Foto de Elier Padilla Gómez en Unsplash
Por el periodista ciudadano Leinier Álvarez García
Aug 3, 2024 | 10:00 AM
Por la forma déspota en que actúan los gobernantes de la Isla, más que por el propio autoritarismo de toda dictadura, el régimen siempre ha visto chiquitos a los cubanos ante él. Se ve en potestad de disponer a antojo de la vida de los demás. Los hechos no sugieren otra cosa.
Sencillamente, mira desde arriba al resto de los habitantes del país. La dictadura dispone a voluntad de leyes y decretos, aprieta tuercas cuando la lógica, debido al caos reinante, sugiere oxígeno para un pueblo que anda sin vida. Manipula sabiéndose con el poder de ahogar a través de métodos turbios los conatos de rebeldía.
¿Quién no sabe en este país, y en el resto de ese mundo hipócrita, conociendo al pájaro por su ‘cagada’, que uno de los objetivos esenciales del nuevo proyecto de Ley de Migración dejará el camino expedito para despojar de la ciudadanía a cubanos en disenso con el sistema comunista? La realidad, el hecho, radica en que quien no lo sabe se lo imagina.
La piel de conejo en anatomía de lobo marrullero no engaña a nadie, son muchos años de un pueblo sometido bajo la misma práctica. Ley que, como siempre, dejará zonas en galimatías, a discreción de las interpretaciones del poder reinante.
Solo que esta vez todo parece indicar que el alumno ha superado al maestro: el documento de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) es una copia del modelo nicaragüense; donde cientos de opositores políticos a Daniel Ortega fueron despojados de su nacionalidad. Lo anterior, bajo la reserva de que el maligno, los castristas, no hayan tomado a Nicaragua como tubo de ensayo.
Dudas hay de que esta carta se le haya escapado a un régimen que lleva décadas desestabilizando a todo un continente, y más allá. Y hubo momentos, en que Nicaragua se las vio bien fea bajo el empuje popular. Por lo que todo sugiere, que de alguna manera en los despojos de ciudadanía nicaragüense allí estuvo la mano de la dictadura cubana. Es lo que sugiere la gente de los barrios de la Isla profunda. Nadie cree que el país Centroamericano enseñó al maestro a como reprimir al pueblo.
Pero, regresando al tema en cuestión, a raíz de la polémica y rechazo que ha generado el anuncio del proyecto de ley, la ANPP lo ha pintado bonito con letras de colores suaves. Para nada hay una tilde represiva. “No pueden ser privado de su ciudadanía, salvo por causas legalmente establecidas (…)”, dice el panfleto del Parlamento Cubano.
A otro con ese cuento. Señores, quién no sabe en este país que la aparente calma de las autoridades frente a hechos de disenso solo responde a saberse con poder para cuando sea necesario destruir al más pinto con la fabricación de un delito común; precisamente, a través de leyes como la que ahora se quiere imponer.
Lo anterior responde, en esta ocasión de proyeccto de ley nuevo plagado de galimatías o zonas confusas, y edulcoradas, a que el régimen siempre ha visto chiquitos a los cubanos ante él. Nos mira desde arriba como cosas. Algo que puede mover a su antojo.
Publicado originalmente en la edición 220 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa