Artemisa, Cuba - Lorenzo Ceballos Fundora, persona mayor con limitaciones propias de la edad y cliente de la bodega Domingo Rojo, ubicada en Calle 50 D entre 3 y 5, denunció la tarde del viernes que fue estafado por la bodeguera Alina Matías Suárez.

El anciano testificó a este medio que por la estafa perdió el aceite correspondiente a la canasta básica de septiembre cuando, por un descuido suyo, olvidó exigir el producto a la empleada y este ya había sido anotado en la libreta y cobrado.

La cuota de aceite comestible se reduce a media libra mensual. En el caso de Ceballos Fundora fue privado de una libra, correspondiente a la canasta básica de él y su esposa, un matrimonio de ancianos. Correspondientemente, este aceite en el mercado negro cuesta 800 pesos.

Humberto Álvarez Ortiz, un testigo del episodio, declaró a El Majadero de Artemisa que, además del robo de la bodeguera, cuando el anciano regresó a reclamarle “lo sacó de la bodega a empujones”.

La artemiseña residente en Calle 50, Margarita González Delgado, presente en la bodega durante la estafa, dijo: “Fue abusivo. Al viejo ya le habían despachado el arroz y lo otro y tenía la jaba encima del mostrador. La bodeguera fue a la parte posterior de la tienda con el pomo vacío para servirle el aceite y Lorenzo agarró la jaba y se fue”.

El robo de los bodegueros estatales tiene como ardid valerse de las limitaciones físicas de los clientes. Los descuidos de ancianos, débiles visuales o mentales, son usados por los empleados para las estafas.

Publicado originalmente en la edición 177 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa.