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Opinión
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Para Joe Biden y sus asesores: Cuba penaliza el emprendimiento
Jan 27, 2023

*ICLEP republica este texto, que vio la luz en mayo de 2022, por su pertinencia en el contexto actual de las relaciones entre la tranía cubana y la administración demócrata de Joe Biden.

 

En el año 2012 después de mucha burocracia y por supuesto, antes de ser blanco de la policía política yo logré obtener una licencia de trabajador privado "cuentapropista". Mi licencia era de transportista.

Yo había regresado de una beca en Suiza donde ahorré dinero durante 2 años e invertí en un carro americano y mis padres que trabajaban en Angola también compraron este tipo de carros. Ellos además compraron una casa y la pusimos a rentar.

Creamos un negocio familiar y con amistades para trabajar con el turismo y en la práctica funcionábamos como una agencia de viaje a la cual le llamamos qvainside.

Cada vez que nosotros los cuentapropistas lográbamos obtener ingresos decentes, la dictadura cubana y su aparato burocrático (ONAT, Ministerio de Transporte, MININT) arremetían contra nosotros subiendo impuestos descomunalmente, "reordenando el transporte para impedirnos ir a otras provincias o a lugares turísticos (como la república idependiente de Varadero o de los cayos turísticos), para toparnos los precios, para obligarnos a ir por rutas y calles específicas.

Los policías e inspectores vivían todo el tiempo deteniendo a los transportistas por cualquier motivo o sin motivo alguno y aplicando grandes multas o exigiendo altos sobornos para permitirnos continuar trabajando.

Uno trabajaba muy asustado, con miedo, con estrés y con frecuencia uno terminaba detenido en una estación de policía por cosas como tener el carné de la licencia operativa un poco estrujada y no querer sobornar al policía.

Nunca hubo un real mercado mayorista con piezas de repuestos a precios terrenales. Las baterías, radiadores, alternadores, motores de arranque, gomas ... solo se encontraban a altísimos precios en el mercado negro.

Yo conocía e interactuaba con cuentapropistas de todas las provincias y constaté que estos problemas y mi indignación no era un fenómeno ni personal, ni local, ni siquiera provincial sino de alcance nacional.

La ley tributaria sufría varias modificaciones en un año, casi cada 6 meses el PCC inventaba alguna regulación nueva para maltratar mas al cuentapropista y reducir al máximo el margen de ganancia.

En uno de los reordenamientos, a mí y a muchos de mis amigos no nos dieron licencia operativa para trabajar fuera de la provincia, sin embargo a otros cuentapropistas que hicieron exactamente los mismos trámites (e incluso algunos tenían vehículos en peor estado que el de nosotros) sí les dieron licencia para trabajar en todo el país, algo totalmente discrecional y que luego me entero que respondía a temas de confiabilidad, de integralidad revolucionaria, de sobornos o relaciones con los altos funcionarios y por supuesto, algunos de estos transportistas privilegiados eran colaboradores de la policía política.

El 31 de octubre de 2020 cuando me manifesté con unos carteles exigiendo libertades económicas para el pueblo por las calles Belascoaín y San Rafael, fui violentamente detenido y ahora hago un corte en la historia de ese día para abreviar. Fui interrogado por varios oficiales de la Seguridad del Estado que me amenazaron con procesarme por sedición.

Estos represores me aseguraron que "la Revolución no iba nunca a permitir que creciera el sector privado ni que se enriqueciera porque esto pondría en peligro a la propia revolución". También me dijeron que ellos no permitirían que en Cuba se aplicara un modelo como el de Vietnam o China, porque en las condiciones de Cuba, terminaríamos de vuelta en el capitalismo y el neoliberalismo.

Mi conclusión es que remover a la dictadura es una condición necesaria para permitir el crecimiento del sector privado. La dictadura sabe que para subsistir necesita mantener débil, pequeño y controlado al sector privado.

Joe Biden, estás cometiendo un grave error y lo estás haciendo en el peor momento, luego de que la dictadura aprobara un abusivo y medieval Código Penal.

 

Tomado de Atlántica.

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Deshielo sin ruido, pero por la puerta grande
Jan 26, 2023

LA HABANA, Cuba. — Hasta los cubanos más despistados han comenzado a preguntarse qué pasará en los próximos meses con tantos acontecimientos sucediéndose, algunos a favor y otros en contra del régimen cubano. Al tiempo que este se niega a pagar una deuda con la justificación improbable de que la misma fue negociada a espaldas de Fidel Castro, Western Union retoma sus operaciones en la Isla y The New York Times ha publicado una nota promocionando a la Isla como destino turístico, elogiando sus playas, sus plantaciones de tabaco, la ¿alegría? de su gente y hasta las protestas, que a partir de ahora también formarán parte de los temas que el turista no debe perder la oportunidad de abordar al tratarse de un hecho épico, único y quizás irrepetible.

