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Opinión
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El derribo de las avionetas de hermanos al rescate...
Feb 24, 2021

Por Angelica Mora

Con cada 24 de febrero mi dolor aflora como la primera vez en que oí la noticia del derribo de las dos avionetas de Hermanos al Rescate. No podía creer que un hecho así pudiera suceder. Realmente era como una pesadilla…


El gobierno de Cuba había ordenado el derribo de dos pequeños aviones de un grupo del exilio que ayudaba a buscar balseros en el corredor marítimo entre Cuba y el estado de Florida. Cuatro jóvenes habían sido asesinados durante su misión humanitaria: Carlos Costa, Armando Alejandre, Mario de la Peña y Pablo Morales.


Hace 20 años, al suceder ese crimen, yo estaba en mi casa en Virginia, porque era fin de semana.


Recuerdo que corrí hacia mi automóvil para dirigirme a la sede de Radio Martí en Washington DC. donde trabajaba desde hacía varios años como periodista. El traslado de las oficinas de Radio y TV Martí a Miami se haría realidad dos meses después.


Mientras manejaba iba pensando en la tragedia, pero especialmente en uno de ellos, Carlos Costa, a quien había conocido personalmente y con quien había volado buscando náufragos en las aguas del Estrecho de la Florida.


Me había tocado volar con los Hermanos al Rescate en dos ocasiones, debido a que el directorado de Radio Martí quería que los periodistas narráramos directamente cómo se llevaban a cabo los rescates en el mar de los cubanos que salían huyendo del régimen castrista.


Existía una campaña para hacerlos desistir de realizar la peligrosa travesía, pero también se les quería salvar -si estaban perdidos- y se les recomendaba llevar ropa de colores fuertes como naranja y amarilla para que fuera fácil de ver desde arriba en las avionetas.  Y se les pedía además, llevar espejos en las frágiles embarcaciones para reflectar el sol y hacer señales.


Quisiera no haber contado con este triste privilegio de haber volado en las avionetas y no tener en mis vivencias haber compartido esa camaradería con los pilotos, especialmente con Carlos Costa, uno de los mártires que fueron asesinados en el aire, por orden directa de los hermanos Castro.


Como dije, formé parte de la misión de rescate como observadora y periodista de Radio Martí. La búsqueda de los balseros en el mar, en el estrecho de la Florida, era materia de urgencia para poder salvar vidas. Pese a las advertencias de los peligros que contenía la travesía, familias enteras se lanzaban al mar en forma desesperada para tratar de huir del infierno llamado Cuba.


En la emisora habíamos creado un programa llamado ¨Puente Familiar”, que grababa constantemente los recados desde las dos las orillas -Cuba y Estados Unidos- y donde se trataba de informar de los que habían llegado a salvo a sus seres queridos, que habían quedado atrás. Y estos también podían enviar sus mensajes, que eran retransmitidos constantemente, varias veces al día y luego en un resumen semanal.


Cuando volé con los Hermanos al Rescate iba con el propósito de ver la forma en que este grupo desarrollaba su trabajo de recorrido de la enorme franja del estrecho buscando sobrevivientes.
Mientras se realizaban los preparativos de los vuelos conversaba con la tripulación. Me hice amiga de un joven lleno de entusiasmo llamado Carlos Alberto Costa. Teníamos un vínculo que lo compartíamos riendo: Uno de mis hijos estaba en la misma escuela de aviación en la Universidad de Aeronáutica Embry-Riddle localizada en Daytona Beach, a la que había asistido Costa. Mi hijo también se llama Carlos “y es un volado” bárbaro. Cómo nos reíamos antes de partir, con los cuentos de la Universidad y las coincidencias.


Le contaba que mi hijo nos había hecho comprar un pequeño condominio en Daytona para poder ir y venir de la Escuela, pero lo habíamos adquirido muy tarde, cuando casi tenía terminados los estudios. “No importa, me decía Costa, es una inversión para el futuro”. Así era de práctico este muchacho risueño, con un alma limpia, que lo único que quería –junto con el grupo- era ofrecer sus conocimientos para ayudar a sus infortunados hermanos en la Isla.


Desde el aire era sobrecogedor ver la inmensidad de las aguas, que como un espejo trizado en miles de pedazos, era fracturada por las olas.


En una ocasión Hermanos al Rescate encontró un grupo al borde de la muerte, muy deshidratados, y que llevaban días en Cabo Sal. Agitaban algunos, a duras penas, camisas color naranja. Aún guardo una que me regalaron. Era una tarea agobiante el rescate humanitario en esos años del gran éxodo de los 90.


Emboscada
Sin embargo, los hermanos Castro, tenían un plan contra la Organización Hermanos al Rescate, que les estaba molestando, con llamados de aperturas democráticas y lanzamientos de panfletos con copias de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Fidel y Raúl Castro pensaron, fraguaron y ejecutaron el plan de tender una trampa al grupo para derribar las pequeñas avionetas, en otro de los crímenes que algún día tendrán que pagar.


Este 24 de febrero, el exilio cubano conmemora el décimo octavo aniversario del derribo. Fueron alcanzadas dos avionetas desarmadas. La masacre se la encargaron a aviones de guerra MiG de la Fuerza Aérea cubana.


Raúl Castro
Hoy uno de estos aviones de caza MIG tiene dos estrellas rojas en su fuselaje, concedidas por el régimen cubano en premio y reconocimiento por la victoria de haber derribado las dos indefensas avionetas
El gobernante Raúl Castro, fue quien planificó y ordenó el derribo de las dos avionetas. Una grabación inédita con su propia voz, así lo confirmó: “Yo decía que traten de tumbarlos arriba del territorio, pero ellos entraban en La Habana y se iban ….


“Claro -sigue diciendo Raúl Castro- con un cohetazo de esos, avión-avión, lo que viene para abajo es una bola de fuego y que va a caer arriba de la ciudad…”.


“Bueno, túmbenlos en el mar cuando se aparezcan; si no, consulten los que tienen las facultades”.
Luego hay otra grabación de 11 minutos y 32 segundos que registra una conversación en la sede provincial del Partido Comunista de Cuba (PCC) en Holguín y confirma el reconocimiento por parte Raúl Castro de haber organizado y dado la orden de ejecutar los derribos.


El encuentro se celebró el 21 de junio de 1996 con la participación de funcionarios gubernamentales y periodistas de la cadena nacional Radio Rebelde. La charla con los periodistas, a quien en dos ocasiones Castro advierte que “no publiquen nada de esto”, fue grabada por personal técnico de Radio Rebelde. Esa fuente hizo llegar una copia desde Cuba a El Nuevo Herald a través de la agencia Nueva Prensa Cubana, con sede en Miami.


Las declaraciones de Castro tuvieron lugar pocos días antes de que se conociera públicamente un informe de la Organización Internacional de Aviación Civil de Naciones Unidas (OACI), el cual confirmó que las dos avionetas Cessna C-337 fueron abatidas en aguas internacionales por cazas MiG de la fuerza aérea cubana. El régimen castrista siempre sostuvo que las avionetas fueron abatidas dentro de las 12 millas que demarcan sus aguas territoriales. Las conclusiones de la OACI tomaron en cuenta los documentos aportados por ambos países, así como las posiciones marítimas del crucero Majesty of the Seas y del barco pesquero Tri-Liner, cuyos respectivos tripulantes presenciaron la destrucción de las avionetas.

Aunque la luz verde para actuar contra las avionetas siempre se atribuyó a Fidel Castro tras sus confesiones al periodista Dan Rather para la cadena televisiva CBS, en julio de 1996, la grabación apunta directamente a que Raúl Castro tuvo en sus manos la planificación y la orden del derribo. Todo indica que la decisión se tomó premeditadamente durante una reunión con altos mandos militares el 13 de enero de 1996, fecha en que aviones de Hermanos al Rescate violaron el espacio aéreo cubano y lanzaron proclamas sobre La Habana. “Yo aclaré que [la decisión] había que descentralizarla si queremos que jugara su papel, y a cinco generales se les dio las facultades”, explica en la grabación Raúl Castro. “Ellos [Hermanos al Rescate] iban a ir incrementando esto y no se tuvo más remedio que tomar esta decisión”.

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El fracaso de la empresa cubana
Feb 24, 2021

Publicado originalmente en la edición 102 del medio de comunicación comunitario del ICLEP El Espirituano

El fracaso de la empresa cubana

Por la periodista ciudadana Deyvis Madrigal

Cuando se inició la tarea ordenamiento en el mes de enero los principales representantes y portavoces del régimen cubano no cesaron de hablar del papel del sector empresarial cubano en este nuevo intento de poner a flote la desbastada economía nacional. Muchas fueron las explicaciones al respecto y todas tenían en común una imagen triunfalista que colocaba todas las esperanzas de mejoras en las empresas estatales.

Pero pasado dos meses de iniciado el pretendido reordenamiento de la economía ¿cuál es la realidad? No hay que ser un economista o especialista en esta materia para comprender la realidad. Resulta imposible que las empresas estatales puedan enfrentar los retos que se les ha impuesto. Con una maltrecha infraestructura, y una autonomía que la hace responsable de una gestión empresarial que por años estuvo dependiendo del estado, del cual recibía los pocos recursos disponibles, es imposible que pueda aportar algún beneficio a la actual política de reajuste.

Muy contrario a lo que la realidad está mostrando, muchas de estas empresas han logrado con grandes esfuerzos y con créditos bancarios pagar los salarios a sus trabajadores, y en lo que se espera de febrero la estrategia de pago tendrá que ser la misma, si los bancos quieren otorgar nuevos créditos, cuestión que hoy parece que será discutible. Desde esta penosa realidad que se revierte en el agravamiento de la crisis socioeconómica que hoy viven millones de cubanos en la isla, el mito de la empresa como salvadora de la sociedad cubana, parece colapsar.

No se puede generar riqueza social con empresas incapaces de superar el viejo mal de la dependencia. Y no porque no puedan y quieran. Sin pretender imponer modelos, lo que queda claro es que el modelo económico cubano, rectorado de alguna forma, ya sea visible o invisible por parte del gobierno, no propiciará los cambios y mejoras que el pueblo espera. Otros han entendido este mensaje y han sido creativos utilizando los resortes que permitan avanzar, sin temores.

Como alguien dijo, no se pueden cazar conejos con gatos. No puede haber resultados en términos económicos con un sector empresarial que hoy no puede ni sabe cómo andar bajo las presiones y exigencias que le impone el régimen.

En economía no hay milagros, todo depende de la capacidad de respuesta que tenga el sector industrial y empresarial cubano y esa capacidad solo existe hoy en los reglamentos y decretos emitidos por el régimen para poner en marcha el mal llamado ordenamiento.

Una vez más el sistema político cubano choca con sus propias limitaciones, heredadas de los viejos modelos económicos del socialismo, cuya efectividad ha dejado de ser real.

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Los últimos días de Zapata
Feb 23, 2021

Hace 11 años nuestro hermano de causa Orlando Zapata Tamayo entregaba su vida por la libertad de Cuba. En aquel entonces me encontraba enfermo y preso en el Hospital Nacional de Recluso, de la prisión Combinado del Este en La Habana, cumpliendo una condena de 25 años de cárcel. Yo estaba relativamente cerca de Zapata y pude documentar como transcurrieron sus últimos días. Hoy les vuelvo a regalar lo que escribí en el 2010 como un homenaje a uno de los más grandes cubanos de estos tiempos.

Los últimos días de Zapata

Por Normando Hernández

La brisa de la mañana es fría. Los rayos del sol se empecinan, inútilmente, en calentar el interior de las blancas estructuras de hormigón, que como gigantes sepulturas almacenan a miles de muertos vivos de la Prisión del "Combinado del Este".

La noticia corre como reguero de pólvora. Los guardias, los presos, los doctores y doctoras, las enfermeras y enfermeros y el personal civil del Hospital Nacional de Reclusos (HNR), comentan sobre el misterioso preso que trajeron alrededor de las cero horas bajo un fuerte operativo de la Policía Política y al cual, salvo poquitísimas excepciones de los trabajadores del HNR, han visto.

Nadie sabe decir cómo se llama el recluso. Si es blanco o negro, joven o viejo. El misterio se presta para la especulación: "Es un Preso Político de Camagüey al que los guardias dieron una paliza y está grave", dicen unos.

Otros afirman: "Es un Preso Político que se está muriendo y lo trajeron de Camagüey para que muera en la Habana". La mayoría asegura: "Es un Preso Político que trasladaron desde Camagüey porque lleva como ochenta días en huelga de hambre y se está muriendo". Todos coinciden: "Es un Preso Político, lo trajeron de Camagüey y está grave". Los militares de la Seguridad del Estado guardan silencio.

Es martes, 16 de febrero de 2010.

El misterioso prisionero respira con dificultad. Las flemas lo ahogan, lo asfixian. El guardia corre, está asustado. Intercepta a un recluso en la entrada de la Sala de Terapia Intensiva y jadeando, con el rostro lívido le dice:"¡Corre, apúrate!… ¡Busca al electricista!… ¡Que venga rápido! ¡Es urgente!". El extractor no funciona. Supuestamente tiene problemas de electricidad.

Los doctores logran estabilizar a quien agoniza.

Avanza el día y la presencia de oficiales de la Seguridad del Estado, vestidos de civil, aumenta. El terror que irradia las figuras de estos autómatas que se adueña de tirios y troyanos. Pocos quieren hablar del recién llegado. Los que hablan lo hacen en susurro y vigilando de que nadie lo escuche.

En horas de la tarde la tensión se incrementa. El HNR está tomado, literalmente, por miembros de la Contra Inteligencia de la Seguridad del Estado.

Oficiales del Ministerio del Interior (MININT), tiran un cable telefónico por la azotea del hospital e instalan un puesto de mando en el cubículo 2 de la Sala de Terapia Intensiva, a la cual no dejan entrar ni a los guardias de la institución médica. Monitorean todo lo que ocurre en el cubículo 3 donde muere, lentamente, un Prisionero de Conciencia.

Pasan uno, dos días. Es 18 de febrero y comienza a filtrarse lo que tan oculto quieren mantener los militares de la Policía Política. El Preso de Conciencia en verdad está grave, se está muriendo. Su nombre: Orlando Zapata Tamayo.

Contando el martes 16, han pasado cuatro días de que Zapata llegara al HNR. Desde entonces un desfile de doctores en medicina de diferentes especialidades, traídos de otras instituciones médicas, lo visitan a diario.

Zapata está conectado a equipos médicos que controlan sus signos vitales y otros que lo mantienen respirando, con vida. También lo alimentan por vía parenteral. Pero ya es tarde. El daño es irreversible. Quienes lo vieron llegar señalaron: "Este hombre ya está muerto".

El sábado 20 se conoce que a Zapata le arrancaron la vida en Camagüey. Así lo interpretaron disidentes de esta provincia cubana cuando denunciaron que, a Orlando Zapata Tamayo, los guardias de la Prisión "Kilo 8" le dieron una salvaje paliza y después, sin darle ninguna asistencia médica, lo escondieron en una celda de castigo, durante dieciocho días, para que nadie viera las lesiones que le provocaron.

Además, este tiempo lo mantuvieron sin ofrecerle agua para obligarlo a desistir de la huelga de hambre que había comenzado el 3 de diciembre de 2009, exigiendo se respetaran sus derechos de prisionero político.

Señalaron los disidentes que cuando sacaron a Zapata de la prisión y lo llevaron para el hospital Amalia Simoni ya estaba como muerto.

Su señora madre, Reyna Luisa Tamayo, pudo constatar las lesiones que le provocaron los militares cuando lo golpearon: "Tenía hematomas en la espalda, los hombros y otras partes del cuerpo", señaló.

El sonido al ser cerrada la puerta de un auto indica que llegó la madre de un héroe. Los presos que ingresados están en el hospital se suben encima de las camas, de las sillas, de las rejas… para admirar en silencio y ver subir por la escalinata del HNR a una Mariana de estos tiempos que viene vestida de blanco, con paso firme, seguro; con el corazón en el medio del pecho; henchida de valor, de ternura, de amor… para el hijo que entrega la vida por un ideal.

La vemos sin derramar lágrimas porque ya se le acabaron de tanto llorar los abusos, las torturas… que ha sufrido y sufre ese héroe que salió de sus entrañas. Ya se le agotaron las lágrimas de tanto llorar por ver a su amado hijo morir lentamente durante casi siete años de injusto y cruel encierro dentro de las prisiones castristas.

Reyna Luisa Tamayo, mira al frente. Nada ni nadie desvía su atención. Tiene un solo pensamiento. El pensamiento que tiene toda madre cuando ve morir, en cámara lenta, a su hijo: "Si puedo dar la vida para que él viva, con gusto la doy"

Zapata no responde al llamado de su madrecita. Está inconsciente, tiene algodones encima de los ojos y también está un poco rígido. "Se encuentra muy grave", aseguran los médicos a la señora Tamayo.

El domingo 21 la peregrinación de médicos al HNR continúa. La ambulancia sigue entrando a todas horas, hasta por la madrugada. Trae aparatos médicos, medicamentos y sabrá Dios cuantas cosas más en el sentido bueno y malo de la palabra. Pero es por gusto. La vida de Zapata se apaga poquito a poquito.

"El teatro que han montado los representantes del gobierno cubano es dantesco, indignante", comentan algunos de los prisioneros del Grupo de los 75, que se encuentran encarcelados en la Prisión "Combinado del Este" y aseguran:

"El Gobierno de Cuba quiere dar a entender que se preocupa por la vida de Zapata. Lo que si no va a decir nunca es que, desde el 20 de marzo de 2003, está castigando, golpeando, torturando, asesinando de forma lenta y premeditada a este héroe cubano.

"Lo que si no va a decir nunca es que lo sancionaron a tres años de prisión por disentir del gobierno de los hermanos Castro y que le fueron sumando años a su condena en amañados juicios sumarísimos, sin ninguna garantía procesal, hasta llegar a 32 años de privación de libertad.

"Simplemente por exigir se respeten sus derechos de prisionero de conciencia, por exigir se respeten los derechos de todos los presos y además les den un trato digno de ser humano. ¡Que hipocresía! ¡Que bajeza! ¡Que maquiavelismo el de este gobierno que alevosamente asesina de forma lenta, con toda impunidad y luego monta una obra teatral para ocultar el asesinato!".

Lunes 22; 4:30 de la tarde. Con las manos metidas en los bolsillos del pantalón, los hombros caídos, la cabeza gacha con la mirada fija en el piso y el rostro compungido se dirige hacia la Sala de Terapia Intensiva, acompañado por dos doctores, el también doctor y especialista en anestesiología, mayor Mariano Izquierdo, jefe de los servicios médicos del MININT en Ciudad de La Habana.

Aparenta estar preocupado, triste y no es para menos. Cualquier ser humano que tenga un ápice de humanidad también lo estaría. Zapata Tamayo está llegando a su fin. Se está muriendo, hace algunas horas, entró en coma. No lo pueden ni mover pues le podría ir en ello la vida. Un riñón no le funciona.

