Foto de Ricardo IV Tamayo en Unsplash
Por la periodista ciudadana Aniuska Paredes López
Jul 31, 2024 | 10:00 AM
Dicen los que saben, que uno de los grandes errores de los hombres, y por extensión de los regímenes cerrados, es pensar que los otros no piensan; que el prójimo es fácil de tupir. Esa errata la comete a diario la dictadura, pues callar no siempre significa aceptar. Hoy, no hay otro sector más avispado dentro de la Isla que el cubano de a pie.
Elevar la expectativa a quienes sufren la miseria en los barrios, hacer creer que a la vuelta de la esquina las cosas van a mejorar, siempre ha sido una práctica recurrente del régimen. Luego, todo continúa igual o peor y toca el turno a las justificaciones, que dan paso a nuevas expectativas.
Es un círculo vicioso que ya dura 65 años y que hoy nadie se traga. Pero, ¿dónde poner el foco de la tesis que se quiere desarrollar? La luz de este trabajo radica en que pese a que el Gobierno tiene plenitud de conocimiento de lo que cree y no cree la gente de a pie ─a diario tienen personas recogiendo opiniones en la calle─, continúan atiborrando a sus medios masivos de comunicación de grandes titulares sobre proyectos que nadie duda no llegarán a ninguna parte; 65 años no es cosa de días.
Acerca de los paquetes propagandísticos que suele soltar Granma y los noticieros de televisión, que incluyen, además de los titulares altisonantes, cartas de intención, fotografías de funcionarios cubanos y extranjeros firmando futuros grandes acuerdos, la gente sabe ─el perro los ha mordido muchas veces─ que al final por una o más cual razón ninguno se cumple. Entonces, para qué continuar con lo mismo El descamisado no olvida todo el aparataje de difusión con el parque eólico de La Herradura, en Pinar del Río, o del proyecto de la biomasa para la generación de electricidad en el central azucarero Ciro Redondo, en Ciego de Ávila, por solo referirnos al tema vigente de los apagones.
Nada, mucho ruido y pocas nueces. Ahora, el más reciente paquetazo informativo del régimen, que intentaba levantar las expectativas de la gente de barrio respecto al fin de los cortes eléctricos en los meses de julio y agosto, los mil megawatt de energía solar en los próximos dos años; donde al menos la mitad iba a estar listo para finales de junio. Ha transcurrido medio julio y los apagones continúan. El cuartico está igualito, como dice la tonada musical.
El objetivo a perseguir con este último paquetazo iba en función de que la gente se ilusionara con aquello de que “la energía solar nos va a salvar de los apagones en el verano”. Pero el cubano de la calle de bobo no tiene nada, y sabe que cada día es una avería o un mantenimiento; y el susto constante de la salida de la Guiteras.
Es el mismo cuento de siempre. Ahora mismo, lo concreto, qué tiene hoy el Gobierno para el pueblo cuando el problema de la Isla es estructural. Nada a mediano o largo plaza, solo parches. Entonces, ¿dónde está la Cuba virtual, en las redes sociales o en Granma? Es la pregunta del cubano de a pie.
Publicado originalmente en la edición 241 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, Amanecer Habanero