Tan satisfactoria ha sido la publicación del diario neoyorquino que el Ministerio del Interior la replicó, porque es grande y vergonzosa la connivencia de la izquierda norteamericana con el órgano represivo que ha llenado las cárceles de presos políticos y desterrado a varios cubanos en los últimos años, sirviéndose para ello de las propias aerolíneas estadounidenses.

Es obvio que lo que importa es el dinero, principalmente el que pueda ser absorbido por el régimen. Hasta ahora no se ha explicado por qué la Western Union no entregará las remesas en efectivo y en dólares, para que cada beneficiario maneje su dinero como le dé la gana; sino que solo ofrece la opción de depositarlas en cuentan ancladas a bancos cubanos, todos controlados por la dictadura. Los nuevos términos de operabilidad de la empresa favorecen principalmente al castrismo, que podrá disponer de un volumen mayor de divisas justo cuando enfrenta al menos dos demandas por no pagar deudas contraídas hace más de veinte años.

Mientras ellos mueven ese dinero como estimen conveniente, los cubanos deben conformarse con comprar lo poco que hay en las tiendas en MLC, cada vez más caro, o vender la moneda libremente convertible en el mercado negro. Acumularla no es recomendable teniendo en cuenta que de la noche a la mañana el régimen podría decretar su fin, como hizo con el CUC, y canjearla a moneda nacional según la tarifa que se le ocurra, ocasionando enormes pérdidas a los ciudadanos.

Mientras cientos de cubanos que no poseen patrimonio ni patrocinador buscan alcanzar en balsa las costas estadounidenses a riesgo de ser regresados, y miles se disponen a invertir en un patrocinador como antes se preparaban para costear la travesía desde Nicaragua, la Casa Blanca hace todo lo posible para resolverle el problema a la dictadura, con el pretexto de ayudar al pueblo.

Del lado de acá, sin embargo, no se observan mejoras económicas ni buena voluntad en las altas esferas. No se contempla una amnistía que beneficie al menos a los presos del 11J que no cometieron “actos vandálicos”, como tampoco se aprecia un crecimiento esperanzador del sector privado fuera de esos negocios “estratégicos” que se hallan en buenos términos con la cúpula.

El éxodo como mecanismo de presión a Washington funcionó una vez más porque no estaba en funciones un presidente radical. De lo contrario la historia hubiera sido otra. Habría bastado una firma para decretar el cierre total de la frontera sur, dejando a López Obrador con un tremendo conflicto que lo habría obligado a cerrar su propia frontera con Guatemala, y así sucesivamente, en un efecto dominó que hubiera forzado a Nicaragua a eliminar, o al menos suspender temporalmente esa lucrativa exención de visa para los cubanos, que tantos millones de dólares aportó a los corruptos regímenes de Daniel Ortega y Miguel Díaz-Canel.

Una sola firma habría bastado para que cada día en Cuba se reeditara el 11J. Pero todo fue muy bien calculado y la Casa Blanca se dejó apabullar. Casi 300 000 cubanos llegados a Estados Unidos, y otros miles desperdigados por el mundo, para que ahora vengan a hablar de parole y que The New York Times insista en presentar a Cuba como el paraíso que demócratas y republicanos saben muy bien que no es.

Tal vez Cuba va camino a la anexión. Tal vez sí es la fruta madura, que ahora rueda hacia las manos del vecino por obra de los inicuos que le arrancaron toda posibilidad de ser verdaderamente independiente y soberana.

Es difícil hallarle una explicación a todo lo que está ocurriendo entre las flexibilizaciones de Washington y el ocultamiento de información por parte del régimen con respecto al litigio que se tramita ante un tribunal de Londres. La parte cubana miente descaradamente a la vez que esconde la identidad de los presuntos culpables que habrían puesto en riesgo la soberanía del país al negociar con “fondos buitre” sin autorización de un gobierno que siempre se ha jactado de saberlo todo.

Hay que ser idiota para creer que unos funcionarios lograron burlar al ojo codicioso del castrismo, como también hay que serlo para tragarse el cuento de que la misteriosa empresa Orbit S.A. ha dejado a los militares fuera del negocio multimillonario al que estaban acostumbrados. Más sensato sería aceptar que Estados Unidos está facilitando la mayor cantidad posible de dólares al régimen cubano para que este pueda liquidar algunas deudas, y respire.

Así las cosas, solo falta quitar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo para que este deshielo, que se ha tramitado sin ruido, siga su curso por la puerta grande.

 

Publicado originalmente en Cubanet.

