Artemisa, Cuba, (ICLEP). Se mantiene sin cambios significativos los episodios de alta tensión y pleitos frente al punto de venta de gas licuado para cocción de la ciudad, debido a la escasez. Las imágenes no dejan mentir, aglomeración y desespero, pues la gente no tiene con qué cocinar. Raro es el día, en una espera caótica a por suministros, que el mal entendido más leve no termine en alones de pelos entre mujeres o ‘piñacera’ entre hombres.

Otras carencias cotidianas y las altas temperaturas del verano echan leña al fuego. Casi todos los días hay pleitos. En este ecosistema, propio del comunismo cubano, las trifulcas entre ciudadanos no siempre responden a la venta de combustible, que llega al territorio de a poquito, sino a la lectura diaria de la lista de rectificación de la cola.

La tensión no baja, la escena se repite diariamente; quien no esté presente en la lectura es borrado del papel en automático, no importa si está hospitalizado o se encuentra en la funeraria por el deceso de un familiar cercano.

“El problema es, se vive para el dichoso gas. No hay con qué cocinar. De los equipos de la Revolución Energética quedan muy pocos y los que quedan no se pueden utilizar por los apagones. Por otro lado, la gente ha barrido con la leña de los alrededores de la ciudad para poder cocinar. Entonces, hay que morirse en esta cola que no avanza”, puso en contexto a los comunicadores el maestro retirado Fernando Puente Pila,vecino de la calle República.

Yansiel Miranda Díaz, empleado del punto de venta, dijo a El Majadero que ellos nada tienen que ver con la cola ni con la lista. “La tragedia aquí es diaria, pero eso es problema de la policía no de nosotros”, señaló.

Publicado originalmente en la edición 223 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa