Andrés Izarnótegui y Eva Cavero. Captura del canal de YouTube / “La Blue Kombi”
Por ICLEP
Oct 14, 2024 | 8:00 AM
Dos turistas peruanos fueron interrogados durante 12 horas y deportados a su país por el régimen cubano, su “delito” al parecer fue grabar videos en las calles de La Habana para su canal de YouTube durante una visita a la isla el pasado septiembre.
En su canal “La Blue Kombi”, la pareja expuso el pasado 12 de octubre en un video la odisea que vivieron durante los pocos días que estuvieron en Cuba, un país donde recalcan fueron “víctimas de un régimen que no permite la libertad de expresión en ningún sentido”.
Eva Cavero y Andrés Izarnótegui viajaron a La Habana desde Lima, Perú, el 19 de septiembre en calidad de turistas y tenían la intención de permanecer en el país hasta el 24 de septiembre grabando videos para su canal donde comparten contenidos sobre comunidades y estilos de vida en el mundo.
En el video los youtubers explican que 48 horas antes de su vuelo por la aerolínea Copa Airlines, con escala en Panamá, llenaron un permiso de viaje en el que debieron incluir información personal, cuántos días estarían en el país, detalles del boleto de regreso, motivo del viaje y dónde se hospedarían.
Desde que llegaron al aeropuerto, al pasar por inmigración, fueron separados del resto de los pasajeros de su vuelo: “Se acercó un oficial de inmigración, simplemente se llevó nuestros pasaportes. Vino un segundo agente de inmigración y nos hizo preguntas como a dónde nos vamos a hospedar, cuánto tiempo nos vamos a quedar y cuál era nuestra profesión”.
Posteriormente otros dos oficiales los llevaron a los “famosos cuartitos” y allí les hicieron las mismas preguntas de rigor, pero aclara Andrés, “para estas alturas ellos ya sabían que teníamos redes sociales y canal de YouTube”. En este momento los oficiales dijeron que muchos youtubers habían ido a “desprestigiar” a Cuba con sus videos.
Tras el interrogatorio, en aduana las maletas fueron pasadas por un escáner y la pareja por otro escáner corporal y nuevamente las mismas preguntas hasta que después de dos horas pudieron salir del aeropuerto y dirigirse al hotel.
En La Habana Vieja, guiados por un youtuber cubano, se adentraron en un solar y conocieron a una mujer llamada Luisa que les contó sobre su estilo de vida y la situación de Cuba, al salir de allí mientras caminaban y grababan otra parte para sus videos se les acercó una oficial de inmigración y les preguntó qué hacían y ellos contestaron que estaban “filmando un video sobre La Habana”. “Veo que estás hablando bastante”, le dijo la oficial a Andrés en plena calle antes de llevarlos a una casa que rentan como Airbnb y les pidieran nuevamente los documentos y les hiciera preguntas sobre su viaje. La oficial hizo una llamada telefónica dio sus nombres y dijo que estaban grabando en la calle. “Todo lo apuntaba en una libreta”, incluido el hotel y el número de cuarto de hotel, y les pidieron ver el material de la cámara.
Tras este incidente todo transcurrió con normalidad y al día siguiente, 21 de septiembre, pudieron salir a grabar sin problemas hasta que regresaron al hotel alrededor de las 4:00 p.m. Apenas 20 minutos después les tocaron la puerta del cuarto del hotel y eran dos oficiales de inmigración junto a dos miembros del personal del hotel, les pidieron que apagaran sus teléfonos y les entregaran sus pasaportes. En ese momento Eva pidió llamar a su embajada de Perú en La Habana y les negaron la llamada, les dijeron que empacaran todas sus pertenencias y que irían a una oficina donde podrían hacer la llamada. Cuando pidieron una explicación la respuesta fue que “habían cometido una falta a su estancia como turistas en Cuba”.
Los condujeron a un cuarto de interrogatorios en la sede de Inmigración y Extranjería con tres oficiales, dos uniformados, uno de ellos ya los había interrogado en el aeropuerto cuando llegaron, y otro vestido de civil. La primera pregunta reconocen fue bastante fuerte y la que más los sorprendió, pues le preguntaron “qué organización no gubernamental les pagado para venir a desprestigiar al gobierno de Cuba”.
A continuación, les preguntaron qué vinieron a hacer exactamente a Cuba, qué hacían grabando un solar y quién es Luisa, la señora con la que habían conversado. “Toda la primera hora de interrogación fue bastante hostil, porque ellos estaban convencidos de que alguien nos había enviado a grabar videos para desprestigiar al gobierno de Cuba”, añade Eva. Llegaron al punto de preguntarles a qué organización pertenecían que los había enviado a “organizar un levantamiento en la ciudadanía”. “Nosotros como peruanos nos quedamos sorprendidos de que ellos crean que nosotros tenemos la capacidad de organizar un levantamiento de la ciudadanía siendo extranjeros, era para nosotros algo completamente insólito y disparatado hasta cierto punto”.
Fueron increpados por un supuesto video que pretendían hacer sobre el consumo de fentanilo en La Habana, algo que los youtubers negaron, también los acusaron de haber viajado a Venezuela y hablar mal de ese gobierno y la pareja dijo que nunca han viajado a ese país, el video al que se referían lo grabaron en la comunidad venezolana en Lima. La pareja dijo además que les revisaron sus teléfonos y las conversaciones de WhatsApp y en tono de amenaza una y otra vez les decían que dijeran la verdad y colaboraran o estarían allí por más tiempo.
Nuevamente se negaron a dejarlos llamar a la embajada o comunicarse con sus familiares. Después de ocho horas de interrogatorio llegó un representante del “poder judicial” y los separan para tomarles declaraciones para ver si sus historias coincidían. Por cuarta vez pidieron hablar con su embajada y de modo burlesco los oficiales dijeron que “ya era muy tarde”, les informaron que tenían un vuelo programado para el otro día. A las 4 de la mañana los llevaron al aeropuerto y los dejaron en un cuarto separado sin sus pasaportes. Cuando abordaron el avión un oficial le entregó los documentos a un representante de la aerolínea y le devolvió los teléfonos: “No tuvimos nuestros pasaportes hasta llegar a Perú”.
Algo quedó muy claro tras el relato de estos jóvenes, grabar un simple video en las calles de Cuba, seas cubano o extranjero, puede ser motivo suficiente para ser víctima de interrogatorios, amenazas y deportación como fue su caso.
El régimen cubano y su principal órgano represivo, la Seguridad del Estado, continúan enfrascados en silenciar cualquier voz que trate de mostrar la realidad cubana. En días recientes han desatado una escalada represiva contra periodistas y colaboradores de la prensa independiente dentro de la isla.
El pasado 11 de octubre el colaborador de CubaNet Adelth Bonne fue citado, vía telefónica a su número personal, por un agente de la policía política, el reportero se negó a acudir y exigió que sea a través de una citación oficial, además recordó que el pasado septiembre fue amenazado por dos mujeres que se personaron en su vivienda.