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Patria
Jan 25, 2023

Mi abuelo paterno, Alejandro (Cuco) Núñez, fue el primer gran patriota que conocí en mi vida de manera personal. Lamento no haberlo aprovechado más, cuando murió yo apenas era un adolescente. Cuco Núñez era alto, casi seis pies de estatura. Caminaba algo encorvado y con los brazos abiertos. Siempre usaba un sombrero de ala ancha, un cuchillo largo con su funda en el cinto, y alpargatas. Tenía una memoria enciclopédica, tanto para recitar las décimas de Celestino García, y algunas propias, como para hablar largamente de las Guerras de Independencia, con datos, fechas y anécdotas, que aprendió de veteranos mambises. De hecho, hubo mambises en sus ascendentes. Era gallero, preparaba gallos de lidia, pero eso quedó ahí, no trascendió a nadie de la familia. Fue un hombre carismático y conversador, la gente le hacía corro, lo mismo en una fiesta que en un funeral. Tenía una voz fuerte, algo cascada por fumar tabaco. Recuerdo que una de sus muletillas era "y ese negocio". Lo del patriotismo era muy en serio. A su primera hija la nombró Cuba. A la segunda quería ponerle América, pero esa vez mi abuela se puso en sus trece, y quedó como María del Carmen. El asunto es que mi abuelo Cuco fue un patriota cabal, y jamás soportó al comunismo ni a Fidel Castro.
No es el límite geográfico lo que está en centro del conflicto sobre el patriotismo. Es el límite ideológico. Lo que está en crisis no es el patriotismo en sí mismo, sino la carga ideológica con que trataron de fusionarlo, el discurso que se implantó hace seis décadas en Cuba y que pretendió crear una unión indisoluble entre patriotismo, fidelismo y socialismo. Ese mismo límite permite a Oliver Zamora referirse al patriotismo de un extranjero que asesinó cubanos como el Che Guevara, pero le impide aceptar el patriotismo de una cubana completa como Celia Cruz, que puso el nombre de Cuba muy en alto, tanto por su arte, como por su imagen pública. El problema es, por tanto, la ideología. Una ideología que agotó todos sus recursos, porque también agotó todas las posibilidades, y por supuesto, la paciencia del pueblo cubano, que tampoco es infinita. No se trata de crear nada para atraer a la gente con un ideas renovadas usando las plataformas modernas, ni "buscar soluciones de acuerdo al momento actual", creo que estamos todos cansados de la misma oración. Sólo debemos rescatar lo originario, lo que siempre estuvo ahí.
La diversidad no es una amenaza, por el contrario, es la mayor riqueza. La única manera que tiene nuestro país de superar el agujero negro en que hemos caído, es abrirnos a la diversidad que forma a Cuba. La ideología en Cuba siempre ha tratado de uniformar, porque esa es la naturaleza de las ideologías. Y no tiene ningún sentido hablar de diversidad cultural, religiosa y sexual si no se habla de la diversidad política. Negar el patriotismo o la cubanía a los críticos y opositores al régimen, por el simple hecho de serlo, no ha sido un simple error, sino el resultado de una perversa estrategia cuidadosamente diseñada. Si una ideología es excluyente, si divide a los cubanos, es antipatriota. Sólo estamos asistiendo a las consecuencias de algo tan absurdo. La patria, como la familia, tiene que ser necesariamente congregante.
Por lo demás, no hay nada de patriotismo en el hecho de resistir en una cola. Es totalmente absurdo el discurso que busca edulcorar la miseria. La realidad es que el pueblo sufre miseria, y es algo humillante, una injusticia que clama al cielo. Hay algo de cierto en lo que dijo el profesor, más allá de que haya sido o no un guión preconcebido: el patriotismo no está siendo impugnado por nadie en específico . Es simplemente la realidad que contradice y también desborda todo el discurso ideológico.
No me preocupa el patriotismo. Confío en que los cubanos de bien seguiremos amando a Cuba más allá del lugar donde estemos, y vamos a seguir deseando lo mejor para nuestro país. Sé que Cuba se va a rehacer, al igual que nuestro orgullo nacional.

*Tomado de Atlántica

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Lorenzo Rosales Fajardo y un camino de ecos
Jan 24, 2023

El pastor Lorenzo Rosales Fajardo sintió el brazo de un militar en el cuello, estrangulándolo firmemente, mientras era movido hasta un auto policial. Ocurrió el 11 de julio de 2022 (también conocido como 11J), en la ciudad de Palma Soriano, en la parte oriental de Cuba. En esa fecha miles de personas salieron a las calles para reclamar libertad y terminaron protagonizando las protestas más grandes contra el socialismo en 60 años.  

