Tomada de Canva
Por la periodista ciudadana Mirtha Noyola
Apr 27, 2023 | 8:30 AM
Las políticas laborales establecidas por el régimen cubano, tras la implementación de la llamada “Tarea Ordenamiento”, están completamente saturadas de múltiples errores provocados, por el voluntarismo, la improvisación, la prisa y el analfabetismo sobre esta importante esfera, de parte de aquellos que han tenido la responsabilidad de aplicarlas.
El salario, dada su importancia económica, política y social constituye un aspecto relevante de la política laboral, en el cual las incongruencias que se cometen, se manifiestan con mayor agudeza.
En su organización, dentro de Cuba, esta remuneración nunca ha reflejado adecuadamente el cacareado principio de que “cada cual reciba un salario en correspondencia con su aporte laboral” y se haga realidad que a igual trabajo corresponda igual salario.
Que el salario es un tema caliente, es una realidad. Este no es un problema nuevo, se viene sucediendo desde hace varias décadas. Este viejo principio de distribución socialista, nunca ha funcionado y el problema radica en que desgraciadamente quienes menos trabajan son los que más reciben.
El reajuste salarial iniciado con el ordenamiento económico, hizo pensar a muchos que al fin se estaba haciendo justicia, más de un año después todo continúa igual, la pirámide salarial de la isla es tá invertida. Funcionarios públicos y políticos, unido a personas vinculadas a los negocios, ganan más que un obrero vinculado directamente a la población o un profesional universitario.
No se logra entender cómo es posible que un especialista en medicina, gane apenas cinco mil pesos mensuales, mientras un policía sin el doce grado de escolaridad, le duplique en salario.
Es realmente incomprensible. Es muy normal por tanto, la deserción de médicos, cuando salen de misión, primero por ser esclavos del régimen, y segundo por los miserables salarios que reciben y que hace que el trabajo aportado no sea el medio fundamental de vida.
Cuando el salario de un obrero le permita garantizar una existencia digna para él y familia, las cosas han comenzado a andar bien, mientras un salario malamente permita comer unos pocos días del mes, el país anda muy mal.
Con tres mil pesos como salario medio, una familia cubana, apenas logra sobrevivir una semana( limitándose de otras necesidades). La barrera de separación, entre ingreso salarial y capacidad adquisitiva crece cada día.
Como dicen muchos, en Cuba se trabaja malamente para comer, y no el mejor bocado, sino el más barato y cuando aparece.
Publicado originalmente en la edición 154 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano