El escritor y periodista Jorge Fernández Era y la académica Alina Bárbara López fueron detenidos el 18 de agosto en La Habana y Matanzas, respectivamente. El primero cuando intentaba llegar al Parque Central donde pretendía llevar a cabo una protesta pacífica, la segunda, después de declarar en sus redes sociales que iría hasta la sede del Partido Comunista en Matanzas para exigir la libertad de Era.

“En apoyo a Alina, y con idénticas demandas, estaré parado en protesta pacífica hoy, domingo 18 de agosto, entre 9:00 a.m. y 10:00 a.m., frente al monumento a José Martí del Parque Central, desafiando una vez más la reclusión domiciliaria que injusta y arbitrariamente me fuera impuesta desde abril de 2023 junto a una prohibición de salida del país que viola mis más elementales derechos”, había escrito Era en su perfil de Facebook Fernández antes de la detención.

Las demandas de Alina, que exige en sus protestas cada día 18 y de las que se hizo eco el escritor, incluyen “una Asamblea Nacional Constituyente elegida democráticamente para redactar una nueva constitución, que el Estado no se desentienda de la crítica situación de ancianos, jubilados, pensionados y familias que están en pobreza extrema, libertad para los presos políticos sin exilio obligatorio y el cese del hostigamiento a personas que ejercen su libertad de expresión”. En esta ocasión sumó también “la exigencia de que sea respetada la voluntad de la ciudadanía venezolana y la condena a la represión del gobierno venezolano”.

En horas de la mañana del domingo Fernández Era mostraba en esa misma red social la vigilancia a la que estaba sometido. En una foto se podía ver claramente una patrulla de la policía y una moto en la calle a las afueras de su vivienda.

Momentos más tarde, su esposa Laideliz Herrera Laza denunció a través de su cuenta en Facebook que el periodista había sido detenido en la esquina de su casa y posteriormente aclaró que estaba en paradero desconocido. Tras once horas de arresto arbitrario Jorge Fernández Era fue puesto en libertad.

Alina Bárbara López, por su parte, sí pudo realizar su protesta pacífica y luego de ella y antes de su arresto declaró a Martí Noticias: “Yo estuve, como siempre los 18, con el cartel en blanco, dando fe de la violación al derecho a la libertad de expresión, pero, realmente, no hubo ningún problema”.

“A un amigo nunca se le abandona. Voy saliendo a protestar. No llevo teléfono. No sé si logre llegar a donde voy. Pero no me quedaré de brazos cruzados ante tanto atropello. Basta de impunidad”, escribió Alina en su perfil de Facebook luego de su protesta y antes de dirigirse la sede del Partido en Matanzas para exigir la libertad de Era.

Cuando se dirigía al lugar señalado, la historiadora cubana fue detenida y trasladada a la unidad policial de La Playa.

Al ser liberada, Alina relató lo ocurrido en sus redes: “Acabo de llegar a mi casa. Fui detenida a la 1:30 p.m. cuando salía del reparto donde resido, en las inmediaciones del estadio. El objetivo fue hacerme una advertencia por desconocer la medida cautelar de reclusión domiciliaria. No firmé la advertencia pues considero ilegítimo el proceso que se sigue contra mí. Le dije asimismo al instructor que si Jorge continúa detenido continuaré intentando manifestarme. Esta vez no se ejerció violencia física contra mí. Más adelante explicaré en detalles lo ocurrido hoy”.

También el 17 de agosto la académica Jenny Pantoja Torres estuvo bajo un operativo policial y fue advertida por el agente Ariel quien se presentó en su casa para prohibirle salir de su vivienda y manifestarse pacíficamente el día 18 para reclamar la democratización del país.

A la antropóloga, que está atrevesando el virus Oropuche, le impidieron también abastecerse de insumos de primera necesidad e incluso salir a comprar alimentos a los vendedores que se acercaban a su casa.

El pasado 24 de junio, Alina Bárbara junto a Jenny Pantoja fueron detenidas arbitrariamente y golpeadas por la policía, cuando se dirigían a La Habana para protagoniza una protesta pacífica. Durante las 11 horas que estuvieron bajo arresto fueron interrogadas, amenazadas, las acusaron de atentado y les impusieron una medida cautelar de prisión domiciliar mientras esté en curso este proceso penal.