Médicos y oficiales de la Seguridad del Estado juegan con los sentimientos de la Sra. Reyna, quién destruida está por ver a su hijo morir lentamente, sin poder hacer nada a su favor.

Estos militares la ilusionan, la esperanzan, le aseguran que si Zapata necesita un trasplante de riñón ellos lo harán. ¡Que desvergüenza! ¡Qué falta de pudor! Hace apenas unas semanas atrás torturaron a Zapata durante 432 horas sin darle agua y ahora hablan de trasplantarle un riñón.

Alrededor de las 7:00 de la noche el aparato que controla los signos vitales de Zapata da la alarma. Los médicos corren. ¡Zapata se muere! ¡Está muerto! ¡No! Dicen que logran salvarlo.

Los doctores se ven asustados, los militares también. Están todos compungidos. Pasada las 9:00 pm ocurre lo inconcebible: Zapata es trasladado al hospital Hermanos Ameijeiras. Lo sacan de la Sala de Terapia Intensiva del HNR acostado en una camilla.

Lleva un suero puesto, tiene vendas que cubren todo su rostro y que solo dejan ver los agrietados labios que rodean un tubo plástico que tiene introducido por la boca. No da signos de vida y su cuerpo, consumido por 82 días en huelga de hambre, va tapado con una sábana blanca hasta el cuello. "¡Hay que trasladarlo con cuidado, no se puede mover!"… Dice un médico a quienes cargan la camilla.

La madrugada es fría. Las estrellas tiemblan, de emoción, allá en el infinito. Dios acoge en su paraíso a un hombre que bendijo en vida, dándole el valor de los héroes, la resistencia de los mártires, el espíritu de los Dioses. Acoge a un hombre que muere por amar a la Patria que lo vio nacer, por amar al prójimo como a sí mismo.

Acoge a un humilde albañil cubano de 42 años y de la raza negra. Acoge a Orlando Zapata Tamayo que después de 83 días en huelgas de hambre dando una lección universal de entereza, de patriotismo, de principio, de convicción… entrega su vida -según los médicos oficialistas – a las 3 y 14 horas de la madrugada del 23 de febrero de 2010.

Hoy más que nunca usted vive Zapata. Usted no ha muerto. Los dignos cubanos y cubanas lo honran, lo glorifican y lo recuerdan en nuestro Himno Nacional que dice:

"Morir por la patria es vivir".

 

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El Castrismo, cuenta cuentos
Feb 22, 2021

Por Pedro Corzo

Hay que reconocer que los que orquestan campañas a favor de la dictadura castrista son hábiles publicistas. Presentan los hechos y lo ensamblan en un marco de medias verdades, grandes mentiras y tergiversaciones absurdas, en la que siempre su cliente es la victima acosada por un cruel agresor.  

El objetivo de estas personas o entidades, que no son precisamente los que suscriben las proclamas sino quienes la gestan y orquestan, no es erigirse en defensores de la dictadura ni de sus caudillos, sino en procurar demostrar que las medidas punitivas que rechazan en sus campañas solo afectan al ciudadano y no al régimen y que responden a sentimientos de odio y frustraciones, nunca a la búsqueda de la justicia.  

Estos sujetos son diestros en presentar sus operaciones como un ejercicio de justicia y humanismo, nunca son actos de solidaridad política o ideológica, de esa manera logran que se sumen a la campaña personalidades internacionales que no tienen compromisos y que se caracterizan por sus gestos humanistas y solidarios, lo que le aporta a su gestión una mayor importancia, a la vez que facilita la manipulación constante a la que el régimen somete al desinformado ciudadano promedio de la isla.   

Es una estrategia muy útil porque aquellas personas que disienten de ciertas estrategias y propuestas, pero que se oponen al régimen tajantemente, pueden suscribir la querella como una expresión de imparcialidad, un gesto que a su juicio demostraría a los firmantes comprometidos con el régimen su sentido de justicia, una ilusión, una buena intención, que ayuda a asfaltar el camino del infierno, ya que después de más de 62 años de fracasos acumulados, empedrarlo no es suficiente.   

En estos momentos hay al menos dos operaciones orientadas al gobierno de Estados Unidos y a un sector de su clase política y empresarial que tienen el objetivo de lograr que Cuba sea excluida de la Lista de Naciones Terrorista que elabora Washington y otra que promueve que las sanciones impuestas bajo la administración del presidente Donald Trump sean derogadas en su totalidad.  

Es interesante destacar que las instituciones y personas que se involucran directa o indirectamente en estas campañas, salvo muy contadas excepciones, no tienden a reconocer la responsabilidad del gobierno cubano en sus acciones represivas, ni en las pésimas condiciones de vida de la población, lo que facilita que el lector u oidor no informado de la realidad cubana considere que el reclamo es justo y los demandantes están actuando en exclusivo beneficio de persona inocentes que un gobierno extranjero, corporaciones o personas que odian su país de origen,  quieren perjudicar.  

