Amaury Díaz Martínez y Adriano Castañeda Meneses. Fotos: Facebook / Cuba Antitotalitaria
Por ICLEP
Nov 30, 2024 | 9:10 AM
En la última semana de noviembre varios líderes y activistas del Foro Antitotalitario Unido (FANTU) han sido víctimas de amenazas y detenciones arbitrarias por parte de represores de la dictadura por realizar proselitismo político, llamar a la desobediencia civil o colocar carteles antigubernamentales, todos estos actos legítimos de libertad de expresión que en Cuba son negados constantemente a los ciudadanos.
Irenaldo Sosa Báez, Coordinador Territorial para Oriente Norte del Foro Antitotalitario Unido (FANTU) fue detenido el 27 de noviembre en Las Tunas, por realizar en público proselitismo político antigubernamental. Según la información ofrecida por el propio activista a Cuba Antitotalitaria, fue agredido verbalmente por un tres personas desconocidas mientras “se encontraba debatiendo con un grupo de ciudadanos en las áreas exteriores de la Terminal de Ferrocarril sobre los beneficios que iba a traer para la libertad de Cuba y los cubanos, que los anticastristas Donald Trump y Marcos Rubio se convirtieran respectivamente en Presidente y Secretario del Estado (Ministro de Relaciones Exteriores) de los Estados Unidos de América, el próximo año”.
Los individuos defendieron la continuidad de la Revolución Socialista para Cuba a lo que Irenaldo respondió asegurando que después de más de seis décadas los cubanos siguen escuchando las mismas promesas que nunca llegan y las dificultades son cada vez mayores. La mayoría de los allí presentes comenzaron a respaldarlo, momento en el que los tres individuos, que iban vestidas de civil, sacaron sus identificaciones de oficiales de la Seguridad del Estado y arrestaran a Sosa Báez, conduciéndolo a la Tercera Unidad de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) de Las Tunas.
Los tres represores se negaron a identificarse en todo momento, “sólo le informaron al detenido, que ellos eran oficiales de otra provincia y lo habían escuchado difamar sobre la Revolución y decidieron, que tenían que advertirlo que, de continuar tratando de incitar a los ciudadanos a lanzarse a las calles para subvertir la obra de la Revolución, con seguridad sería condenado por un tribunal y terminaría encarcelado”. Irenaldo no cedió a sus amenazas y los oficiales le dijeron que lo mejor que podía hacer era “irse del FANTU, porque estamos trabajando para desbaratar esa organización entreguista y mercenaria”. El activista fue puesto en libertad ese mismo día en horas de la tarde.
Amaury Díaz Martínez, militante del Foro Antitotalitario Unido (FANTU) también fue arrestado el pasado 27 de noviembre en la ciudad de Sancti Spíritus por haber colocado carteles antigubernamentales frente a su vivienda, informa Cuba Antitotalitaria.
La esposa del activista declaró que Díaz Martínez había colocado alrededor de las 9:50 a.m. de ese día dos carteles contra el régimen en la pared frontal de su domicilio, en los que se leía: “¿Hasta cuándo estaremos sin corriente eléctrica?” y “Libertad para todos los presos políticos cubanos”.
A las 10:30 a.m. se personó en su vivienda el conocido Mayor de la Seguridad del Estado Orelvis Pérez Díaz, apodado “El Ñato”, Jefe de Unidad Provincial de Enfrentamiento a la Actividad Subversiva Enemiga de la Dirección de Contrainteligencia del Ministerio del Interior (DCI-MININT), junto otros 2 oficiales represivos y se lo llevaron bajo arresto.
Según le informaron a la esposa en la Unidad Provincial de Investigaciones Criminales y Operaciones (UPICO), conicida como El VIVAC, donde también está la Unidad de Instrucción Penal de la Seguridad del Estado, Amaury Díaz Martínez permanecería allí varios días bajo investigación.
Adriano Castañeda Meneses, Coordinador Organizativo del Consejo Nacional del Foro Antitotalitario Unido (FANTU) fue amenazado con ser encarcelado el 28 de noviembre en Sancti Spíritus por llamar a la desobediencia civil, refiere igualmente Cuba Antitotalitaria en su perfil en Facebook. El activista fue arrestado por tres oficiales de la Seguridad del Estado que lo interceptaron en las cercanías del Bar Serrano en el Paseo de Colón y lo trasladaron a la Unidad Provincial de Investigaciones Criminales y Operaciones (UPICO).