La manifestación en la ciudad de Rosales Fajardo fue pacífica, pero tal vez fue de las que más molestó al régimen: uno de los líderes históricos de la Revolución, Ramiro Valdés, señalado como responsable de cientos de ejecuciones y torturas, se presentó ante los manifestantes para calmarlos, pero la gente coreó en su cara “¡Asesino!”. Algo impensado en seis décadas de terror.

Rosales Fajardo fue uno de los cubanos que perdió el miedo e hizo por vez primera uso de su derecho a la manifestación pacífica en espacios públicos. Calles y plazas se llenaron de gente, primero en un pequeño poblado llamado San Antonio de los Baños, en el Occidente de la Isla, y luego en Palma Soriano, en el extremo oriental. El facilitador de estos levantamientos espontáneos fue Facebook, la red social más extendida en el país, según uno de los responsables del primer chispazo, el pastor Alexander Pérez. Un poblado vio a otro alzarse, las ciudades los fueron imitando, y así hasta que decenas de localidades gritaban contra el tirano.

Líderes evangélicos como Rosales Fajardo se unieron a las manifestaciones del 11J. Mientras, numerosos creyentes hicieron contribuciones decisivas para que el mundo conociera de las protestas, como el fotógrafo Marcos Évora, cuyas imágenes tomadas en La Habana el 11 de julio han ilustrado informes de organismos defensores de derechos humanos y noticias sobre el suceso.

De hecho, el grupo religioso con mayor cantidad de líderes reprimidos a causa de las manifestaciones fue el evangélico. Pastores de Matanzas y Las Tunas fueron detenidos por acompañar a sus comunidades y hacer uso de sus derechos civiles. Ellos marcaron un antes y un después en romper ese mantra repetido por la Revolución Socialista de que los religiosos no debían meterse en política. 

Esa suerte de ley no escrita ha pasado de generación en generación en los últimos 60 años en Cuba, y su arraigo tiene dos explicaciones lógicas. Por una parte, los liderazgos cristianos encontraron en esa frase un refugio para que las instituciones sobrevivieran a los fusilamientos masivos en las primeras décadas del proceso revolucionario, a los decomisos de (muchas más) propiedades, a los cierres e ilegalizaciones de denominaciones religiosas. En un peligroso ambiente de fanatismo izquierdista, los líderes hicieron silencio para permitir que los fieles conservaran un lugar de reunión, y la institución ―aunque muy disminuida― pudiera continuar su labor espiritual y social. La actitud de la mayoría de las iglesias no fue exclusiva, sino que se inserta en un momento de silencio de la sociedad civil en su conjunto, con honrosas excepciones. 

Y en segundo lugar, el mantenimiento de la Iglesia fuera de la política permitió al régimen neutralizar una abierta oposición, desde el pensamiento y la acción. Recordemos que en Cuba la Iglesia es la última entidad de la sociedad civil que mantiene, con muchos obstáculos, su estatus legal; además, forma su propio liderazgo, y tiene un gran prestigio por su protagonismo en la recuperación y ayuda ante desastres naturales, por ejemplo. 

De otro lado, con el aumento paulatino del acceso a internet desde 2015, el régimen ha ido perdiendo control sobre la libertad de expresión. Ahora perfiles de Facebook, canales de YouTube o webs independientes o internacionales (como las del Family Research Council, Praguer U, Heritage Foundation o el Daily Wire) ayudan a toda una generación de cubanos interesados en la libertad a encontrar argumentos y reflexiones profundas sobre lo que ocurre en su realidad inmediata. Por primera vez, de modo masivo, millones de habitantes en la Isla tienen la posibilidad de escapar del adoctrinamiento Socialista. 

Valga decir que Cuba es el país del hemisferio occidental donde por más tiempo ha estado prohibido educar a los hijos fuera del centralizado sistema de enseñanza estatal, donde el régimen persigue la prosperidad y donde abrir un medio independiente puede llevar a los periodistas a la cárcel. 

La mayor parte de las iglesias, sin embargo, está desligada de la tiranía socialista; se rige por una cosmovisión que no solo propone una alternativa a la idea estatista, sino que se le opone abiertamente. Y ha empezado a actuar. Especialmente después de que el Estado avanzara desde 2018 en una serie de reformas del cuerpo legal nacional que afecta a instituciones preestatales como la Familia y el Matrimonio. Por ejemplo, entre 2018 y 2019 decenas de denominaciones cristianas hicieron campaña contra 21 artículos de la nueva Constitución comunista, especialmente contra aquellos que introducían elementos de ideología de género en la Carta Magna. Tanto en escenarios virtuales (especialmente redes sociales) como “físicos”, se dieron acciones cívicas, como la recogida de casi 190 000 firmas a favor de la Familia. E hicieron historia: esta fue la mayor recogida de firmas desde la sociedad civil en más de 60 años contra una política del Estado marxista. 

A contrapelo de las prohibiciones del régimen para crear asociaciones independientes, las iglesias Liga Evangélica, Bautista Oriental y Occidental, Metodista y Asambleas de Dios, las de mayor membresía en la Isla, fundaron la Alianza de Iglesias Evangélicas de Cuba (2019), en abierta contraposición al oficialista Consejo de Iglesias de Cuba. La legalización de esa asociación fue vetada por el régimen; los líderes religiosos resultaron reprimidos: recibieron citaciones policiales y se les prohibió salir del país.

Hoy la Alianza sigue activa, aunque clandestinamente para evitar las acciones del régimen y grupos radicales marxistas.

Desde los creyentes también han salido otras iniciativas contra la dictadura en los últimos años. Una de ellas, la Carta de los Siete (2019), tuvo gran repercusión entre los medios independientes cubanos. Fue una declaración pública de intelectuales evangélicos contra la falta de libertad de expresión y a favor del derecho de los padres a elegir la educación que será dada a sus hijos. La carta abogaba, además, por la libertad de los pastores Ramón Rigal y Ayda Expósito, detenidos y condenados por practicar el homeschooling con sus hijos y otros niños de sus comunidades en la ciudad de Guantánamo. 

El 1ro. de mayo de 2021 un grupo de jóvenes evangélicos en La Habana intentó romper el cerco policial en torno al artista contestatario Luis Manuel Otero Alcántara, entonces en huelga de hambre por la falta de libertad artística en la Isla. Los jóvenes pretendían llegar hasta Otero Alcántara para brindarle asistencia religiosa, pero fueron detenidos por la policía política, escoltados lejos del retén policial, y amenazados por su solidaridad. 

A finales de ese mismo mes, circuló en redes sociales una carta abierta firmada por pastores cubanos que demandaba a la dictadura la liberación de los presos políticos en la Isla. A esto se sumaron masivos llamados a ayuno y oración por la situación del país, sumido en un pico de la continua crisis de la centralizada economía y el ambiente represivo del régimen.

Semanas después, ocurrió el 11J. 

Los pasos del pastor Lorenzo Rosales Fajardo en las calles de Palma Soriano aquella fecha de 2021 traían los ecos de un movimiento de desobediencia civil fundado en la búsqueda por la libertad y la idea cristiana del individuo como hechura de Dios. El cómodo engaño de los tiranos, de que los cubanos que profesan una fe no deben intervenir u opinar en temas políticos ―es decir, que son ciudadanos de segunda― parece ir cayendo en Cuba. Emerge con fuerza en los espacios públicos aquello de que es más importante obedecer a Dios antes que a los hombres.

Las consecuencias de ese viaje hacia la libertad han afectado a muchos, como a Rosales Fajardo, quien permanece en la prisión de máxima seguridad de Boniato, en Santiago de Cuba. Ha sido condenado a siete años de cárcel. También ha sufrido tortura. Su esposa no pudo verlo hasta casi un mes después de la detención. Entonces encontró a un hombre famélico, irreconocible, pero con una firmeza admirable, que aun bajo el totalitarismo cubano encuentra en decir y actuar en la Verdad el reposo de los justos.

 

Publicado originalmente en YucaByte.

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Sistema de salud castrista: caro, ineficiente, con 'logros' dudosos y dañino para la economía cubana
Jan 23, 2023

Mientras casi todo lo que alguna vez construyó la Revolución cubana se está desintegrando en óxido, marabú, grietas, arrugas y desencanto, aún el castrismo saca pecho con sus éxitos en Salud. Así, aprovechando el impacto del coronavirus, la propaganda estatal se intensificó mezclando notas de chovinismo sanitario con loas al régimen a ritmo de "La fuerza de un país", pegajosa melodía del fidelista dúo Buena Fe.

Esta sempiterna y ahora intensificada propaganda sobre los "logros de salud de la Revolución", ha conseguido que muchos cubanos crean vehementemente que los índices de esperanza de vida y mortalidad infantil son conquistas de la política castrista, y eso tiene un peso fundamental en el apoyo o poca confrontación que recibe el Gobierno de una amplia porción del pueblo, que teme perder salud si cambia el sistema.

Pero, ¿respaldan los datos esta propaganda oficial?

Esperanza de vida al nacer

Los cubanos comenzaron el siglo XX viviendo como promedio apenas 33,2 años; eso no mejoró robustamente hasta la década del 30, durante la cual se adicionaron 4,1 años a la esperanza de vida. La década del 40 aportó seis años más, pero fue en los 50 cuando sucedió el mayor avance de longevidad en la historia de Cuba, ¡8,3 años! Ese impulso, debido al buen desenvolvimiento económico y el mejoramiento de los servicios de salud logrados en los años previos a la Revolución, llegó hasta los 60, década en la que se adicionaron otros 8,1 años a la esperanza de vida promedio.