Estas campañas internacionales, en Cuba se conocen porque la prensa oficial, única existente, la refleja en sus medios, están orientada realmente a los países de sociedades democráticas en los cuales la opinión publica presiona a los políticos y dirigentes sociales para que actúen en base a lo que consideran apropiado y aunque no tienden a defender a la dictadura ignoran sin ningún cuestionamiento los abusos e inequidades que comete el régimen. 

Por ejemplo, solicitan a las autoridades extranjeras que eliminen las sanciones porque la población no tiene acceso a productos de primera necesidad, incluido alimentos y medicinas, sin embargo, los viajeros que retornan al país que adquirieron diferentes bienes con recursos propios cuando llegan a la aduana deben pagar cuantiosas sumas por lo que transportan, incluido alimentos, con independencia de que la carga le puede ser decomisada con cualquier pretexto.  

Las propias autoridades cubanas encarecen él envió de paquetes y remesas a la Isla. El régimen cobra más impuestos que cualquier otro país por un paquete o envió de dinero. Esta semana un amigo recibió este mensaje de un familiar desde una ciudad cubana, “Es mejor el paquete porque ahora ni con dinero aparecen las cosas y menos aún las de comer”, o sea, aunque le envié dólares a su familia sigue sin comer, porque no hay bienes para consumir.  

La dictadura es ineficiente en todos los sentidos a excepción de su actividad represiva por lo que uno de los elementos claves en estas solicitudes internacionales debería incluir uno de los reclamos del inolvidable Ricardo Boffil, “Fin del embargo interno”, fin de la dictadura escribe este servidor.  

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La réplica de Frank Calzón que 'Granma' no quiso publicar
Feb 19, 2021

Por Frank Cazón

Acabo de leer el editorial María Elvira Salazar y Frank Calzón, peones del veneno, de Iroel Sánchez, publicado en la primera página de Granma el día 9 de febrero. Le escribo para solicitar que publique esta respuesta, haciendo uso del derecho de réplica, reconocido por la prensa alrededor del mundo.

Asumo que la congresista Salazar, electa en comicios libres en noviembre 2020 a la Cámara de Representantes de EE UU, responderá a las acusaciones si no lo ha hecho ya.

Tiene razón Granma al decir que "la solidaridad es lo contrario del odio", pero se equivoca cuando me acusa de "fabricar mentiras que justifiquen... una Cuba ensangrentada por la violencia". Por muchos años he logrado hacer llegar a la Isla el ideario de resistencia pacífica de Mahatma Ghandi, Martin Luther King, Andréi Sájarov, Václav Havel y Lech Walesa, quienes lograron derrotar, sin derramamientos de sangre, al Imperio Británico en la India, a los segregacionistas blancos en el Sur de Estados Unidos y las dictaduras comunistas en la Unión Soviética, Checoslovaquia y Polonia, respectivamente.

Oswaldo Payá, dirigente del Movimiento Cristiano Liberación, predicó esas mismas doctrinas hasta que fue asesinado por la Seguridad del Estado. El Gobierno se negó a entregar una copia de la autopsia a su familia, que continúa exigiendo una investigación internacional.

Lamentablemente ese no es el único caso. Los archivos de organizaciones internacionales contienen las denuncias detalladas de crímenes de lesa humanidad, como el caso de Lorenzo Enrique Copello Castillo, Bárbaro Leodán Sevilla García y Jorge Luis Martínez Isaac, tres jóvenes negros que Raúl Castro mandó a fusilar como "escarmiento" por haber roto un candado y tratar de robar un bote para huir del país.

Los informes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos incluyen testimonios de sobrevivientes del hundimiento del remolcador 13 de Marzo por unidades navales de la policía cubana, que utilizaron mangueras de alta presión para hacer naufragar la embarcación. En aquella masacre perecieron 41 cubanos -hombres, mujeres y niños-, mientras gritaban, incluyendo los niños: "Nos rendimos, no echen más agua, hay niños". El Gobierno nunca se molestó en recuperar los cadáveres.

No promueven el odio los cubanos de la diáspora, que envían millones de dólares en remesas a sus familias hambrientas debido al bloqueo interno que prohíbe a los campesinos criar y vender sus pollos, cultivar arroz y frijoles y venderlos a la población. En cuanto al bloqueo yanqui, Cuba gasta cientos de millones de dólares en pollos congelados, medicinas y vegetales en EE UU, pero el barco no sale del puerto hasta que el pago haya sido recibido. Estados Unidos no es el único país que lo hace. El Gobierno cubano teme que los campesinos, que pudiesen abastecer a la población, adquieran poder económico y por ello mantiene a los cubanos en la miseria antes que liberar la capacidad de producción del país.

Lo que quiere la Plaza de la Revolución son créditos de EE UU, en cuyo caso los estadounidenses se incorporarían a la larga cola de acreedores que, con la esperanza de que les paguen algo, han perdonado al régimen miles de millones adeudados.

En el Congreso de Washington hay una mayoría de demócratas y republicanos que vieron que las buenas intenciones del presidente Obama no consiguieron las reformas esperadas. Ellos saben de los miles de soldados cubanos que en la actualidad reprimen al pueblo venezolano, y de los especialistas en torturas que envía La Habana a Venezuela. Y si de odio se trata, no fue un líder exiliado el que llamó gusanos y escoria a los que solo querían huir de la opresión, ni el que dijo "que se vayan, no los queremos, no los necesitamos", ni el que incitó a las turbas a gritar "paredón", o el que hoy moviliza a las brigadas de respuesta rápida a propinar golpizas a las Damas de Blanco o a los activistas de la Unpacu.

En la Isla, no son solo los disidentes los que quieren un cambio. Millones de cubanos sin poder aborrecen "la continuidad". Y como me dijo Havel en Praga una vez: "Un día descubrirán el poder que tienen".

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Los adivinos cubanos
Feb 17, 2021

Por Esteban Fernández

Cuando nacemos y nos criamos entre cubanos nos parece que hemos vivido toda una vida rodeados de ADIVINOS.

Las "profecías cubanas" casi siempre comienzan con "Me juego todo al canelo a que..." y terminamos con un tajante: "¡Eso es al segurete!" Es algo así como que los cubanos llevamos a retortero una mochila "con una bola mágica de cristal" adentro.

Es aquí, en los Estados Unidos, donde yo me he acostumbrado a escuchar los partes meteorológicos, porque en mi país no hacía falta eso, todos los cubanos podían adivinar y decirnos: "¡Mi socio, va a caer tremendo aguacero, agarra un paraguas!"

En realidad, no existe "el pesimista cubano" se trata simplemente de "un adivino de mal agüero".

El adivino cubano "se tapa" diciendo: "Yo quisiera estar equivocado, pero me parece que..." Es decir, que, si adivina bien, y si no adivina "él está contento porque adivinó que quizás no iba a adivinar". Increíble.

¿Usted nunca ha estado sentado en un restaurante con un cubano y este comienza a "adivinar" que la carne de puerco que ordenó le va a caer mal? Y al terminar "adivina" que el café cubano que se está tomando "lo va a desvelar toda la noche".

Donde más crecen nuestras dotes de "adivinos" es viendo un juego de béisbol. A cada instante el cubano nos dice: "Tú verás, tú verás que éste va a tocar la bola". En béisbol tenemos ¡hasta "cábalas cubanas" como "después del error viene el hit"!

Usted observe que la inmensa mayoría de los padres cubanos jamás les pegan a sus hijos, los regañan muy poco, y rara vez los ponen en penitencia.

Simplemente "les adivinamos las calamidades que les pueden pasar si no hacen caso". Y hasta llegamos a decir: “Hagan lo que les dé la gana, pero ¿ustedes saben lo que les va a pasar si lo hacen?"

Desde luego, algunos cubanos adivinamos lo que iba a suceder en Cuba: que "los Castro serían un millón de veces peor que Batista" y nos tiraron a mondongo la predicción.

¿Verdad o mentira? Vaya, digámoslo de una vez y por todas: En 1959 la mayoría de los cubanos perdió la brújula y la bola de cristal se fue para casa de la timba.

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Ya los gallos de Cuba no cantan
Feb 16, 2021

Publicado originalmete en la edición 144 del medio de comunicación comunitario del ICLEP Cocodrilo Callejero

Ya los gallos de Cuba no cantan

Por el periodista ciudadano Wilfredo Fajardo

No hay que ser un insigne observador para percatarse que desde hace algún tiempo a las madrugadas cubanas le falta algo, un sonido de fondo: el canto de los gallos. Los gallos han desaparecido. Es como si un Covid para los gallos hubiera diezmado el género.

Pero, esta pandemia del ave más numerosa del planeta, con más de 16 000 millones, llega en un momento en que el gobierno en su típica bravuconería de solar pondera la agresividad del gallo de pelea. Según la propaganda oficialista los revolucionarios son gallos de pelea, así dice la tonada en moda. No obstante, sería poco inteligente tomar de símbolo algo que está bajo el azote de una pandemia y que apenas suena.

Es simbolismo se desmorona. No es coincidencia que tanto símbolo como patrocinador cada día estén más ausente del panorama nacional. El misterio de la desaparición del canto de los gallos en las madrugadas de la isla ha dejado confuso a unos cuantos. Otros aseguran que entre la santería y el hambre hay que buscar la causa.

