Publicado originalmente en la edición 99 del medio de comunicación comunitario del ICLEP Cimarrón de Mayabeque.
Cuba no es el peor país del mundo, pero su régimen es el peor de la historia
Por la periodista ciudadana Jeniffer Castillo
Cuando de países se trata Cuba nuestra tierra es una de las más hermosas, por sus bellezas naturales, su flora y su fauna, su gente y sus playas, es una lástima que todo eso sea opacado por el pésimo régimen que dicta en la isla. No por gusto cuando Colón descubrió nuestra tierra expresó que “esta es la tierra más bella que ojos humanos hayan visto”, claro en ese momento Cuba era una tierra virgen y próspera, pero todo eso cambió cuando el mayor dictador que ha conocido la historia se dio cuenta que podía esclavizar y adoctrinar a todo un pueblo para cumplir sus caprichos.
El régimen cubano siempre ha utilizado como estrategia moldear los cerebros a su conveniencia para crear (en el mejor sentido de la palabra) carneros dispuestos a ir al matadero sin chistar.
Desde pequeños en las escuelas siembran en nosotros y en nuestros hijos la semilla del comunismo castrista que tiene como único objetivo aplastar nuestras ideas, nuestros sueños y la forma en que quisiéramos vivir para dejarnos como los despojos humanos que durante 62 años hemos sido.
Por ese motivo podemos decir donde nos paremos que nuestro país es lindo, que estamos orgullosos de ser cubanos, pero que condenamos y repudiamos al régimen que impera en la isla los cuales nunca han sido elegidos por el pueblo y es por eso que podemos decir que ellos no nos gobiernan, ellos nos tienen presos en la mayor cárcel del mundo.
Nunca en la historia de los cubanos desde 1959 se ha podido decir que este sistema dictatorial ha hecho algo meritorio de reconocer por los cubanos porque si algo han hecho siempre ha tenido un interés atrás y un alto precio a pagar sacándonos de nuestros lomos el dinero con el que viven ellos felizmente y disfrutan de las mieles del poder y las bondades de tener a su disposición la fortuna de todo un pueblo.
Podemos decir que somos víctimas de nuestros carceleros, pero no podemos decir que nos de pena ser cubanos, eso es un orgullo que los dictadores con su repudiable gestión han empañado ante los ojos del mundo entero, Cuba no es potencia médica, no es potencia educacional, no es potencia de nada, su régimen es un parásito que chupa de todo el que puede y después se va dejando una estela de pobreza y calamidad donde quiera que le dan entrada.
El gobierno cubano es el único que se apropia de las buenas ideas de su pueblo, las comercializa, las patenta a nombre del régimen y al verdadero talento solo le dan un pedazo de papel con un reconocimiento que no es más que un mero cliché para decir que al menos te reconocieron lo hecho. Ha habido gobiernos malos en diferentes países del mundo, pero ninguno tan duradero como este, ninguno que haya acabado con todo un pueblo y es por eso que podemos decir a ciencia cierta que Cuba no es mal país, pero su régimen si es el peor de la historia
Patrulla-Horno, una tortura cubana desapercibida
Por Yoe Suárez
Volvió en sí tendido sobre la acera, con un círculo de curiosos y militares a su alrededor. Minutos antes, al reportero y activista Alexis Pérez lo habían detenido oficiales de la Seguridad del Estado cubana, mientras reportaba un desalojo en la periferia habanera. Junto a otros opositores políticos, aquel día de octubre de 2019 fue hacinado en la parte trasera de una patrulla hermetizada bajo el cenit del trópico.
Adentro pesaba más el ambiente, unos hombres aspiraban con dificultad lo que otros exhalaban y el cuerpo frágil de Alexis se apagó: "No puedo precisar cuánto estuvimos amontonados, porque por el calor asfixiante y la recirculación de dióxido de carbono perdí el conocimiento. Cuando abrí los ojos de nuevo, estaban reanimándome, y la Policía gritaba a la gente que se alejara".
La escena describe una tortura usual del castrismo en la última década: retener por una hora o más, en vehículos herméticamente cerrados, muchas veces bajo el sol, a personas incómodas para el régimen. Aprovechando el clima húmedo y abrasador de Cuba, en un espacio recubierto de metal, el método patrulla-horno puede provocar sensación de asfixia, desmayos, irritación cutánea, vómitos, deshidratación, etc. El uso, inclusive, de compuestos químicos está documentado.
En marzo de 2019, el opositor Ángel Moya fue detenido en la calle mientras hacía jogging en La Habana. Los militares "cierran las cuatro ventanillas herméticamente y me dejan bajo el sol", relató. "Golpeé los cristales y les dije que los bajaran para que me entrase aire, pero dijeron que no". Lanzó patadas contra una puerta de la patrulla. Una ventanilla se abrió, pero en vez de aire fresco recibió una dosis de spray pimienta. La irritación en las mucosas de ojos y nariz empeoró al ambiente calcinante.
El movimiento opositor femenino Damas de Blanco (DDB), liderado por Berta Soler, esposa de Moya, ha documentado casos similares, donde la tortura patrulla-horno es combinada con el uso de compuestos sintéticos. En octubre de 2019, Micaela Roll, Marieta Martínez, Zulema Jiménez y María Josefa Ancón fueron detenidas violentamente tras ir a misa en la iglesia habanera de Santa Rita, y lanzar octavillas contra el socialismo por calles cercanas, en la campaña "Todos Marchamos".