Desde entonces, el aumento de esperanza de vida desaceleró, e incluso, a consecuencia del fracaso económico, ha habido preocupantes retrocesos. Según datos de "Cuba. Epidemia de Covid-19. Modelo Logístico", del académico Juan Carlos Albizu-Campos, entre 2012 y 2021 las mujeres cubanas perdieron 6,7 años de esperanza de vida y los hombres 7,5, una verdadera tragedia.

Y si las cifras absolutas demuestran que el gran salto de longevidad de la sociedad cubana sucedió antes de la Revolución, si miramos cifras relativas al resto de América Latina encontramos que, en 1960, Cuba superaba en casi ocho años la media de esperanza de vida latinoamericana, mientras ahora la supera en menos de cuatro —o está por debajo, según los datos de Albizu-Campos—, lo que indica que el continente, en conjunto, ha avanzado en longevidad más que la Cuba revolucionaria durante estos últimos 60 años.

Paradójicamente, el fracaso económico del régimen castrista contribuye a que los cubanos estén más sanos, manteniéndolos "a salvo" de la obesidad —el mayor problema nutricional de América—, gracias a la escasez de alimentos y al ejercicio que impone la falta de transporte. Añádanse todas las muertes no ocurridas en accidentes viales por existir solo 5,6 vehículos por cada 100 cubanos, frente a 26,7 en Latinoamérica o 91 en EEUU. En todo caso, una salud forzada es castigo, no dicha.

Mortalidad infantil

Sobre el bajo índice de mortalidad infantil del que tanto se ufana el castrismo es importante destacar que antes de 1959 ya traía un mejoramiento sostenido y estaba entre los primeros del continente. Pero queremos centrar la atención en la investigación de los economistas Vincent Geloso y Benjamin Powell junto al médico Gilbert Berdine, quienes han encontrado medidores objetivos que cuestionan la fiabilidad de las estadísticas que provee el Gobierno cubano. Expliquémoslo.

El índice de mortalidad infantil recoge las muertes acaecidas durante el primer año de vida, mientras el menos publicitado índice de mortalidad fetal contabiliza los fallecimientos sucedidos entre la semana 20 de gestación y el momento antes del parto.

Estos investigadores han encontrado que, sin justificación alguna, la correlación entre el índice de mortalidad fetal y el índice de mortalidad infantil en Cuba duplica la encontrada a nivel mundial, lo que los lleva a la fuerte sospecha de que en la Isla se clasifican sistemáticamente las muertes neonatales —ocurridas hasta una semana después del parto— como muertes fetales, disminuyendo así, mediante amaño estadístico, el índice de mortalidad infantil.

Costo sanitario

Ahora pensemos en el costo de estos "logros de la Revolución", pues, aunque sea la salud lo más valioso para muchos, esta sigue teniendo un coste; los recursos que a ella se dedican, forzosamente tienen que restarse de fines alternativos, también útiles y deseados.

A falta de poder comprar o crear tecnología, y teniendo disponible un pueblo como mano de obra semiesclava, la política castrista ha consistido en masificar la asistencia primaria —que acapara más del 40% del gasto sanitario nacional—, fabricando médicos a escala industrial, tantos que hoy Cuba exhibe el mayor número de galenos per cápita del mundo (nueve por cada 1.000 habitantes), siete veces más que Latinoamérica y el triple que Estados Unidos.

Para sostener tal ejército de batas blancas, el país está entre los que más PIB dedican a salud —aun cuando los salarios de los médicos son de los más bajos del mundo y la infraestructura se cae a pedazos—, lo que indica que el sistema sanitario castrista es excesivamente caro e ineficiente: tiene que gastar mucho más que los demás para obtener unos índices de salud levemente mejores... si es que son ciertos.

Conclusiones

  • La esperanza de vida al nacer y la mortalidad infantil comenzaron a mejorar mucho antes de que llegara la Revolución.
  • En los últimos años, la esperanza de vida al nacer ha caído estrepitosamente.
  • Cuba estaba comparativamente mejor con respecto al resto del continente antes de 1959.
  • El fracaso económico contribuye a la esperanza de vida, como subproducto de la falta de alimentos y transporte.
  • Hay serias dudas, ya no solo basadas en la no contrastabilidad de las fuentes estatales, sino por evidencias estadísticas concretas, sobre la veracidad de los datos oficiales.

El relato propagandístico de los "logros de salud de la Revolución" se mantiene sobre un sistema sanitario desproporcionadamente caro, que entorpece el desarrollo de la economía, lo que impide incluso la sostenibilidad a largo plazo del propio sistema sanitario.

