Foto de Dylan Shaw en Unsplash
Por el periodista ciudadano Pedro Luis Hernández
Oct 11, 2024 | 2:00 PM
En el discurso en conmemoración por un aniversario más del 10 de 0ctubre de 1868, en el Hardman Hall de Nueva York, nuestro querido Martí expresó: "La patria es dicha de todos, y dolor de todos, y cielo para todos, y no feudo ni capellanía de nadie; y las cosas públicas en que un grupo o partido de cubanos ponga las manos tienen el mismo derecho indiscutible con que nosotros las ponemos, no son suyas sólo, y de privilegiada propiedad, por virtud sutil y contraria a la naturaleza, sino tan nuestras como suyas; por lo que, cuando las manos no están bien puestas, hay derecho pleno para quitarles de sobre la patria las manos".
Después de transcurridos 134 años de aquel memorable discurso, se hace necesario reevaluar estas ideas expuestas por el apóstol en su extraordinaria pieza de oratoria política, ideas que cobran una vigencia extraordinaria a la luz de los hechos y la realidad que se vive en la isla en los momentos actuales. El concepto martiano de patria, es inclusivo. No se puede hablar de patria cuando una élite o partido político se adjudica el derecho a imponer su voluntad sobre el resto de los cubanos.
Como expresara el maestro, la patria es de todos, para el bienestar y el disfrute de todos sus hijos, sin privilegios ni derechos personales. Cuando miramos a la luz del credo martiano la vida de la nación, en pleno 2024, el dolor y la impotencia carcomen nuestras almas.
En las esferas más altas del poder político en la isla se sostiene una élite privilegiada, viviendo en la opulencia y hablando a nombre de un pueblo al que solo le ofrecen promesas que nunca son cumplidas, condenándolos a una vida de miseria, dolor y llanto , donde la desesperanza parece ser su única compañía. Tras un andamiaje político que manipula, extorsiona y engaña, el régimen cubano ha usurpado los derechos de la nación al disfrute de la libertad.
Mientras los hijos de obreros y campesinos y cubanos humildes tienen que conformarse con las migajas de un caduco sistema que les ha adoctrinado en la obediencia ciega y la sumisión, los hijos de ministros y gobernantes veranean en Europa y otras naciones, con los recursos que pertenecen y deben destinarse al pueblo.
Esta triste realidad requiere un cambio urgente y la respuesta la da Martí, cuando refiere: "…cuando las manos no están bien puestas, hay derecho pleno para quitarles de sobre la patria las manos". Tenemos como pueblo el deber y la obligación de quitar las manos sobre la patria a quienes se sirven de ellas como pedestal para levantarse sobre el pueblo y vivir a costa del pueblo, es un derecho natural y una obligación política de cada cubano.
La patria es de todos los cubanos, es el lugar llamado al disfrute de todos los derechos y garantías que nos asisten como cubanos y hombres libres. No es propiedad de unos pocos, es de todos los buenos cubanos que se acercan a ella para servirle y protegerle.
Publicado originalmente en la edición 189 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano