En Cuba, cada vez es más común que la gente hable abiertamente en contra del gobierno y sus principales líderes, los critique e incluso se burle de ellos. En mercados, centros de trabajo, autobuses y, especialmente, en los hogares, las conversaciones se centran en la mala gestión del presidente Miguel Díaz-Canel, a quien algunos consideran una marioneta de Raúl Castro. Muchas personas admiten públicamente ante familiares y amigos su oposición al régimen cubano y afirman que solo un cambio radical en el sistema que controla la isla podría sacarla de la profunda crisis en la que se encuentra.

Lamentablemente no todos los que se autodefinen como opositores son capaces de actuar en consecuencia y se atreven a publicar o hacer algo, en contra de la dictadura de los Castro. Un número importante de opositores se ha visto obligado a abandonar el país por la represión y las amenazas de la Policía Política y muchos de los principales líderes de proyectos contestatarios al régimen y medios independientes de comunicación, ahora actúan desde el exilio.

Es una realidad que dentro de Cuba la oposición no cuenta con fuerzas suficientes para enfrentar al régimen y que la desunión entre las figuras más relevantes dentro y fuera de la isla, ha impedido la creación de un movimiento fuerte y con la capacidad de derrocar a la dictadura.

En los últimos años se han producido cientos de protestas populares a lo largo y ancho de la isla, que aunque han puesto en jaque al régimen y sus dirigentes, no han conseguido los resultados esperados por la falta de un plan de acción y sobre todo, por no contar con líderes capaces de dirigir a las fuerzas populares.

Los representantes de las organizaciones de oposición en el exterior del país exigen más acciones y rebeldía a los que se encuentran dentro de la isla y los que se encuentran en Cuba, aseguran que es muy fácil pedir resultados desde un lugar seguro y alejado de las acciones represivas de los sicarios del régimen.

Los continuos enfrentamientos y críticas entre sí por parte de los llamados “Influencers de la oposición” lejos de ayudar a conseguir la libertad de nuestro país, han facilitado el trabajo de la Seguridad del Estado y permitido su desprestigio ante el pueblo cubano. La mayoría de la población cubana no reconoce a los líderes de la oposición como figuras capaces de resolver la profunda crisis que vive la nación y tampoco conoce sus proyectos, por eso es imprescindible darlos a conocer y sobre todo lograr la unidad.

Publicado originalmente en la edición 124 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, Páginas Villareñas