 

Publicado originalmente en Diario de Cuba.

 

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La Revolución SÍ desampara a sus hijos (II): "Olvidados"
Jan 22, 2023

Por nuestras ciudades, calles y parques deambulan muchas personas de un lugar a otro sin un rumbo exacto, no tienen un hogar para vivir, padecen de adiciones, duermen a la intemperie, en los portales de las casas o han sido abandonadas por sus familias quedando desamparados.

Según el Censo de Población y Viviendas de 2012, al menos 1,108 personas con esta situación, sobreviven en Cuba. Se subdividen, en 958 hombres y 150 mujeres. Unos 641 están en el grupo etario de 16 a 59 años y otros 467, tienen 60 años o más. Estas cifras, tal vez inexacta, demuestran una verdad muy latente en las avenidas cubanas.

La madrugada del 16 de enero de 2023 en Cuba fue de las más frías, con reportes por debajo de los 10 grados Celsius (°C), incluso récords en algunas regiones del país, como es el caso de la provincia de Guantánamo que la temperatura bajó a 9.9 °C.

Ante esta situación ¿qué medidas han tomado el Gobierno y el Partido para protegerlas de estos días invernales? Tanteando Cuba salió a buscar respuestas en los protagonistas de este comentario.

Miguel, como se le conoce en la zona por donde está, cerca de la tienda “El Encanto” de la ciudad de Camagüey. Tiene 44 años, lleva un tabaco apagado en la boca y dos pomos pequeños de crema en una mano, “por si alguien quiere comprármelo”, me dice.

Cuenta que hace años anda de portal en portal. Su hermano lo botó de la casa y cada vez que va por allá, este le da golpes para que se vaya. Una señora mayor que vende cigarros y tabaco frente a la acera que siempre está sentando, le da cuando puede un poco de café o un plato de comida.

“Es una buena persona, no se mete con nadie y yo trato de darle algo a pesar que la cosa está apretada”, cuenta la señora, quien quiso mantener su anonimato.

 

Miguel

 

En Cuba existe un Programa de Prevención, Asistencia y Trabajo Social, que tiene especial énfasis en el funcionamiento de los Centros de Protección Social para la Atención a las Personas con Conducta Deambulante, según publicó el medio de prensa Cubadebate.  

Estos centros tienen un carácter temporal. En ellos se tiene que hacer una caracterización social de las personas, asegurarles protección, asistencia médica y rehabilitación, e incluso aseo y ropa. Entre sus misiones, está garantizar la reinserción al medio social y familiar.

La ministra de Trabajo y Seguridad Social, Martha Elena Feitó Cabrera detalló que esas instituciones no se pueden convertir en albergues. Cada caso tiene que llevar una solución, que puede ser el traslado a un hogar de ancianos, a un hospital siquiátrico o al seno de la familia obligada a la protección.

En cada provincia debe haber un Grupo Provincial de Prevención, que es el que coordina todo lo referente a la atención de estas personas, pero sin dudas, en la práctica no funcionan

   ***  

Manolito y su hermano Ricardo llevan más de 4 años en la calle. Dos años viviendo en un portal ubicado en la Avenida de la Caridad, cerca del Palacio de los Matrimonios de la ciudad de Camagüey.

«Nuestro armario, son esas tres cajas que ves ahí, de las cuales nos han robado pitusas y otras cositas más», dice Manolito

Para poder alimentarse, lo mismo que recogen materia prima o las personas los buscan para que cuiden colas durante las noches. También, de la panadería que les queda en frente, reciben algunas bolitas de pan para ir tirando.

«Si almorzamos no comemos, si comemos no almorzamos, porque todo está bien caro, y acá luchamos lo que se pueda»

«En este mismo piso que estamos sentados ahora, hemos pasado cumpleaños, fin de años, frío, mucho frío, con lágrimas en los ojos junto a las perritas que jamás dejamos abandonas», expresa Manolito con una voz llorosa.

                                                          ***

 

Manolito

 

Por otra parte, es difícil encontrar normas jurídicas que protejan a los vagabundos.

El artículo 71 de la Constitución de la República de Cuba, dice que “se reconoce a todas las personas el derecho a una vivienda adecuada y a un hábitat seguro y saludable”.

También, el artículo 88 dicta que “el Estado, la sociedad y las familias, en lo que a cada uno corresponde, tienen la obligación de proteger, asistir y facilitar las condiciones para satisfacer las necesidades y elevar la calidad de vida de las personas adultas mayores”. Y el artículo 89, refiere que “el Estado, la sociedad y las familias tienen la obligación de proteger, promover y asegurar el pleno ejercicio de los derechos de las personas en situación de discapacidad”.

A pesar de esto, cada día es más común ver recorriendo nuestras calles a muchos Manolito, Miguel y Ricardo a la vista de todos y de los principales encargados de prestarle ayuda a estas personas que, sin importar el motivo que los haya inducido a estar así, tienen la responsabilidad estatal y no lo hacen.

Urge diseñar políticas más eficientes y crear otras formas de inclusión en las que el respeto a los derechos de estas personas en condiciones de vida muy extrema se inserte en una nueva cultura, para de esta forma contribuir a su bienestar social y no queden Olvidados.  

 

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La revolución SÍ abandona a sus hijos
Jan 21, 2023

En el programa televisivo Mesa Redonda del 11 de diciembre de 2020, Marino Murillo, quien fuera en aquel entonces el jefe de la Comisión de Implementación y desarrollo de los Lineamientos, expresó que “con la Tarea Ordenamiento ningún ciudadano quedará desamparado ni olvidado” y añadió respecto a los jubilados, “fueron los trabajadores del pasado y no tenemos ningún derecho de dejarlos sin protección”. A dos años de implementarse, la realidad es otra. 

Rosa Reyes tiene 73 años, vive en el reparto Salomé del Municipio de Camagüey. Perdió su vivienda con el paso del huracán Irma en el 2017 por tierras agramontinas. Desde aquel entonces está esperando a que el Estado le entregue los materiales de la construcción para levantar su casita, como ella misma dice. Cuenta con una chequera de 1500 pesos, que apenas llega al final de mes, entre la compra de los mandados, medicamentos, aseo personal, un saco de carbón porque no tiene más equipos para cocinar y otras cositas, la cuenta no le da.

Esther fue gran parte de su vida profesora de Economía Política en la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte Loynaz. Durante muchos años, según cuenta, ha padecido de reumas, sus hijos la abandonaron, así como el gobierno y su propia Universidad en la que contribuyó a formar a miles de profesionales. De su propio dinero de jubilación tiene que pagarle a una mujer que solo viene a ayudarla una vez a la semana.

Juan José, es ciego, hace algún tiempo perdió la visión por problemas de glaucoma, más de cinco operaciones, todas en vano. Ya jubilado con más de 40 años laborales, cobra una pensión de 1678 pesos, ante mi pregunta, ¿viejo que hace en la calle?, su repuesta con una voz cansada, «luchándola mijo, la cosa no está fácil». A pesar de los obstáculos que le puso la vida, camina todos los días desde su casa en la calle 20 de mayo hasta el Casino Campestre de la ciudad de Camagüey, para trabajar cuidando aparatos en este parque.

Esta es una realidad que afecta a la mayoría de las personas de la tercera edad en Cuba, que, como Juan, Rosa y Esther dedicaron toda su vida al trabajo y en la actualidad son los más perjudicados en esto de la inflación, el ordenamiento y la subida de los precios, porque sus chequeras tristemente no les da para satisfacer sus necesidades básicas y su edad no los acompaña para «lucharla». Olvidados por la Revolución que un día ayudaron a «construir» y hoy les paga con el abandono y la incapacidad de garantizarles sus necesidades básicas.

 

Publicado originalmente en el Blog Tantenado Cuba

 

Publicado originalmente en el Blog Tanteando Cuba

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La lista
Jan 20, 2023

Pasaporte, tenis cómodos, dos licras, dos camisetas, un abrigo, ropa interior y el cargador del teléfono. Es una lista corta, es muy poco lo que se empaca en la mochila, solo lo necesario. Más pesa el alma, dividida entre los amigos que han emigrado a otras latitudes y los abuelos a quienes ya no les cerraré los ojos; me consuela pensar que al menos les calentaré el estómago con un poquito de leche y una carnita, cuando se pueda.

Si Cuba no fuera la prisión ruinosa que es, si no fuera un sepulcro blanqueado, esta lista estaría de más. Si mis quince años de trabajo honrado me permitieran gozar de un techo sin filtraciones, comida decente, salidas con los amigos y algún que otro viaje al extranjero, esta mochila estaría vacía, la lista más bien sería de artículos de canastilla. Pero no, la ideología de la pobreza, la desidia y la opresión nos empuja a emigrar; los deseos de ver a otros seres queridos, cumplir un sueño, alimentar a los que se quedan, nos arrastran.

La lista es corta. La mochila es pequeña pero el peso es inmenso y el dolor incalculable. El alma se rompe en pedazos y sangra a lágrima viva. Cuba pesa, se queda atrás, bajo las nubes, y a la vez se lleva encima, como una cruz invisible que nos abrasará el pecho siempre. Cuba duele lo mismo estando dentro que fuera. Ahora entiendo a Martí cuando hablaba de su horror al frío, de tiranos, de derechos, de patria y libertad.

 

Publicado originalmente en la revista La Hora de Cuba.