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Los latigazos de la bancarización al pueblo también sacuden al régimen

Foto de Eduardo Soares en Unsplash

Por la periodista ciudadana Aniuska Paredes López

May 19, 2024 | 10:30 AM


El sufrimiento que está causando la implementación a raja tablas por parte del régimen del proceso de bancarización en la Isla está llegando a niveles extremo, en un país donde quien trabaja necesita urgente los cuatro pesos para acceder a bienes y servicios.

Pero, aun así, la gente está cambiando las reglas del juego. El rechazo público crece, y ya se refieren victorias. Las historias de este calvario se cuentan por miles a lo largo y ancho del territorio nacional.

Empleados públicos que deben esperar de 15 a 20 días de lo estipulado y convenido con las administraciones para poder acceder a los salarios. El sindicato, brazo ‘muelero’ de las gerencias, ni se inmuta, cuando un atraso de estos es penado por la ley.

Personas que, ante una emergencia familiar, dígase una remisión de un pariente a un hospital, no puede extraer los fondos atesorados durante largo tiempo de sacrificio, debido a que los bancos carecen de efectivo y solo se pueden extraer migajas a por día. Pero no todo es cargar de manera impune, sin rechazo, la bota comunista sobre suelo cubano, en este tema también hay manifestaciones de rebeldía de la población.

Suceden a diario, los reclamos de la gente aumentan y no pocos escándalos se vienen dando en las sucursales bancarias y centros de trabajos. Una de las historias, aún fresca en Centro Habana, se dio cuando un individuo, padre de un adolescente discapacitado adicto a la televisión, precisó de los fondos en tarjeta para cubrir el arreglo del televisor, que había sufrido rotura imprevista. Según el banco estaba prohibido extraer 15 000 pesos de a una vez.

Mientras el muchacho se desesperaba en casa, el hombre, repleto de rabia y de impotencia, arremetió un soberano escándalo en la puerta de la institución, donde no faltaron las fuertes diatribas al comunismo, Díaz Canel y toda su comitiva.

El asunto fue tomando calor como bola de nieve cuesta abajo, resultado de la solidaridad de presentes en la cola y transeúntes que se detenían a brindar apoyo al sujeto en rebeldía. Hubo hasta gritos “Denle el dinero” o “Abusadores suelten lo que no es suyo, ladrones”.

Aquello se complicaba por minuto, los vecinos se acercaban. Las autoridades financieras dieron su brazo a torcer, le dieron lo suyo al hombre. Todo indica que, con previa autorización de algún poder superior, siempre temiendo a una versión santiaguera 17/M en Centro Habana.

La gente aplaudió la victoria. Un triunfo sobre un dominio asfixiante. El éxito como resultado del único camino que hoy hay en la Isla: el poder del pueblo cuando le planta cara dura a los desmanes de la dictadura. Los latigazos de la bancarización al pueblo también sacuden al régimen.


Publicado originalmente en la edición 236 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, Amanecer Habanero

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