Ramona Hernández fue amenazada este viernes por un capitán de la Seguridad del Estado identificado como Fredy, quien le advirtió que sería llevada a juicio por difamación y multada si continuaba divulgando información sobre las dificultades que enfrenta para trasladarse al hospital debido a la reducción del transporte destinado a los enfermos.

Hernández, quien reside en Agua de Moya, es una señora de la tercera edad y paciente del Hospital Oncológico de Santa Clara. Ella depende del transporte público destinado a los enfermos para acudir a sus sesiones de radioterapia. Sin embargo, la reciente decisión de las autoridades de limitar el servicio de guaguas a días alternos, provocada por la escasez de combustible, ha complicado su acceso al tratamiento, un problema que también afecta a otros pacientes en la región.

Preocupada por esta situación, Ramona buscó la ayuda del medio de comunicación comunitario Páginas Villareñas, dirigido por Antonio Suárez Fonticiella, para visibilizar la reducción del transporte. Tras la publicación de la crítica en la página de Facebook del Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP), Ramona recibió la visita de un agente de la Seguridad del Estado, quien se presentó en su casa vestido de civil, mostrando su identificación y exigiendo hablar con ella.

Según Hernández, el capitán Fredy la acusó de haber proporcionado información a un "periódico subversivo" elaborado por "contrarrevolucionarios", en referencia a la denuncia sobre la situación del transporte. Durante la conversación, Fredy también la amenazó con acusarla de desacato si continuaba exponiendo el problema públicamente. Ramona, lejos de retractarse, le respondió firmemente: "Si por decir la verdad me meten presa, pues tendrán que detenerme porque nunca me callaré".

La amenaza contra Ramona Hernández pone en evidencia los intentos de las autoridades de silenciar a quienes levantan sus voces para exigir mejoras en cuestiones tan fundamentales como la salud. Es un ejemplo más de cómo las autoridades cubanas intentan acallar las críticas hacia su gestión, dejando a ciudadanos como ella en un estado de vulnerabilidad, tanto física como emocional.