Artemisa, Cuba, (ICLEP). El taller-óptica estatal de la ciudad se encuentra desde hace tres años en quiebra total. La falta perenne de materia prima, dígase cristales de diferentes graduaciones y armaduras, mantiene inactiva a la entidad. Aunque el local, ubicado en Manuel Valdés entre 50 y 52, permanece cada jornada laboral con sus puertas abiertas simulando normalidad, allí no se produce nada.

Los pronósticos de recuperación de este vital servicio a la población cada día se alejan más: optometristas de avanzada experiencia se han desperdigado en otras funciones o han abandonado el país.

La maestra jubilada Josefina Almaguer Martínez, quien radica en la calle 52, dijo a El Majadero de Artemisa que con respecto a las ópticas estatales en todo el país hay sólo una conclusión: “el Gobierno las dio por perdidas”.

Por su parte el cuentapropista Domingo Miranda Cuenca, domiciliado en el reparto Llega y Pon, compartió con este medio informativo las penurias que estos momentos atraviesa para acceder a los espejuelos de su pequeño hijo que padece de miopía: “ni con dinero aparece lo que se busca”, apuntó.

“Soy una anciana que necesita espejuelos hasta para escoger el arroz que voy a cocinar, y no hay forma de lograrlo. Yo no me puedo dar el lujo de comprar los espejuelos en el mercado negro”, declaró al boletín Úrsula Mestre Torres, vecina de la calle Mártires.

Según dijo a los comunicadores Suleyka Llanes Rivas, empleada de la Óptica artemiseña, mientras le paguen por abrir el local cada mañana estará en su puesto de trabajo. “Aquí se ha ido todo el mundo”, concluyó.

Publicado originalmente en la edición 211 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa