Escritor cubano Frank Correa. (Facebook)
Por Luis Cino
Feb 8, 2023 | 9:05 AM
LA HABANA, Cuba.- En su empeño por que se conozca la obra de los autores cubanos censurados por el régimen en su país, Ediciones Ilíada, en Alemania, publicó recientemente la novela La leyenda del río, del escritor y periodista independiente Frank Correa.
En esta, como en otras de sus novelas, Frank Correa nos deslumbra con su fabulación, su uso de la intertextualidad y su maña y fluidez para narrar.
No abundan los autores cuya personalidad sea tan idéntica a su escritura como ocurre en el caso de Frank Correa. Y ese es el más inobjetable indicio de la autenticidad de un escritor.
Por la naturalidad con que escribe, sin recurrir a artificios efectistas, sin rebuscamiento alguno, cuando uno lee a Frank Correa es como si estuvieras escuchándolo, con su acento oriental, contándote una anécdota suya o de alguno de sus amigos y conocidos de Guantánamo, Santa Fe o Jaimanitas, que casi siempre son los personajes de sus cuentos y novelas.
Ese es el caso de La leyenda del río, que narra la historia de Rascacio, un humilde poblador de Jaimanitas que se gana la vida buceando en busca de prendas perdidas por los bañistas en la playa. Rascacio, obsesionado con una vieja historia de tesoros que cuentan los pescadores, se dedica a buscar el cofre de oro y piedras preciosas que, según la leyenda, luego del naufragio de la goleta Reina Isabel en 1682, al noroeste de La Habana, enredado en un gigantesco sargazo, empujado por las corrientes marinas recorrió los océanos durante cuatro siglos hasta que finalmente una tormenta lo condujo al río de Jaimanitas.
El tenaz Rascacio, que con su determinación a no dejar que las muchas vicisitudes lo venzan recuerda por momentos al Santiago de El viejo y el mar, no ceja hasta encontrar el tesoro. Pero su enriquecimiento de la noche a la mañana lo hace blanco de la Seguridad del Estado, que lo arresta, confisca sus bienes y… No voy a contarles el final. Lean la novela.
Como si no bastara la fabulación que derrocha Frank Correa con la historia de Rascacio y el tesoro, en La leyenda del río también están las historias de Pejediente, Atila, los Bocañanga, Luisón, Chiqui, Miguelito Melón, Luisa Ojos Secos, el trovador Héctor Tortilla y decenas de otros pescadores y buscavidas de Jaimanitas. Historias tragicómicas que Frank Correa logra concatenar, una tras otra, sin apenas tomar aliento, con una habilidad pasmosa, a lo largo de toda la novela.
Algunas son delirantes, como la fiesta en casa de los Bocañanga por el centenario de Jaimanitas; el tiburón cazado en el río por Cheo, el menor de los hijos de Pejediente; el viaje de Rascacio y Amatista, su mujer, a Bayate; la noche en que luego de sacarse dos muelas que tenía soldadas a la mandíbula, Rascacio es mordido por un perro y se le infesta la herida y a Amatista se le atraganta una espina de pescado. Y ni hablar de la búsqueda del tesoro en el putrefacto fondo del río de Jaimanitas.
El autor, que lleva más de 20 años viviendo en Jaimanitas, se ha compenetrado con los moradores de ese viejo pueblo de pescadores y conoce bien esas historias, algunas de ellas si no reales, bastante parecidas a la realidad.
Los personajes de sus historias son todos patéticos náufragos de la sociedad socialista que luchan por subsistir a como dé lugar. Y Frank Correa cuenta sus historias y a veces las de él mismo, con crudeza y realismo, sin caer en el panfleto, pero no por ello dejando de llamar las cosas por su nombre.
Nacido en Guantánamo en 1963, el futuro de Frank Correa en las letras cubanas parecía promisorio. En 1991 ganó los concursos nacionales Regino Botti, Tomás Savignón y Ernest Hemingway y le publicaron, en la colección La Fama, su libro de cuentos La elección. Pero excomulgado de la cultura oficial por sus ideas políticas, se hizo periodista independiente y, por tanto, se convirtió en un objetivo de la Seguridad del Estado.
En las dos últimas décadas, sus crónicas y artículos han aparecido en Cubanet, Diario de Cuba, Primavera Digital y ADN Cuba. Pero no ha dejado de escribir ficción y poesía. En 2012 ganó el primer premio de Nuevo Pensamiento Cubano con el cuento “La mujer del escritor”. Tiene publicadas, además de La leyenda del río, las novelas Larga es la noche, en la editorial checa Fra, Un rey sin corona y Pagar para ver, esta última por Latin Heritage Foundation y Ediciones Cenifenc, de España.
Publicado originalmente en Cubanet.