Para la mayoría de las personas envejecer en Cuba es un verdadero castigo y un reto que pocos llegan a solventar de manera digna, debido a que los adultos mayores son uno de los sectores que menos ingresos reciben. La devaluación del peso cubano motivada por la incapacidad del régimen cubano y los continuos errores de su aparato económico en la implementación de medidas como por ejemplo el Ordenamiento, han dejado a los ancianos jubilados en una posición muy desventajosa y hasta vulnerable.

No son pocos los abuelitos que deben buscar un trabajo o realizar alguna actividad que les garantice ingresos extras para poder comprar aunque sea el mínimo de lo que necesitan para vivir. Otros acuden a la caridad de las personas pidiendo limosnas o algo para comer en los parques y lugares públicos de nuestras ciudades.

Las iglesias y organizaciones religiosas toman protagonismo de manera muy positiva en estos momentos tan difíciles, brindando atención y garantizando comida, medicamentos, ropa y calzado, de manera gratuita a los más desprotegidos. Todo esto gracias a donaciones que llegan mayoritariamente de entidades benéficas y personas radicadas en el extranjero. Miguelina Armenteros, una anciana de 76 años jubilada del sector del comercio y residente en las cercanías del ferrocarril, le aseguró a nuestro medio, que gracias a la iglesia católica y a las personas vinculadas a esa institución ella está con vida.

"Soy viuda y mi hijo falleció en un accidente hace mucho tiempo, yo solo gano 1500 pesos y eso de poco me sirve. De la iglesia recibo la comida y los medicamentos que necesito por mi enfermedad del corazón, si fuera por el Estado hace mucho que no estaría con vida”, aseguró. Omara Ramos, miembro de la iglesia del Parque El Carmen, le informó a nuestro medio, que ellos atienden a más de 180 ancianos que viven solos y no cuentan con la ayuda de las instituciones del gobierno o de sus familiares.

“A lo largo y ancho del país la Iglesia católica gestiona varios programas de ayuda a las personas de la tercera edad que están en una posición vulnerable. También lo hacemos con enfermos encamados, brindando no solo ayuda material, también acompañándolos en sus ingresos hospitalarios o atendiéndolos durante su convalecencia”, explicó.

La señora Ramos dijo, que según datos que la iglesia posee, más de un 20% de la población cubana supera los 60 años y que debido a la migración hacia el extranjero, cada día aumenta el número de adultos mayores que no tienen apoyo de sus familiares.

Publicado originalmente en la edición 106  del medio de comunicación comunitario del ICLEP,  Páginas Villareñas.