Allí fue interrogado por el Teniente Coronel nombrado Misael Sánchez Dorta, Jefe de la Dirección de Contrainteligencia del Ministerio del Interior (DCI-MININT) en la provincia, el Teniente Coronel e Instructor Penal Samuel Navia y un capitán, que le dijeron a partir de ese momento sería el nuevo oficial que lo atendería, un represor destinido a vigilarlo constantemente.
“El Teniente Coronel Sánchez Dorta le afirmó a Adriano, que su tiempo en la calle ya era de pocos minutos y que irá a una prisión al igual que el Militante del FANTU Amaury Díaz García, arrestado el día anterior. Y que ya lo estaban acusando por los delitos de subvertir el orden constitucional, llamar a la desobediencia civil y a la hora de ser arrestado ayer amenaza y desacato a los oficiales de la Seguridad del Estado que lo detenían”, detalla la publicación. También le dijeron que “Amaury Díaz García sería sancionado y que en esos momentos no se encontraba prisionero en la provincia de Sancti Spíritus y se negó a decirle en cuál lugar del país lo tenían arrestado en esos momentos”.
Durante el interrogatorio “le mostraron documentos escritos con sus denuncias y su participación en Radio Martí, Facebook, en las cuales atacaba y manchaba el prestigio de la Revolución, haciéndole mucho énfasis en las denuncias desde las prisiones, sobre el gobernante Miguel Díaz-Canel y el desastre económico y social que vive actualmente Cuba. También le preguntaron sobre los vínculos de él con el exiliado Manuel Milanés, asegurando que éste era un terrorista y que lo tenian en la Gaceta Oficial de la República de Cuba y quien estaba formando todo un ejército para derrocar la Revolución”.
En un momento del interrogatorio el represor Misael le dijo: “Aprovecha bien el tiempo que te queda en la calle, porque pronto nos volveremos a ver”. Le levantaron un acta de advertencia ya elaborada que Adriano se negó a firmar donde “se comprometía a cumplir con no denunciar más por la redes sociales ni Radio Martí”, y luego fue liberado.
Activistas de otras organizaciones antigubernamentales también continúan bajo acoso. Cubalex reportó que el 29 de noviembre Lisandro González Cisneros, líder del Partido Unión por Cuba Libre (PUNCLI) en Guantánamo, realizó una protesta pública por las más de 16 horas diarias de apagones. La protesta tuvo lugar alrededor de las 5:40 p.m. en la calle Pedro Agustín Pérez, entre 5 Sur y 6 Sur, de la ciudad cabecera, y pocos minutos después el oficial de la Seguridad del Estado Luis Ángel llegó al lugar junto a una patrulla.
En el momento de publicar la alerta, Cubalex confirmó que la vivienda de González Cisneros permanecía bajo vigilancia de la policía política.
La situación de los presos políticos en las cárceles cubanas también es de constante acoso y represión. Marta Perdomo, madre del preso político Jorge Martín Perdomo, quien cumple ocho años de prisión por su participación en las protestas del 11J, denunció el 29 de noviembre a través de su perfil en Facebook que a su hijo lo mantienen incomunicado: “15 días sin comunión con mi hijo Jorgito, basta ya ustedes se piensan que la familia es de hierro. Aquí está una madre, una hija que tiene necesidad de saber de su padre, dónde está el código de la familia del que tanto se habla yo no sé en qué condiciones él está, hasta cuándo habrá que soportar tanta injusticia Dios mío, por eso seguiré denunciando todos los días”.
En declaraciones a Martí Noticias, la señora dijo que “esta situación no es nueva y forma parte de una serie de represalias que su hijo enfrenta en el campamento de trabajo forzado Ho Chi Minh, ubicado en Bainoa, municipio de Jaruco, en la provincia de Mayabeque”.
Ese medio reportó, además, que el preso político Juan Enrique Pérez Sánchez, condenado a ocho años por los delitos de desacato, atentado y propagación de epidemias, el 25 de noviembre hacía 10 días que no tenía contacto telefónico con su esposa desde la prisión Melena Dos, en Melena del Sur, Mayabeque, donde se encuentra recluido.
La esposa Dayana Aranda denunció: “Estas restricciones son una represalia por su posición crítica. Siempre hemos vivido esto: cuando no le quitan los medicamentos, le prohíben tomar la comida del comedor, le restringen las llamadas o hacen requisas para quitarle sus pertenencias. Siempre es así”.