Todas detectaron "un olor químico fuerte" en las patrullas donde terminaron herméticamente encerradas horas bajo el sol. A Micaela le faltó el aire, Marieta acabó vomitando tras ser abandonada lejos de su casa y María Josefa sintió su "cabeza grande" antes de desmayarse.
En marzo de 2017, Berta Soler denunció ante la Fiscalía General de la República que en la capital y en provincias con delegaciones de DDB las activistas eran "detenidas, sometidas a actos de repudio y encerradas en autos patrulla, donde permanecen al sol durante varias horas", y luego eran "abandonadas en zonas boscosas e inhóspitas alejadas de la ciudad". Soler expuso cómo les obligaban a desnudarse, permanecer incomunicadas, sufrían robos con fuerza del dinero en sus pertenencias, actos vandálicos en sus hogares, y decomisos de juguetes para niños, laptops, cámaras y otros equipos.
La normalización de relaciones entre los Gobiernos de la Isla y Estados Unidos "avanzó; sin embargo, en Cuba las violaciones de derechos humanos han aumentado abismalmente", acusó la misiva, en referencia al proceso de "deshielo" diplomático protagonizado por Barack Obama y Raúl Castro. En 2018, otro informe enumeraba métodos de los policía política contra las Damas de Blanco. Entre ellos, la tortura patrulla-horno "con las ventanillas cerradas para causar sensación de asfixia".
Soler y Moya documentaron domingo tras domingo atrocidades que veían o vivían. Jóvenes, ancianas, negras, blancas, operadas de cáncer de mama, terminaban la mayoría en la Escuela de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), en Tarará, esposadas por horas en sillas, mientras policías de ambos sexos llenaban sus cuerpos de piñazos y patadas. Desnudar, escupir, vejar, morder. Al otro domingo, marchar. Y, otra vez, desnudar, escupir, vejar, morder.
"Al iniciar Todos Marchamos eran 200 damas, hoy se mantienen 24", reveló Moya. "La mayoría se exilió". Ni él ni Soler recuerdan un colectivo feminista en Cuba que se pronunciara contra la violencia a la que fueron sometidas aquellas mujeres.
El ciclo de la represión se extendió por decenas de semanas. La sucesión de desmanes en los informes entre 2015 y 2020 suplanta el horror de las primeras lecturas por cierto cansancio. Similar efecto a la seguidilla de asesinatos de mujeres en 2666, la novela del chileno Roberto Bolaño.
El opositor y analista político Antonio Rodiles, lo describe como parte de una nueva lógica represiva propia de Raúl Castro: "Cuando sistematizas esos arrestos, dejan de ser noticia, aburren". Y la visibilidad en la prensa internacional es un factor de protección vital para los activistas. Ángel Moya recuerda pocas veces a la prensa extranjera acreditada reportando los violentos arrestos.
La patrulla-horno en datos
El procesamiento de unos 300 materiales de organizaciones pro derechos humanos (como Prisoners Defenders o el Instituto Cubano por la Libertad de Expresión), referencias en la prensa, denuncias en redes sociales, videos testimoniales, y entrevistas con víctimas, reveló 117 casos del método de tortura patrulla-horno entre septiembre 2013 y abril 2021. Este no es un inventario total, muchos más casos pueden aparecer, pero deja un retrato de la represión castrista.
En la Isla crece el desabastecimiento de alimentos y medicinas, y el peso cubano está cada vez más devaluado. La situación de desespero ha hecho que la protesta pública se haya convertido casi en una constante bajo un régimen que limita las libertades de asociación, reunión y expresión. Solo en abril de este año, el Observatorio Cubano de Conflictos sumó 203 protestas, un 10% más que el mes anterior.
La represión por parte del Gobierno también ha crecido, y con ella, la utilización de la patrulla-horno como método de tortura. Del segundo período de Raúl Castro (2013-2018), califican 52 casos, y 65 del periodo correspondiente a Díaz-Canel (2018-2021), quebrando el mito de que "sin un Castro en el poder" Cuba irá mejor.
El 93% de las denuncias de patrulla-horno corresponde a activistas políticos, y el 75% tuvo lugar en La Habana, donde acontece buena parte de las movilizaciones sociales, incluyendo la campaña "Todos Marchamos". Con esa iniciativa, que lanzó a las calles mayormente a Damas de Blanco, las denuncias de mujeres torturadas (86) superan a las de hombres (31).
Soler recuerda que en abril de 2015 el movimiento que lidera "inició sin nombre aquella campaña, distribuyendo y exhibiendo fotos de presos políticos en el transporte urbano". Después, se sumaron activistas de otros movimientos, entre ellos Rodiles y su equipo de Estado de Sats, fundamental en la documentación de las manifestaciones. La campaña, que iniciaba después de asistir a misa en Santa Rita y de un encuentro de las Damas en el parque Ghandi, adoptó el nombre de Todos Marchamos. El objetivo era exigir la libertad de los presos políticos.
La recopilación de datos de Berta Soler y Ángel Moya ha sido constante dentro de la oposición. Otros grupos, como Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) o el Movimiento Opositores por una Nueva República (MONR), cuyos hombres se unieron a Todos Marchamos, no cuentan con reportes tan minuciosos y de tan larga data sobre agresiones contra sus miembros. Quizá por ello la estadística incluye muchas más mujeres. Unos 200 informes semanales, mensuales y anuales de 2015 a 2020 corresponden a Damas de Blanco, y solo especifican condiciones represivas sufridas por sus activistas.
