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En Cuba se pasa hambre: La realidad oculta detrás del discurso oficial y la lucha diaria por la supervivencia

Foto de Mauro Lima en Unsplash

Por el periodista ciudadano Pedro Luis Hernández

Sep 10, 2024 | 2:00 PM


Hay un viejo refrán que reza: “barriga llena corazón contento”, algo cierto pero demasiado lejano para muchos cubanos residentes en la isla. Más de 10 millones de habitantes en Cuba, viven por estos días en Cuba una de las peores crisis alimentarias de los últimos años, comparada únicamente con los fatídicos días del periodo especial, cuando muchos sobrevivieron como resultado del espíritu creativo que caracteriza a nuestras gentes.

La incapacidad del gobierno cubano para garantizar la alimentación de los cubanos, unido a la incontrolable inflación, que lacera el bolsillo de la mayoría de la población, han provocado que garantizar el pan nuestro de cada día, sea un verdadero reto. Una mirada a los mercados estatales y comercios del régimen, muestran una imagen desoladora y ponen de manifiesto el creciente desabastecimiento, el cual obliga a quienes pueden a concurrir como única opción a los comerciantes privados y mipymes y comprar a precios demasiado caros. La desesperada búsqueda de alimentos manifiesta una gran cantidad de situaciones, que debieran avergonzar a la dictadura.

Las calles de las ciudades se han llenado de personas mendigando un plato de comida, buscando restos de alimento en la basura o pidiendo dinero para poder comprar algo. Algunos, ante la desesperanza optan por el suicidio o enferman mentalmente al no poder soportar las tensiones que genera el desfavorable entorno socioeconómico en que se vive y los más atrevidos inician el éxodo al extranjero ,a riesgo de sus propias vidas. De igual manera esta carencia de alimentos ha generado un alto índice de criminalidad en el país.

Esta situación, incontrolable por el régimen, quien es incapaz de gestar políticas económicas acertadas que garanticen la seguridad alimentaria, no parece tener fin y sigue asfixiando el día a día de los cubanos.

En medio de una economía paralizada totalmente, cualquier esfuerzo por resolver el problema alimentario se vuelve inútil, ni leyes, ni decretos, ni medidas de cualquier tipo que se implementen, están condenadas al fracaso, porque no van a las raíces del problema, que constituye y es el resultado de un sistema económico obsoleto y poco funcional. Los cubanos requieren tener garantizada la alimentación, no pueden seguir esperando el rosario de promesas que los portavoces del sistema le venden como soluciones.

El estómago no se llena con promesas, requiere alimentos y la dictadura no tiene formas de garantizarlo. Y es que la cacareada economía planificada del socialismo, es sencillamente una utopía en la mente de sus portavoces, que al final no garantizan el bienestar de la mayoría, solo son un medio de vida de unos pocos, quienes llegan a convertirse en verdaderos parásitos. Al respecto sentenció con magistral precisión Albert Einstein: “una economía planificada no es socialismo, ya que puede ir acompañada de una burocracia que lleva a la esclavización al individuo". Esa es la realidad.

 

Publicado originalmente en la edición 187 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano

 

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