Jorge Gómez (Cimarrón de Mayabeque/ICLEP)
Jun 10, 2021 | 12:15 AM
Publicado originalmente en la edición 99 del medio de comunicación comunitario del ICLEP Cimarrón de Mayabeque
Otro día más de tristeza en la vida
Por el periodista ciudadano Jorge Gómez
Hubo un tiempo en el que yo despertaba en las mañanas y pensaba que eran tiempos terribles, pensaba que ya la cosa no podía ir a peor, pero nada más lejos de la realidad, siempre en la vida se puede ir a peor y sobre todo en este país.
Desde que comenzó este desordenamiento monetario, porque esto no tiene otro nombre o por lo menos no para mí, ahí fue donde me di cuenta de que de verdad la cosa iba para peor y lo más jodido del caso es que cada día se pone todo más malo.
Esos tiempos en que pensábamos todos que estábamos mal, pero que al menos las familias se reunían, los amigos compartían, se jugaba dominó en las esquinas y se podía ir a algún lugar, aunque fuera malo o no tuviera las condiciones, esos, esos eran buenos tiempos y no lo sabíamos.
Eran tiempos difíciles para el cubano de a pie, si, lo eran, pero estos son peores, ya la gente no sonríe, ya el humor del cubano, ese que nos caracterizaba dondequiera que estuviéramos se acabó, hoy las personas caminan con la cabeza gacha como avergonzados y en esos me sumo yo.
Miles de veces me he preguntado ¿por qué aguantamos tanto?, ¿por qué permitimos que el régimen nos quite la alegría?, si ya nos han quitado la libertad durante tanto tiempo, no podemos permitir que nos quiten también los deseos de vivir.
Parece mentira que ya uno no habla con las personas, más bien discutimos como animales, ya uno no se relaciona, preferimos aislarnos y no precisamente por la COVID-19 que realmente no es la peor enfermedad que nos afecta, realmente la peor enfermedad que tiene el cubano, más bien el país es la dictadura Castro/Canel que ha consumido al pueblo en vida.
Me da tristeza levantarme en las mañanas pensando que será otro día igual, deseando que acabe el día para que llegue la noche como si eso fuese un remedio aun sabiendo que cuando amanezca nuevamente será lo mismo, nos hemos convertido en adictos a pasar el tiempo sin darnos cuenta de que eso es lo más valioso que tenemos porque el tiempo se acaba y con él la vida y es muy triste ver hacia atrás y darnos cuenta de cuanto pudimos hacer para ser felices y no lo hicimos.
Yo considero que ya la dictadura nos ha quitado bastante, no podemos permitir que nos robe también el tiempo, las ganas y la fuerza para hacer de nuestra vida lo que deseamos que sea, no podemos permitirles que nos sigan sumiendo en la depresión mientras que los dictadores y sus hijos viven vidas de reyes a costa de nosotros.
Es por esto, por lo que he decidido que no voy a dejarme aplastar, no voy a dejar que la dictadura me quite lo que es mío por derecho.