Los primeros registros sobre Todos Marchamos aluden a la presencia de hombres insolados por horas en patrullas hermetizadas, aunque muchas veces eran metidos en furgonetas UAZ de la era soviética. "Ahí es peor que en patrullas o guaguas —dijo Rodiles—, porque el metal no tiene aislante con el interior, las ventanillas son aberturas pequeñísimas o están selladas, y hacinaban dentro a una buena cantidad de detenidos, entre ocho y diez en los dos bancos laterales y otros tirados en el piso".
En 2020 y 2021 la cantidad de hombres sometidos a la patrulla-horno aumentó, mientras que el de Damas de Blanco descendió. Ángel Moya parece tener la respuesta para ese nuevo balance: "Aunque la campaña Todos Marchamos no ha concluido, fue interrumpida en marzo de 2020 por la Covid-19". El régimen aprovechó el avance de la pandemia e impuso restricciones de movilidad y reunión aún mayores.
También cambió de táctica: "Ni siquiera dejaban llegar a Santa Rita a las Damas. Frente a la casa donde vivimos Berta y yo, sede nacional del movimiento, [los agentes de la Seguridad del Estado] armaban actos de repudio enmascarados en congas, llevaban niños de las escuelas, ancianos de Casas de Abuelos; hasta el Centro Nacional de Educación Sexual llevó una comitiva de gays para agredirnos".
Torturar y degradar
En los últimos dos años, la mirilla de esta técnica represiva hizo contacto con nombres más nuevos en la oposición. El 19 de abril de 2021, la periodista Mary Karla Ares fue detenida camino a una entrevista. No imaginaba que la patrulla donde la trasladaron hasta la Cuarta Unidad de Policía del Cerro se convertiría en un lugar de tortura. "La dejaron por más de cuatro horas encerrada dentro del auto bajo el sol", contó Normando Hernández, editor de la veinteañera. Una de las dos agentes vestidas de civil que la custodiaban le espetó codazos en la cabeza.
El productor Michel Matos, del Movimiento de artistas contestatarios San Isidro (MSI), vivió hora y media de patrulla-horno. "Fue un rato muy desagradable, apabullante. Toda mi ropa se empapó terriblemente de sudor, porque te trancan y cierran las ventanas del vehículo. Comencé a sudar y sudar, sientes que vas a colapsar", relató en octubre pasado. A veces el oficial de la Seguridad del Estado encargado de su detención se asomaba por las ventanillas cerradas y Matos pidió que bajara una. Pero "decía que eso no se podía hacer".
A Alexis Pérez Lescailles y la activista María Josefa Ancón tampoco les permitieron consumir alimentos y agua mientras permanecían detenidos, con las ventanillas cerradas, en septiembre de 2019. "Yo estaba en Centro Habana junto a otros activistas que logramos burlar el cerco policial a nuestras viviendas, para asistir a la Marcha de los Girasoles, promovida por la dirección de la UNPACU para el día siguiente", relató el hombre sobre la protesta contra el sistema que consistía en salir a las calles con una de esas flores.
Pero en la noche del sábado 8, previo a la movilización, fueron arrestados y llevados a una estación del extremo sur habanero. Permanecieron dentro de la patrulla 17 horas. La detención coincidió con parte del horario de extremo calor en el trópico, entre 12:00 meridiano y 5:00 de la tarde. "Es necesario que el mundo vea toda la represión, la violencia y las detenciones arbitrarias realizadas por el aparato represivo más sofisticado que ha existido jamás contra activistas pacíficos", dijo Pérez Lescailles a la prensa, una vez liberados. A Ancón la soltaron cerca de su casa, a él lejos. Es el período en patrulla-horno más extenso del que haya testimonio, y uno de los pocos que ha podido documentarse. En la patrulla, Pérez Lescailles logró filmar a Ancón y a sí mismo con un celular.
El líder del MONR, José Díaz Silva, también pudo tomar fotos meses antes. Fue esposado, pero con los brazos hacia delante y, como Alexis, no le fue retirado su móvil, precaución que en los últimos años han cuidado los oficiales de la policía política antes de interrogatorios o en detenciones.
Con el crecimiento del servicio de datos móviles, Facebook es cada vez más una vía común para la denuncia ciudadana. Díaz posteó: "Tenerte dentro del carro patrulla bajo el sol y ponerte las esposas de hierro apretadas hasta el hueso. El que lo ha sufrido sabe lo negra que es esta tortura".
El promedio temporal de sometimiento a la patrulla-horno es de aproximadamente tres horas. Pero incluso a los reportes más breves de patrulla-horno el científico y opositor Oscar Casanella no duda en calificarlos de tortura. Su primera vez, en 2020, pasó una hora dentro de un auto policial hermetizado y al sol. El 4 de abril de 2021 fueron más de siete. En aquel momento, sus captores le negaron usar el servicio sanitario o beber agua, mientras se deshidrataba por las profusas sudoraciones.
"Estuve en una calle muy cerca de casa, allí parquearon, y todo ese tiempo mi esposa me tuvo por desaparecido", explicó Casanella. "Por la radio oí de una movilización en el barrio San Isidro", narró. Al ser liberado, supo que decenas de personas entorno a la sede del MSI corearon canciones antisistema frente a fuerzas policiales.
Si bien la patrulla-horno tiene características propias de tortura, el foco mediático y de las ONG defensoras de derechos humanos no está aún sobre ese método. Por un lado, ofrecen lógica prioridad al calvario de los presos políticos y, por otro, no parecen reconocer la patrulla-horno como tortura.
En el catálogo de la Seguridad del Estado sobresalen otras técnicas, aprendidas de la KGB y la Stasi, como afectar el sueño de los detenidos, la exposición a altas temperaturas o el uso prolongado de esposas. Y la patrulla-horno puede incluir técnicas como las dos últimas, además de acompañarse con tratos degradantes e inhumanos, léase golpes, negación de alimentos, agua o servicios médicos.
