciones y las proclamas contra las nuevas generaciones que demandan el cambio y se niegan a emigrar, tienen un rancio olor

La canción “Patria y Vida” ha tenido tal impacto que el régimen no ha podido ignorarla. Es una contrapropuesta a la narrativa de “la continuidad” del régimen: más hambre, miseria y muerte. Es un himno a la esperanza y a la libertad, una respuesta que ha conmovido los cimientos del partido y un reto a la trágica consigna de “Patria o Muerte” del desaparecido dictador.

La frase de Fidel repetida hasta el cansancio fue un esfuerzo castrista para desvirtuar el pensamiento de José Martí: “Patria es comunidad de intereses, unidad de tradiciones, unidad de fines, fusión dulcísima y consoladora de amores y esperanzas”. Y también: “Un pueblo está hecho de hombres que resisten, y hombres que empujan: del acomodo que acapara, y de la justicia que se rebela: de la soberbia, que sujeta y deprime, y del decoro, que no priva al soberbio de su puesto, ni cede el suyo: de los derechos y opiniones de sus hijos todos está hecho un pueblo, y no de los derechos y opiniones de una sola clase de sus hijos”.

Un examen de la historia por décadas tergiversada por el régimen demuestra la falacia doble del concepto: la patria de que hablaba el Líder Máximo poco tenía que ver con las luchas por la independencia ni las raíces de la nacionalidad. En cuanto a morir, para Fidel era el lógico destino de los jóvenes soldados que enviaba a matar y vencer, o en su defecto a morir, en África al servicio de los diseños imperiales de la Unión Soviética. El grito del dictador de “morir, antes que retroceder” demostró ser una mentira más del embustero-en-jefe.

Fidel retrocedió en el Moncada, dejando abandonados a la muerte a sus compañeros, mientras que la Iglesia le salvaba la vida. Durante el Bogotazo, la sublevación en la capital colombiana a donde había acudido para asistir a un congreso estudiantil financiado por Juan Domingo Perón, Fidel alentó a los colombianos a asaltar estaciones de policía, sin darle mucha importancia al costo en vidas humanas. Años después, Guillermo Belt, el embajador cubano en Bogotá durante los disturbios me relató como el joven Castro busco refugio en la embajada. El embajador, que después de la revolución castrista partió al exilio con su esposa, le salvó la vida al futuro comandante-en-jefe, incluyéndolo en un avión de carga de ganado con destino a La Habana. Quizás de aquella aventura proviene la obsesión de Fidel con Ubre Blanca, la pobre vaca, que murió cuando intentaba romper otro récord de producción lechera, siguiendo las órdenes del comandante.

¿Qué puede decirse de lo que queda de aquel proyecto revolucionario democrático por el que murieron Frank País y tantos otros, cuando Alpidio Alonso, el ministro de Cultura se ve obligado a amenazar públicamente a jóvenes artistas, cuya popular canción según el funcionario, es una amenaza yanqui contra la soberanía nacional? Es triste reconocer que las declaraciones y las proclamas contra las nuevas generaciones que demandan el cambio y se niegan a emigrar, tienen un rancio olor.

Las palabras de Alpidio Alonso están inspiradas en el terror desatado por Fidel Castro contra los jóvenes que subrepticiamente se reunían hace 50 años para escuchar las melodías prohibidas de los Beatles. Aquellos jóvenes, junto a gays y testigos de Jehová, fueron recogidos en La Rampa por camiones del ejército y enviados sin más contemplaciones a los campos de trabajo forzado de las UMAP. La arbitrariedad fue denunciada por Jean Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Mario Vargas Llosa y otros intelectuales. Las arbitrariedades de hoy ya el mundo entero las está denunciando.

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El informe secreto de Jrushchov y el fin del culto a Stalin
Feb 25, 2021

Por Luis Cino

El 24 de febrero de 1956, en una sesión a puerta cerrada para los delegados del XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), el Primer Secretario Nikita Jrushchov dio lectura durante casi cuatro horas al informe sobre los crímenes de Stalin.

Aquel documento solo daba cuenta de los crímenes contra los comunistas durante las purgas en el Partido y el Ejército Rojo entre 1937 y 1938, en las que hubo 690 000 víctimas.

Quedaron fuera del informe las víctimas no comunistas, que fueron muchísimas más durante los 29 años que duró el régimen de terror de Stalin. Nada se dijo de los seis millones de ucranianos muertos de hambre durante la colectivización forzada (1932-1933); de las decenas de miles de zeks que murieron en los gulags; de los deportados a Siberia; de los polacos, lituanos, alemanes del Volga, tártaros de Crimea, ingushes y chechenos desplazados de sus tierras.

En el XX Congreso no se habló sobre aquellos crímenes de lesa humanidad, que nada tuvieron que envidiar a los de los nazis. No fue hasta cinco años después, en 1961, durante el XXII Congreso del PCUS, que Nikita Jrushchov se referiría al total de las víctimas del estalinismo, y no solo a los comunistas purgados.

Jrushchov propuso erigirles un monumento a las víctimas de Stalin, pero nunca se llegó a construir.

Con su informe al XX Congreso del PCUS ─lleno de hipócritas eufemismos tales como “errores” y “abusos” para referirse al exterminio de millones de personas─ Jrushchov se propuso ─y en buena medida consiguió─ disculpar al sistema comunista al circunscribir solo al régimen de Stalin la política criminal que había estado vigente desde el triunfo de la revolución bolchevique en 1917.

El informe le sirvió a Jrushchov para desembarazarse del clan de estalinistas que obstaculizaban las reformas del llamado “deshielo” o desestalinización. Poco más de un año después, todos ellos habían sido apartados de sus funciones en el Partido Comunista y el gobierno. Todos menos uno: el propio Jrushchov, que había sido primer secretario del Partido Comunista en Ucrania en los años 30, cuando los fusilamientos y las deportaciones forzadas estaban en su apogeo.

Años después, en sus memorias, un arrepentido Jrushchov –pero solo de los crímenes contra los comunistas─ escribiría: “Aquellos que fueron fusilados por centenares de miles permanecerán sobre nuestras conciencias (…) Ahora sabemos que las víctimas de la represión eran inocentes. Tenemos la prueba irrefutable de que, lejos de ser enemigos del pueblo, eran hombres y mujeres dedicados al partido, a la revolución, a la causa leninista de la edificación del socialismo y el comunismo (…) ¿Cómo pretender que no sabíamos lo que sucedió? Sabemos lo que era el reinado de la represión y de la arbitrariedad en el partido y debíamos decir al congreso lo que sabíamos (…) En la vida de cualquiera que ha cometido un crimen, llega un momento en que la confesión le asegura la indulgencia, si es que no la absolución…”.

¡Conmovedor alegato el de este Poncio Pilatos comunista!

El informe al XX Congreso del PCUS posibilitó que el mundo comprendiera, por boca del nuevo jerarca del Kremlin, que no eran “infundios de la prensa burguesa de Occidente” las atrocidades que se contaban de la Unión Soviética.

El informe de Jrushchov y, unos meses después, en noviembre de 1956, la intervención soviética que ahogó en sangre la rebelión en Hungría marcaron un punto de inflexión en la historia del comunismo.

Es triste que hoy muchas personas en el mundo todavía se nieguen a reconocer la naturaleza intrínsecamente criminal del comunismo, un sistema que no solo produjo a Lenin y Stalin, sino también a Mao, Pol Pot, la dinastía de los Kim y muchos otros sicópatas similares.

 

Cortesía de Cubanet