Artemisa, Cuba – Después de cinco años del primer pedido de ayuda a las autoridades, una familia artemiseña continúa viviendo en condiciones de extrema pobreza, en medio del hacinamiento, la ausencia de baño y sin cocina.

El panorama de la vivienda de Herminia Hernández Cabrera y Alicia Martell Hernández, madre de 90 años de edad e hija de 62, en ese orden, ubicada en la carretera de Lincoln a Las Mangas, es deprimente. Así lo apreciaron reporteros de este medio.

La casita está conformada por tablas viejas, pedazos de cines, cartón y fragmentos de nylon agujereados. Los tramos que aún conservan algo de madera y bloque, están podridos y corroídos. Por las grietas del techo penetra la luz del sol y cuando llueve la casa se inunda en cuestión de minutos.

En su denuncia a El Majadero de Artemisa, Alicia Martell Hernández, declaró que su madre padece de insuficiencia cardíaca entre otros padecimientos y, agregó, que las recomendaciones médicas son “sacarla de este agujero”, pero no tienen a donde ir.

Martell Hernández reiteró que ha pedido ayuda al gobierno en más de diez ocasiones. “En una oportunidad me dijeron que me ayudarían atendiendo a la edad y el estado enfermizo de mi madre, desde entonces hace cuatro años y medio”.

“Mi madre no se ha muerto, si era lo que esperaban”, concluyó.

Estas dos ancianas que viven en extrema pobreza y abandonadas por la estructura de poder comunista, nunca han tenido gas para cocinar, refrigerador o un televisor. Este último, para hacer más llevaderos los últimos días de una nonagenaria a la que le tocó vivir en país socialista.

Publicado originalmente en la edición 182 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa.