Foto de Emanuel Haas en Unsplash
Por el periodista ciudadano Liusbel Piloto
Jun 23, 2023 | 3:05 PM
Uno de los indicadores que las autoridades cubanas muestran en fórums internacionales, como evento de gobernanza humanitaria, refiere a que a todos los residentes en la isla se les garantiza una canasta básica alimenticia cada mes del año. Pero, qué queda de este paquete mensual.
Para comenzar diríamos que apenas cubre menos del 10% del mínimo de alimentos que necesita una persona para acceder a una alimentación de subsistencia. Es algo irrisorio, insignificante. La libreta de racionamiento ha ido enflaqueciendo de manera catastrófica, prácticamente ni pesa, es un hilo.
Los productos habituales, a los que estaban acostumbrados los cubanos, de un día para otro desaparecen y nadie –ningún funcionario– explica nada. Huyen y nunca más vuelven. ¿Qué queda hoy de la promocionada internacionalmente canasta básica?
Tenemos por mes para cada persona: siete libras de arroz, cuatro de azúcar, cerca de media libra de chícharos, cinco huevos y la constante ínfima porción de picadillo de soya (apenas alcanza para un día); además de los “si hay”: media libra de aceite, un paquete de sal por familia y un muslo mediano de pollo, pellejera incluida.
Las siete libras de arroz no rebasan, por mucho que se estiren, la tercera parte del mes: no llegan a la semana. Por otro lado, qué decir del azúcar cuando muchas familias sobreviven con el pan de la cuota y un vaso de agua con azúcar. Los huevos, el plato fuerte de cinco días. A todas estas bondades de la canasta básica que el régimen entrega a cada cubano y presenta como bandera en Naciones Unidas hay que sumar la ausencia casi total de alimentos de venta liberada.
En la calle no hay nada en los comercios estatales y en los privados, cuando hay, los precios están por las nubes. Todo indica, cuando se diseñó el paquete de alimentos subsidiados por las autoridades, que se compensara con los productos que se ofertaban de manera liberada en los comercios estatales.
Pero en la calle no hay nada y cuando hay inflación galopante que acosa a la isla los hace inalcanzables para la mayoría de los cubanos. Una sugerencia a las autoridades sería esconder en fórums internaciones el concepto de canasta básica, cuando se descubra el engaño van a pasar penas; como bandera no sirve.
La cuota normada en Cuba es un fraude más de la cúpula en el poder. Pues, a seis décadas de Revolución, hoy la pregunta sería: a dónde fue a parar la canasta básica de los cubanos.
Publicado originalmente en la edición 194 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa