Foto de Daniel Camejo López en Unsplash
Por el periodista ciudadano Daniel Camejo López
Jan 24, 2024 | 10:30 AM
El libreto del régimen, el modo en que atiende las urgencias del pueblo, no por archiconocido deja de impresionar. Es un modo único de proceder, que en la actualidad se presenta con demasiada frecuencia en el sector sanitario, aquel sector considerado desde antaño como logro de la Revolución. En cuántos renglones se divide este libreto oficialista.
Esencialmente, en tres: negligencia de las autoridades, catástrofe debida a la indolencia y, para cerrar, derroche de propaganda en pos del socorro a los damnificados; cuando todo este proceso puede desaparecer eliminando la primera etapa del libreto.
Ante una situación de propia negligencia y posterior accidente, dígase derrumbe de inmuebles u otros, la avalancha de esmerada preocupación en el lugar de los hechos de cuantos coroneles y barrigones del Gobierno y del Partido hay por los alrededores abruma. Mucha cámara de televisión para los jerarcas.
Ahora mismo está sucediendo en el departamento de rayos X del Hospital Pediátrico José Ramón Martínez Álvarez en el municipio artemiseño de Guanajay. Lamentablemente, este centro se encuentra en lista de espera para la repetición del libreto del régimen.
Los peligros de un accidente fatal están latentes, debido a las filtraciones en el local donde se encuentra emplazado un equipamiento que requiere fluido eléctrico de alta tensión. Esto sucede en un lugar donde el objeto social está dirigido a niños.
Como sabemos, agua y electricidad no pegan; salvo que sea agua destilada, que no es el caso: esta viene del cielo. Ahora, ¿una prensa cuya verdadera función sea tributar a la verdad en bien de la comunidad donde está enclavada no pondría el ojo en este asunto? Claro que sí, pero sucede que la única función de los medios oficialistas es mostrar supuestos logros de la Revolución, para esto reciben un salario.
La otra cara de la moneda sobre el tema en cuestión, por qué se tilda de mercenaria a la prensa ciudadana al servicio de las reales necesidades del pueblo cubano. El ejemplo de este Pediátrico es más que evidente. Aquí puede morir un niño, resultado de las negligencias del poder.
Poner el foco en esto es más que un deber, es humanidad. Viene de lo más hondo de aquello que se define como servidores públicos. Las cámaras de televisión se las dejamos a quienes tienen poco que mostrar. El dolor de una madre no se mide en audiencia televisiva.
Publicado originalmente en la edición 208 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa