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Los apagones jimaguas: el último bosal del régimen cubano

Foto de Ricardo IV Tamayo en Unsplash

Por el periodista ciudadano Leinier Álvarez García

Jan 2, 2025 | 10:20 AM


Mientras Cuba se hunde por horas bajo el acoso de los apagones que se extienden hasta por 20 horas diarias, donde no solo está paralizada la actividad productiva y de servicios a lo largo y ancho de la Isla, el descontento social no se queda detrás; burbujea en cada rincón del país y amenaza con desbordar la copa a lo 11 de julio del año 2021 (11J).

Ante esta situación, a La Habana, sin nada en mano a corto término que dé respiro a un pueblo asfixiado por más de 65 años y sin esperanzas de mejoras a medio plazo, no le queda de otra que reinvertirse en la represión.

Ser ingeniosos en la búsqueda de métodos que les permita mal controlar el posible desboque del contexto de crisis nacional. Para esto, el régimen ha implementado los apagones jimaguas: cortes simultáneos, con similar cantidad de horas, del fluido eléctrico e Internet; como si hubieran nacido a la misma hora y sin minutos de diferencia del vientre de la dictadura.

Comunidades enteras se quedan por largos periodos de tiempo sin corriente e incomunicadas. Esto es, a oscuras de verdad; sin saber de nada ni de nadie, incluso, ni de familiares hospitalizados en estado de gravedad en los hospitales.

El temor de los que mandan en Cuba viene por la experiencia del 11J en el municipio San Antonio, donde gracias a las redes sociales el país se convirtió en un hervidero en cuestiones de minutos. Y hoy, la leña está más seca que nunca y a lo largo de todo el territorio nacional, solo basta un potente chispazo; y ellos lo saben. Todo sugiere que ese es el principal temor de la dictadura cubana en estos momentos.

No importa que a la falta de comida, medicina, transporte, a los bajos salarios, al acoso de la inflación, a bancos y otros servicios cerrados por falta de fluido eléctrico, se le una la terrible oscuridad del apagón, el calor y los mosquitos que no dejan dormir, ahora también se agrega la carga psicológica por no saber de la suerte de un familiar que se debate entre la viva y la muerte en un hospital. Quizás, mientras por alguna razón eventual se ría ya el pariente esté muerto, y eso nunca dejará de pesar.

Lo anterior está sucediendo en estos momentos y es la única propuesta de solución de los gobernantes cubanos para mantenerse en el poder como sea, aplastar sin misericordia a un pueblo agobiado a causa de la mala administración de décadas; después que en 1959 este país se convirtió en un botín de guerra de quienes bajaron de las montañas orientales.

Hoy, de constantes inventos para no caer vive la dictadura, pese a que desde hace rato han perdido el corazón del pueblo cubano. Entonces, solo les queda rehacerse en represión. En este caso, el último bosal del régimen de la Isla: los apagones jimaguas.


Publicado originalmente en la edición 230 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa

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