Pinar del Río, Cuba - Tras 48 años de trabajo mal pagado por el régimen, el anciano Felicio Espinosa se vio obligado a recurrir al trabajo por cuenta propia para poder mantener su hogar debido al encarecimiento del nivel de vida provocado por la dictadura.

Actualmente el señor Felicio tiene 70 años y se ha visto forzado a aceptar un trabajo de vendedor ambulante ya que su jubilación solo es de 1500 pesos cubanos y esta es la única entrada que existe en su hogar.

El propio Espinosa declaró que “nunca pensé tener que volver a trabajar, ya las piernas no me dan, pero hay que tirar para adelante porque si no yo y mi viejita nos morimos de hambre”.

Además, agregó que le cuesta mucho trabajar de pie por lo que se ha visto obligado a recurrir a una silla para poder durar las más de 8 horas de trabajo diarias.

“Tú crees que yo estoy para esto, yo me eché 48 años trabajando para el estado y lo que gané fue una miseria, ahora tengo que ponerme a trabajar de nuevo porque con estas locuras de precios la jubilación no me da para nada”, añadió el anciano.

Tras el reordenamiento financiero en la isla muchos ancianos se han visto forzados a volver al trabajo para poder subsistir ya que sus pensiones no les alcanzan para mantener un bajo nivel de vida.

“A mí me da tremenda lástima con el viejito Felicio, el pobre ya ni ve bien, se confunde con los vueltos y para colmo la carretilla donde vende no es de él, es un abuso las jubilaciones que les están pagando a los viejitos, eso no alcanza para nada”, expresó la señora Raquel Torres.

Por otro lado, la especialista del órgano del trabajo Juliana Ruiz aseguró que “se hizo el reordenamiento para cuidar a los más desprotegidos, los ancianos que tienen jubilación ganan hoy mucho más que antes”.

Casos como el de este anciano demuestran que realmente la tercera edad es una de las últimas prioridades del régimen.

Publicado originalmente en la edición 221 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, Panorama Pinareño.