El periodista Boris González Arenas lo comprobó el 30 de diciembre de 2014. Fue arrestado intentando cubrir "El susurro de Tatlin", performance de Tania Bruguera que consistía en instalar un micrófono en la explanada de la Plaza de la Revolución, para pudiera expresar lo que deseara quien lo deseara. El pueblo hablaría en dirección al sitio donde Fidel Castro dictó varios discursos.
González Arenas acabó, junto a otros, en el centro de detención Vivac, de Calabazar. "Allí estuvimos apiñados en un vagón al menos dos horas al sol, fue intencional", relató. "Entre la cabina del chofer y nosotros había una rejilla, y algo de aire entraba por ahí desde las ventanillas del piloto y copiloto. La puerta del final sí era una buena entrada. Pedimos a los policías abrirla, pero un oficial de la Seguridad del Estado prohibió hacerlo".
González Arenas pasó el 31 de diciembre tras las rejas. A la medianoche entonó junto a sus compañeros de celda el himno nacional. El primero de enero, mientras la propaganda oficial celebraba el triunfo de la Revolución, 16 activistas se unieron frente al Vivac "para exigir la liberación de los detenidos del 30 de diciembre", recordó Alexis Pérez Lescailles, que estaba entre ellos. Como evangélico, se decía: "Quien defienda los derechos humanos es un colaborador voluntario y consciente de Dios". Por eso llegó allí.
"La represión fue brutal", dijo. Fue encerrado por horas en una patrulla hirviente. "Pusieron las esposas metálicas con tal presión que me lastimaron el radio del brazo derecho y fracturaron totalmente el cúbito del izquierdo". Trasladado a la estación de Santiago de las Vegas, en La Habana, Pérez Lescailles sintió más dolor. Rabió por asistencia médica. Un oficial de la Policía consideró darla, pero el de la policía política lo prohibió. "Hoy tengo una deformación en la muñeca izquierda y se nota a simple vista".
Un cambio de estrategia
En 2003 Fidel Castro ordenó fusilar a tres jóvenes, y detener y juzgar a 75 opositores y periodistas. La arremetida se conoció como Primavera Negra. "En ese contexto el régimen pagó su costo político, y tuvo señalamientos por la violación de derechos humanos", explicó Antonio Rodiles.
Cinco años después, un anciano Raúl Castro sustituyó en el poder a su enfermo hermano mayor. "Cuando sueltan a los presos políticos de la Primavera Negra, en 2010, por mediación de la Iglesia Católica, Raúl Castro, ya en el poder, busca la vía de no recaer en la posición de acusado", dijo Rodiles. "Por eso habilita los 'arrestos exprés'. No dejan de ser violentos, pero buscan hacerlos frecuentes para desgastar y derrotar por cansancio".
El segundo período de Raúl Castro y lo que va del de Miguel Díaz-Canel tienen un denominador común que los distingue del de Fidel: cambiaron los fusilamientos y las condenas de más de 20 años para opositores, por "arrestos exprés", detenciones cortas, y gran cantidad de confinamientos menos largos. Nobleza no: cambio de estrategia. Buscan hacer al castrismo menos atroz a los ojos del mundo.
En ese esquema represivo se inserta otro fenómeno: el uso de vehículos como "celda" durante las detenciones cortas. Del segundo mandato de Raúl Castro se identificaron 58 casos de encierro en vehículos y 440 en el de Díaz-Canel, mayormente experimentados por mujeres opositoras.
La Dama de Blanco María del Carmen Cutiño cree que el régimen gusta de usar patrullas como celdas porque no deja registros de las detenciones en los libros de las estaciones de Policía. Así es más difícil evidenciarlas ante organizaciones de derechos humanos. Sin embargo, mantener encerrados por horas en vehículos oficiales a ciudadanos es una práctica no reconocida por manuales policiales en otros países de América Latina.
La Ley de procedimiento policial de Uruguay menciona a los autos patrulla, por ejemplo, como "medio para el traslado de los detenidos", nunca como un espacio para retenerlos. El Manual de Funciones de la Policía Nacional de Colombia, refiere esos vehículos únicamente como medio de transporte. El Reglamento de la Policía Estatal de Jalisco, México, sostiene lo mismo.
Ni siquiera en Venezuela, con un régimen atado al castrismo, existen reportes de patrullas-celda o patrullas-horno. "Nosotros no tenemos reportados casos bajo ese patrón", afirmó para este reportaje Liliana Ortega, fundadora de Cofavic, organización no gubernamental defensora de los derechos humanos en ese país desde 1989.
De 2013 a 2021 uno de cada cuatro casos de encierros en vehículos cumple con características de la tortura patrulla-horno. En 2018, a raíz de continuas denuncias, el Gobierno cubano entregó un informe al respecto a Naciones Unidas. "Nadie está facultado para ordenar torturas u otros tratos a ellas vinculados", sostuvo el documento. Aunque reconoció que "en la legislación penal cubana no está definido el delito de tortura de forma expresa".
Añadió que el proceso de 1959, "humanista y ético, puso fin" a la tortura como "política de Estado". El Gobierno de Cuba es signatario de la Convención contra torturas y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, pero el Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina no reconoce adhesión real del castrismo a ese u otros instrumentos de derechos humanos.
La Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura en Chile reconoció como tortura el "exponer deliberadamente a una persona a temperaturas muy elevadas o muy bajas con la finalidad de causar sufrimiento físico o mental". Human Rights Watch lo refrendó en 2005, cuando algunos soldados americanos sometieron a temperaturas extremas a presuntos yihadistas.
El diario del Partido Comunista de Cuba, Granma, se subió a esa ola de denuncias, diciendo que Estados Unidos "se ha especializado, ha capacitado a su ejército, ha exportado sus métodos" de tortura como la "humillación, temperaturas extremas, posiciones incómodas".
A esos tres elementos sometieron en una sesión de patrulla-horno a Marisol Fernández el verano de 2018. Mientras permanecía en el carro 522, hermetizado, bajo el sol, los oficiales de la Policía con chapilla 27021 y 01979 la maltrataron verbalmente y amenazaron, al tiempo que le tomaban videos, como si se tratara de un animal enjaulado. A Fernández "se le irritaron los ojos", relató un informe de las Damas de Blanco0. Debió atenderse con un médico que "le diagnosticó una conjuntivitis alérgica debido al sudor y el calor".
El doctor Alexander Pupo, residente en la ciudad de Holguín, aseguró que métodos como la patrulla-horno dejan consecuencias a nivel corporal y orgánico. "Esos largos períodos de tiempo en un espacio caluroso y cerrado pueden provocar deshidratación, con crisis de hipoglucemias asociadas a prolongados ayunos dentro de esas mazmorras móviles".
La opositora Regla Ríos pasó de 9:00 de la mañana a 3:00 de la tarde encerrada en patrullas. "Parecía que me habían echado un cubo de agua arriba", narró en referencia a la pérdida de líquido por traspiración. "No puedo tocar mi cara porque arde, tengo la piel irritada por el sol que cogí junto con el sudor". El ayuno forzoso, algo que "constantemente hacen", le produjo fatiga.
"Si la persona padece enfermedades crónicas como diabetes o EPOC, puede tener un desenlace fatal de desencadenarse una crisis de estas en el encierro", indicó Pupo. "El estado de ansiedad prolongado, sumado a las fobias y la sensación de asfixia, puede causar infartos del miocardio o llevar a un estado depresivo, que conduzca al suicidio", afirmó.
El psiquiatra Emilio Arteaga coincide con Pupo, y añade que la patrulla-horno es "la exacerbación del estrés intencional agudo mediante calor, malestar corporal, deshidratación, terror, angustia, indefensión, el efecto 'yo te tengo', 'eres mío', 'no te puedes defender'".
Anisley Martínez vivió seis horas de eso en 2013: "A una le da temor, miedo, hasta falta de aire estar ahí". Rogó a un policía que abriera al menos cinco minutos una ventanilla o moviera la patrulla a la sombra, "pero me dijo que tenía órdenes de arriba" de mantenerla hermetizada y al sol.
El método "es sutil y grosero, una paradoja", sintetizó Arteaga, exiliado en España. "Las torturas y presiones sicológicas son las favoritas de la Seguridad del Estado, para no dejar evidencias visibles", y sus consecuencias, cree, son medibles a mediano y largo plazo.
Para el especialista, quienes han pasado este tipo de situaciones las reviven, son capaces de generar "núcleos de distorsión de la realidad, que van de estados disociativos a distorsiones de tipo delirante. O sea: provoco tal nivel de amenazas y exposición al peligro, que terminas configurando una estructura paranoide. Y la gente dice 'es que está paranoico'. No, es que te indujeron ese estado".
Mientras aumenta el número de protestas públicas y, detrás, la represión, una pregunta lógica que queda en el aire es si el régimen optará por incrementar métodos de torturas como la patrulla-horno, desapercibida aún a los ojos de entidades pro derechos humanos, pero con secuelas funestas para las víctimas.
Publicado originalmente en la edición 166 del medio de comunicación comunitario del ICLEP Amanecer Habanero
La multitudinaria protesta de poca gente
Por el periodista ciudadano Frank Abel García
No siempre para significar un hecho o plantear una demanda hay que recurrir al volumen, al gentío. Ocurre en muchos puntos de la isla, con mayor magnitud en La Habana. No se necesita la acumulación de muchas personas ni de marcha multitudinaria por grandes avenidas para trasmitir una carga emotiva que toca la sensibilidad y el orgullo de todo un pueblo.
Es el caso de madres con niños pequeños, que no tienen donde vivir, usurpando locales; muchas veces locales estatales que han sido abandonados desde hace años. Acciones que muestran que el país no anda bien. Que se necesitan cambios urgentes.
En la edición 164, que se publicó el 30 de abril, reporteros de este medio informativo cubrieron dos hechos extraordinarios. Uno más insólito que otro. El primero, un grupo de madres con sus niños pequeños, una de ellas en cinta, había penetrado en un local abandonado de la calle Muralla, en Habana Vieja. Estas madres no tenían donde vivir.
El otro hecho, que por connotación ocupó primerísimos lugares en lo más descargado de las redes sociales, laceró aún más la sensibilidad de los cubanos: una mujer con su pequeña hija plantó un colchón en señal de protesta en plena avenidas del Cerro. Incluso, a riego de la vida: los carros continuaban pasando a toda velocidad junto a ellas. Se trata de otra madre sin hogar, desesperada.
En estos casos, y en los muchos que se han dado de usurpación de locales, las protagonistas son madres abatidas. Porque hay que estar verdaderamente desesperado para mostrar al mundo la miseria en que se vive; y, todavía más, para poner en peligro tu vida y la de tu hija en una manifestación solitaria. Son ejemplos donde las personas echan a un lado el pudor debido al sinsentido de la tragedia que viven.
Ese es el legado de promesas rotas, incluso, aún vigentes en la actual constitución: “cada cubano tiene derecho a una vivienda digna”. Es como para reír, de la misma manera en que el régimen ríe en la cara de estas madres desesperadas. Es meritorio comentar estos casos que recientemente inundaron las redes sociales, no pasar por alto estos hechos, por una razón: continuarán pasando.
Debido a la profunda crisis habitacional que experimenta el país un número creciente de cubanas y cubanos se han visto forzados a ocupar locales estatales abandonados. Estos hechos, unidos a la ineptitud de régimen, son inevitables y lamentablemente continuarán sonando. Solo que en cada uno de ellos va la más descarnada protesta de la que se tenga conocimiento: la protesta de las madres.
Algo debe ocurrir, un sacudión gigante, para que las aguas tomen su nivel y las madres cubanas recuperen su dignidad. No hay pasaje escondido, basta un dedo acusador, uno solo, el de una sola madre que prefiere perder la vida junto su hija en una calle transitada de la capital, para que desde una sola persona la protesta se convierta en multitudinaria. Tan gigante que arrase con el corazón de la gente.
Publicado originalmente en la edición 166 del medio de comunicación comunitario del ICLEP Amanecer Habanero
Un usurpador de funciones que toca campanas
Por el periodista ciudadano Carlos Fumero
La campana oficial, Humberto López, el sujeto encargado por el régimen para mover la hora verde olivo en la isla, aquel que dicta por dónde van los miedos de Cuba, arrastra un origen dudoso como periodista. Y dicta los miedos porque no hay duda de que más que amedrentar a Luis Manuel Otero Alcántara o Denis Solís el disparo del régimen va dirigido al pueblo, que no cesa de protestar a cuanto lugar va y en cuanta cola se enreda. López, el compañero increíble, cuya triste función a cargo de los sonidos de la junta militar es difamar, que se sepa, no es graduado de periodismo en ninguna de las universidades cubanas. Y eso es un delito, cada vez que agarra el micrófono. De eso acusan a los periodistas independientes.
Humberto se graduó como abogado en el programa de universalización de la enseñanza superior a los 168 municipios, en que se encuentra dividida la isla bajo criterios administrativos. Realizó sus estudios en la sede universitaria del municipio matancero Los Arabos cuando trabajaba como locutor en la emisora Radio Llanura de Colón, territorio del cual es oriundo. Aunque de madre nacida en Colón y padre arabense, todavía es misterio la opción de estudiar abogacía en Los Arabos si él residía en Colón y allí también existía la carrera. Algún día se sabrá.
Dicen profesores arabenses que llegó cabizbajo y con el sombrerito bajo el brazo, el típico guajirito, todo humildad. Se sentaba en el primer pupitre y jamás dijo palabra de más. Nunca nadie imaginó, ni en horario de merienda, de la lengua que se gastaba. Parece que la tenía escondida; o tenía escondido que cuando inició carrera en Los Arabos no podía ser porque ya era graduado de algo y violó la ley. Alguna trampa rodea a este virtuoso de la moral.
Amparados en el beneficio de la duda salta una pregunta: ¿quizás se graduó de periodista en algún sitio desconocido por los cubanos o puede ser el caso de alguna universidad ultrasecreta? Resumiendo, es un enigma. Solo que para una función tan alta como la de denigrar a personas que solo disienten de la postura oficial, los denigrados, y el pueblo, deben saber. Si a usted lo tildan de pordiosero tiene derecho a saber sobre la autoridad del acusador para acusar. Puede que quien lo acuse sea más pordiosero que usted. Un derecho que viene en el paquete de los que van a consumir la metralla que sale de la boca de este sujeto.
Señores, a cuántos periodistas independientes en este país no se ha acusado por el delito de usurpación de funciones públicas; donde los interrogatorios de la policía política comienzan con la pregunta: ¿en cuál universidad cubana tú cursaste estudio de periodismo? Porque tiene que ser cubana. Entonces, surge una duda; ¿Humberto López no estará cometiendo un delito? En este caso, no estará usurpando funciones públicas. ¿Por qué, la policía política no lo llama a interrogatorio? A pie de constitución, todos los cubanos somos iguales. Aquí hay gato encerrado. Pero, hay otra cosa: si ya era periodista cuando comenzó para abogado en Los Arabos violó la ley –hizo trampa– por la cual se regía este nuevo programa de estudios de la revolución. Hizo trampas a la revolución.
Todo este ramillete de dudas ha surgido después que el martes 27 de abril, 8:30 de la noche, en el noticiero nacional de la televisión cubana, se informara que a raíz de las celebraciones por el 1ero. de mayo se entregaba la distinción Proeza Laboral a cuatro periodistas. A Talía, Abdiel Bermúdez, Lázaro Alonso y a Humberto López. “Aquí hay uno colao”, repetía la gente. No se está diciendo que no se haya graduado de periodista, el asunto radica en la duda. Nadie sabe dónde. Que muestre las credenciales en el programa, porque ya la duda tiene carácter de universal. Antes de difamar, en el mismo programa, que saque los papeles de periodista o que devuelva los de abogado.
La cuestión es muy simple: mientras el régimen continúe adecuando leyes y constitución a su antojo nunca tendrá la autoridad moral para un mínimo de credibilidad. De ahí, que cualquier cosa que provengan del poder impuesto en Cuba siempre se reciba con reservas, tanto dentro como fuera del país. Tienen un historial y el hábito hace al monje. No hay otro ejemplo, reciente, de doble moral que abarque tanto territorio nacional que el caso de López. La televisión tiene ese poder. Y la televisión en Cuba no es privada es de todo el pueblo. La gente tiene derecho a sacar del canal a quien esté colao. Es inadmisible que un real usurpador de funciones públicas o un tramposo de carreras esté tocando campanas al margen de la ley.
