José Luis Tan al llegar a la terminal de ómnibus de Camagüey tras su liberación el pasado 1ro de mayo. Foto publicada en su perfil de Facebook
Por ICLEP
May 2, 2024 | 11:58 AM
La Habana, Cuba- El periodista de Cubanet José Luis Tan Estrada fue liberado este 1ro de mayo, con una multa, tras pasar cinco días sometido a interrogatorios y torturas en el centro de operaciones de la Seguridad del Estado conocido como Villa Marista, ubicado en el municipio habanero Diez de Octubre.
En la mañana del miércoles, los oficiales de la policía política le impusieron una multa de 4 mil pesos con fecha errónea del 30 de abril, por el supuesto delito de instigación a delinquir. Alegaron que, durante las manifestaciones del 17 de marzo en Santiago de Cuba y Bayamo, el periodista había realizado publicaciones en Facebook llamando a replicar las protestas en Camagüey.
Multa impuesta a José Luis Tan. Foto cortesía del periodista
Tras obligarlo a pagar la multa en Villa Marista, le devolvieron en mal estado el teléfono móvil que le ocuparon durante el arresto, fue esposado y llevado en una patrulla hacia la terminal de Ómnibus Nacionales. De ahí lo embarcaron en una guagua con destino a Camagüey, a donde llegó en horas de la tarde y pudo informar de su situación.
En declaraciones al Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP), José Luis Tan Estrada contó que fue detenido el 26 de abril cuando viajaba en ómnibus desde Camagüey a La Habana. El vehículo fue detenido por militares en el punto de control de entrada a la capital, lo esposaron delante de todos los pasajeros y lo condujeron en una patrulla hacia Villa Marista.
Durante el trayecto, de varias decenas de kilómetros, viajó con las manos esposadas fuertemente a la espada y la cabeza entre las piernas. En todo momento, un militar le repetía que sería procesado por desobediencia si hablaba o intentaba levantar la cabeza.
Durante su estancia en Villa Marista fue sometido a un sinnúmero de torturas físicas y psicológicas. Fue desnudado en varias ocasiones, recluido en una celda de aislamiento sin ventanas y con dos luces permanentemente encendidas que le dificultaban el sueño, la alimentación y el agua que le suministraron fue escasa. Lo sometieron hasta a seis interrogatorios diarios, de varias horas. Lo acusaban de viajar a La Habana para lanzar volantes durante la celebración del Día Internacional de los Trabajadores, sin mostrar ninguna prueba al respecto.
Durante los interrogatorios fue sometido a cambios de temperaturas extremas, amenazas y constantemente lo instaron a abandonar en país. Le recriminaron su trabajo como periodista en el medio independiente Cubanet y su participación como invitado en el programa “Las noticias como son” de RTV Martí. También le cuestionaron el trabajo de entrega de ayudas humanitarias que realiza, ya que, según los represores, su verdadera finalidad era la subversión ideológica de los beneficiados. Uno de los oficiales le dijo “Te vas a podrir aquí, gusanito”.
Según el testimonio de Tan, también fue sometido a torturas psicológicas con el objetivo de que perdiera la noción del tiempo. Los guardias se negaban a decirle la hora, no le permitieron contacto con otros prisioneros, le ponían en la celda periódicos de diferentes fechas y le alteraban los horarios de comida, a veces con solo una hora de diferencia, para que creyera que había transcurrido más tiempo.
En los cinco días que permaneció detenido, Tan Estrada estuvo incomunicado, las autoridades negaron información sobre su estado y paradero a personas que se presentaron a Villa Marista a interesarse por él y fue imposible contratar un abogado ya que estos exigían su número de caso, delito imputado y nombre del instructor para formalizar el contrato, datos que solo estaban en manos de los represores.
La detención del periodista provocó una gran ola de solidaridad entre colegas y ciudadanía en general, que contó además con el apoyo de organizaciones de derechos humanos y gremiales, tanto dentro de Cuba como del exterior.
Este último arresto de José Luis Tan Estrada constituyó un eslabón más de la larga cadena de hostigamiento que el periodista vivió el pasado mes de abril, la cual incluyó citaciones, amenazas, cortes de internet y una multa de 3 mil pesos en virtud del Decreto-Ley 370.