La Habana, Cuba - Alien Tijerino Castro, preso político condenado a cuatro años de privación de libertad por lanzar más de 500 octavillas en una calle de Centro Habana, fue castigado por las autoridades carcelarias del Combinado del Este luego de exigir un descanso en su jornada de trabajo no remunerado.

Según contó su esposa Adis Iliana Milanés Sánchez a Martí Noticias, Tijerino Castro se puso a trabajar voluntariamente para así poder obtener una plaza de trabajo en el campamento de trabajo correccional donde se encuentra, conocido como Zona Cero, aledaño a la prisión.

“A los presos, a pesar de que se levantan todos los días a las cinco de la mañana para salir a trabajar, no les permiten ni siquiera sentarse”, contó.

De acuerdo con Milanés Sánchez, este miércoles su esposo salió a su labor de limpieza de las instalaciones, pero al terminar de barrer los querían mandar para “la chapea” y le preguntó al oficial si podía sentarse para consumir la merienda que llevaba en la mochila, a lo que el guardia le respondió que no podía sentarse ni descansar, pues ellos “lo único que tienen que hacer es trabajar”.

“Mi marido se sienta y le dice que no va a trabajar porque, encima de que está trabajando voluntariamente, no lo están pagando un salario. Automáticamente, todos los presos pararon de trabajar, eran alrededor de siete u ocho presos. Al mi marido sublevarse, el oficial, lo esposó e intentó darle golpes, pero mi marido le dijo ‘haga todo lo que usted quiera, yo estoy en todo mi derecho”, relató.

La esposa del preso político contó también que luego del incidente lo trasladaron esposado para el Edificio 2, a prisión cerrada durante tres horas porque no quiso trabajar más.

“Luego fue el jefe del campamento a buscarlo y le dijo que eso les viró a los presos del campamento, pero lo volvieron a mandar para allí. También le querían quitar un pase o una visita, pero Alien dijo que nada de nada porque él no ha incumplido ninguna regla, ninguna ley”.

Tijerino Castro se encuentra encarcelado desde el 19 de junio de 2021. En marzo de 2022 fue condenado a cuatro años de prisión por el delito de propaganda enemiga, por lanzar volantes junto a un grupo de activistas con frases y consignas martianas, exigiendo la libertad para los presos políticos y de conciencia, así como el cambio de sistema.

El activista, trasladado el pasado mes de septiembre a un régimen de menor severidad, fue juzgado en la misma causa que el periodista independiente Lázaro Yuri Valle Roca, quien filmó la acción cívica y la publicó.