Ahora que salió del secuestro de la Seguridad del Estado es cuando Luis Manuel Otero Alcántara se tiene que cuidar más. No se trata solo de su salud física y mental, en la que probablemente quedarán huellas, algunas irreversibles. Los represores no dejarán de vigilarlo, de seguirle los pasos, de manipular a parientes y vecinos para que actúen, conscientemente o no, contra él.
Si no cede a los chantajes, tratarán de volverlo a encerrar. Porque deben estar preparando el modo de tener un pretexto para, sin que haya demasiado escándalo internacional, juzgarlo y encarcelarlo. Para eso, seguirán buscando motivos para desacreditarlo. Y el artista, con su irreverencia, su apasionamiento y su ingenuidad, no debe servirles en bandeja esos motivos al periódico Granma, Cubadebate y a Humberto López, el leguleyo que sirve de vocero de la Seguridad del Estado en el NTV.
Contra Otero Alcántara, desde que inició la lucha contra el Decreto 349, los medios oficialistas han utilizado su excesivamente chocante irreverencia en la desnudez y la utilización de la bandera nacional para sus performances, en un país donde la bandera –y también las nalgas- son sacralizadas.
Los prepotentes y paranoicos mandamases, que ven a todo el que disiente como un enemigo, se niegan a aceptar que Luis Manuel Otero es un artista. Para ellos, es “un negro gusano, marginal y revoltoso”, ideal para dar un escarmiento.
Luis Manuel Otero, ahora, más que nunca, debe cuidar lo que dice y lo que hace. No dejarse llevar por sus impulsos, no dejarse provocar. Y no pretender dar palos en balde y a ciegas. Debe tener claro, cada vez que dé un paso, hacia dónde se dirige.
Enfrentarse a una dictadura no es un performance. No basta “estar puesto”. Si Luis Manuel Otero, Maykel Osorbo y demás del Movimiento San Isidro decidieron ir más allá de la lucha por la libertad de creación artística, si eligieron estar en la oposición a la dictadura, tienen que madurar políticamente y calcular los costos y consecuencias de cada uno de sus actos y sus declaraciones. Si no lo hacen, pueden acabar vistiendo un ropaje que les quede varias tallas grande y que sirva al régimen para ridiculizarlos y ponerlos en entredicho. Y lo que es peor, para ponerlos a chocar con otros opositores.
Luis Manuel Otero debe cuidarse de cómo reacciona ante las críticas de ciertos opositores demasiado suspicaces, y como hay de todo en la viña del Señor, de algún que otro desaprensivo que se sienta defraudado porque se quedó con las ganas de tener otro mártir para la causa de la libertad.
Son desafíos grandes, tal vez demasiado grandes, para alguien que, aunque tenga talento artístico y valentía de sobra, no deja de ser un muchacho de un barrio humilde para el que la vida nunca ha sido fácil. Esperemos que Luis Manuel Otero, advertido de la responsabilidad que ha asumido con su pueblo, sepa enfrentar y vencer esos desafíos.
Cortesía Cubanet
Por Martha Liset Sánchez Solís
Aunque por su fisionomía todo en ella trasluce a fragilidad y candor, Mary Karla Ares, la joven promesa del periodismo ciudadano, es maestra en la constancia y el coraje. Su director del boletín Amanecer Habanero, el amigo Juan Manuel Moreno, dice que lo mismo puede escribir, reportar y ser cuidadosamente ordenada a la hora de seleccionar los hechos, además de sellar con broche de oro cada una de sus entrevistas.
Como si estas virtudes no fueran suficientes para ser grande en el mundo de la opinión y las palabras, esta joven habanera mantiene una resistencia mucho más que heroica en una celda, de la unidad policial de 5ta y 62, municipio Playa, Ciudad Habana. Su delito: informar de forma veraz y oportuna. Plantar cara a los opresores, mientras que con la cámara de su móvil aprisionaba todos los detalles; los gritos viriles de Thais, las manos esposadas de Esteban, la desvergüenza y el desespero del régimen ante la respuesta unánime y corajuda de los patriotas congregados para apoyar a Luis Manuel Otero.
El reloj que no detiene su curso, indica que esta reportera dice a dios a sus 28 años y recibe sus 29 primaveras, bajo total encierro; lo cual es un crimen imperdonable. Toda una jornada de tristeza, preocupaciones y desasosiego viven sus padres Carlos y Marisol. Una familia que se ha visto obligada a modificar sus rutinas cotidianas en función de la libertad de su hija, a la cual no podrán abrazar por su cumpleaños, hoy 11 de mayo,
Con la premura de este comentario, fugaz me resultó la entrevista con la madre de Mary Karla, una mujer simpática, un ser especial; de esos que te dejan con ganas de seguir conociéndola. Marisol, expresa con ternura que ama a Mary desde que emergió en su vientre, siendo su embarazo planificado y deseado; dando a luz, tras un complejo trabajo de parto a una niña, que nació cuando quiso nacer, aferrándose a la disyuntiva de vivir y resistir; como si la bebé presagiara las encrucijadas del destino.
El régimen que la mantiene cautiva, inmerecidamente integra el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y sin el menor pudor recurre a la versión más agresiva y perversa; acompañado del abuso y atropellos rechaza el Hábeas Corpus que presentó la defensa de Mary Karla, en pos de su libertad.
El Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP), felicita hoy a nuestra periodista. Condena su encarcelación e invita a todas las personas a unir voluntades y alzar la voz en todas las tribunas, ante la necesidad de poner fin a tan prolongado arresto, para que Mary Karla no tenga que cumplir un año más en prisión. Para defenderla sobran las razones, nos llena de orgullo. Es una periodista que está presa por hacer su trabajo.
¡Feliz Cumpleaños Mary Karla!
Reportando el crimen, donde el periodismo comienza
Por Martha Liset Sánchez
A los pies de una palma estoy sentada. La tarde avanza y en el cielo azul vuela una paloma. Hasta donde alcanza la vista veo al ave surcando el cielo, símbolo antiquísimo de libertad; quizás fue el contemplar el batir de sus alas; no sé, nadie puede entender los laberintos de la mente que te transportan por senderos de sosiego y quietud hasta la atmosfera dantesca de una celda. Entonces allí, esta ella, la joven periodista, sentada en el piso frío, tan presa y a la vez tan libre en lo irracional de su encierro, en esta Cuba nuestra de lo absurdo, donde un régimen oprobioso encarcela los sueños, porque tiembla ante la verdad de un pueblo informado.
Es cierto que la vida continúa y nosotros nos movemos con ella, pero Mary Karla, colega del boletín Amanecer Habanero, es la constante de mis meditaciones. Tiene solo 28 años, apenas sin tiempo para disfrutar de su belleza y juventud. Mary pudiera haber elegido una profesión menos traumática; pero no, optó por ser periodista. En su condición de cubana esta muchacha ha renunciado a una existencia mucho más tranquila en función de un sacrificio. Si Candelaria Figueredo se alzó gigante en la montura, siendo nuestra primera abanderada, desafiando las balas españolas; si Adriana del Castillo, prefirió morir como una mambisa, sin dejarse curar por el médico enemigo. Hoy Mary Karla con total auto conciencia es uno de los exponentes más genuinos del periodismo independiente en la isla, que puede sentirse orgulloso de la contribución femenina en su génesis y en su devenir.
A fuerza de coraje y fuego se crece esta jovencita, que abandonó por la patria, el hogar, las comodidades y la seguridad familiar en su oficio de reportera. Con su andar apresurado, su mariposa blanca: era el mensaje del periodismo ciudadano, que convocaba a llegar a ese parque donde los justos hicieron historia y los ingratos se atrevieron a calumniar. Luis Manuel Otero Alcántara, quien se ha convertido en un fenómeno de pueblo, era la labor periodística de esta corresponsal que ofreció total cobertura a los hechos. Su acción inmediata: reportar, apoyar, decir al mundo que el Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP) extiende su mano y se pone al servicio de la gente valiente que se convierte en leyenda.
Entonces viene, a sucesión de la huelga de hambre de Alcántara, el arresto de esta muchacha, así como tantísimas colegas que, en su condición de mujer fueron las víctimas favoritas de la hostilidad del régimen. Sin dudas, se tratan de pura pantomima, las campañas gubernamentales en contra de la violencia de género. A plena luz del día y a la vista de todos se desató la infamia en el parque habanero.
Concluyo diciendo que es un crimen tanta maldad y ensañamiento contra nuestra reportera. Nadie tiene sello exclusivo para censurar la opinión. ¡Ni un día más! ¡Libertad inmediata para Mary Karla!
Crónica por: Martha Liset Sánchez Solís
Útiles después de muertos
Por Esteban fernández
No son mis mártires, son mártires de la revolución, sin embargo, la alegría de “Bola de Churre” fue monumental cuando murieron.
La gran verdad desconocida por muchos es que él se ocupó de mandarlos a matar, delatarlos, enviarlos al matadero o neutralizarlos. En La Habana había un grupo de revoltosos con aureola de ser guapos - realizando actos de terrorismo-quienes le estaban haciendo tremenda mella a la “gesta heroica de la Sierra Maestra”.
Diariamente los jefes policíacos Hernando Hernández, Rafael Salas Cañizares, Esteban Ventura, José Castaño, recibían chivatazos contra estos revolucionarios. Las delaciones no provenían de los batistianos sino de los comunistas y los fidelistas. Y en Humboldt 7, en La Habana, pulverizaron a FRUCTUOSO RODRÍGUEZ, JUAN PEDRO CARBÓ SERVIÁ, JOSÉ MACHADO Y JOE WESTBROOK ROSALES. Brincos de alegría daba el futuro tirano en La Sierra.
El puntillazo castrista lo dieron con la orden de la famosa Huelga del 9 de abril del 58 la cual tras su fracaso (premeditado por el monstruo ) le dio por completo la supremacía de la lucha a la montaña. ¿Cree alguno de mis lectores que Fidel Castro sufrió y lloró el fracaso del ataque a Palacio el 13 de Marzo del 57 y la muerte de JOSÉ ANTONIO ECHEVARRÍA frente a una estación de radio?
De eso nada, fue una de sus alegrías mayores en todo este proceso. Pero nada comparado con quien consideraba su archirrival y competidor: FRANK PAÍS. Hasta el bobo de la yuca sabe que fue delatado su escondite por Vilma Espín siguiendo instrucciones de la bestia.
Después de alcanzar el poder fue obvio que peor que ser enemigo de Castro era hacerle sombra y si no me creen pregúntenles a CAMILO CIENFUEGOS Y ARNALDO OCHOA. Desde luego, no podemos dejar de mencionar al “útil más útil de todos los útiles después de muerto”: ERNESTO GUEVARA.