Lo cierto es que aquel animalito vistoso que se paseaba por el barrio con total naturalidad ha desaparecido. El gallo que asome la cresta fuera del patio queda sujeto a la más cruenta casería. De azotea en azotea es seguido el animalito. No interesa que sea gallo relevante; como el ave del presidente del Comité de Defensa de la Revolución (CDR) se va. La gente tiene hambre y cuando la gente tiene hambre no hay símbolo ni muela que pare la avalancha. Se comen el gallo de pelea, al presidente del CDR y a Díaz Canel si aparece.

Numerosas son las señales que muestran el deterioro de la realidad nacional. Del robo y sacrificio de vacas ni hablar. Sin embargo, otro sonido desapareció en el amanecer de fin de año: el terrorífico chillido del sacrificio de los cerdos.

A las madrugadas cubanas a penas le quedan sonido, van despareciendo en la misma medida que el gobierno prolonga su apego al poder. Un país sin gallos, vacas y cerdos es un país sin tradición. Con el canto del gallo en las madrugadas sabíamos que estábamos vivos, luego del despertar violento por un mal sueño. Ahora, después del sobresalto, no sabemos si estamos vivos o continuamos muertos dentro de la pesadilla.

Los chillidos del sacrificio de los cerdos al final de la madrugada de fin de año nos despertaban con la sensación de felicidad, al tomar conciencia de que se avecinaba una jornada diferente, un día donde la familia se reunía para festejar. Ahora, el 31 de diciembre es un día como todos los demás; donde el pariente que llega de visita tiene que traer las cinco libras de arroz de la cuota.

Como se aprecia el país ha cambiado. Las tradiciones van desapareciendo. Sueños cortos y pesadilla eterna. Vacas que se van al cielo y cerdos que no van a la mesa. Familias que ya no se reúnen el fin de año. Pero, si al menos los gallos cantaran quizás fuera…, pero los gallos no quieren cantar. Es muy simple la razón: no hay por qué cantar.

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El cáncer no está enraizado, solo hay que extirpar a la dictadura del poder
Feb 15, 2021

Publicado originalmente en la edición 92 del medio de comunicación comunitario del ICLEP Cimarrón de Mayabeque

El cáncer no está enraizado, solo hay que extirpar a la dictadura del poder

Por la periodista ciudadana Lourdes recio

Actualmente todo gira en torno a ciertas amenazas hechas públicamente por el régimen comunista a los pobladores de la isla. Amenazas que por supuesto tienen que ver directamente con altas cifras monetarias que es lo que más asusta al cubano.

 Este método de tortura psicológica se ha puesto a la moda a raíz del reciente desordenamiento monetario que ha puesto al país y a la economía del cubano patas arriba dándole un vuelco de 360 grados a la economía familiar y generando gran estrés, todo esto en conjunto con la pandemia del coronavirus y la imparable escasez que impera en todo el territorio.

Entre toques de queda, prohibiciones de circulación, calles llenas de policías, prohibiciones hasta de ingerir alimentos fuera de nuestras casas, que creo que esto ya es pasarse bastante, a todo esto, se le suma que si te cogen deambulando después de las 8:00 pm te pueden multar por valor de hasta 15 mil pesos cubanos, también está la otra que si por casualidad te da por acomodarte el nasobuco te cogió la de 3 mil pesos.

Todo esto tiene al cubano histérico, mal humorado, genioso, irritable y no sé cuántos adjetivos más, pero la verdad es que todo está funcionando así, bajo la ley de la amenaza.

En momentos como estos son en los que más unidos debemos estar, en estos momentos necesitamos aliento para enfrentar la pandemia que sigue y sigue, necesitamos apoyo psicológico y no más estrés causado por las amenazas del gobierno y ese mal llegado ordenamiento monetario que solo vino a desordenar el país.

Yo ciertamente me hago muchas preguntas, a las que desgraciadamente no para todas tengo respuesta, ¿será que realmente quieren crear conciencia social o es que el objetivo es intimidar y amedrentar al pueblo?, ¿acaso la dictadura piensa en alguien más que no sean los dictadores?, no lo sé, la vida diaria ha demostrado que a lo que ellos no le encuentran solución los desaparecen o lo prohíben radicalmente.

No sé hasta cuando el pueblo pueda seguir aguantando más maltrato y humillaciones, no sé hasta cuando las amenazas vayan a funcionar porque si algo tiene el oprimido es que cuando rompe sus cadenas lo hace con una fuerza colosal.

A veces nos acostamos pensando no solo en lo que no tenemos hoy, sino en los que nos prohibirán mañana, el Estado se ha encargado de crear en la cabeza del cubano que todo está prohibido o limitado y lo que para otros ciudadanos del mundo puede ser fácil para el cubano es una “jodedera” lograrlo, las preocupaciones creadas por el estrés de pensar en todo esto está afectando grandemente a la sociedad y está creando cada día más violencia entre los vecinos, más irrespeto hacia el prójimo.

El cáncer que consume la sociedad cubana no está enraizado y tiene solución, solo hay que extirpar a la dictadura del poder.