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Por el periodista ciudadano Ramón Escalona Damas
Jul 2, 2024 | 10:00 AM
Artemisa, Cuba, (ICLEP). Cada día deja de preocupar más, tanto a la ciudadanía como al Gobierno, los casos puntuales de mendicidad extrema, personas que prácticamente no pueden valerse por sí solas.
Los ancianos con carencias mentales son un ejemplo manifiesto. Un señor entrado en años que vive en la calle, visiblemente demente y que deambula descalzo, en ocasiones con señales de sangre en los pies y que bebe agua de los charcos podridos, no mueve la sensibilidad a los transeúntes que pasan por su lado.
“Es como si estuvieran viendo a un perro callejero y sarnoso. Antes no era así, la gente se detenía y llamaba a las autoridades. Ahora a nadie le interesa. Creo que es un fenómeno social nuevo en la ciudad”, dijo a El Majadero de Artemisa la bibliotecaria Adisley Viciedo Osa, vecina del reparto Toledo.
En tanto, Ibett Godínez Crespo, Ingeniera Civil domiciliada en la calle República, señaló al boletín que si algo queda al descubierto es el creciente deterioro de los valores de los cubanos de estos tiempos.
“El proyecto de hombre nuevo en una sociedad ideal es un fracaso”, apuntó. Esta mañana, el anciano en cuestión se encontraba comiendo azúcar del piso en el portal de la bodega 27. Parecía un perro lamiendo el azúcar y las personas entraban y salían de la tienda con total indiferencia.
Ramón Cabrera Martínez, delegado de barrio del Poder Popular de la zona donde se localiza la bodega 27, dijo a los reporteros que el fenómeno de la mendicidad no se reduce a su área de influencia. “Es un fenómeno global, de toda la ciudad" , se limitó a decir.
Publicado originalmente en la edición 219 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa