Foto de Ricardo IV Tamayo en Unsplash
Por la periodista ciudadana Yaquelin Herrera
Jul 25, 2025 | 10:00 AM
Abraham Lincoln expresó en una ocasión que puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo. Esta resulta una gran verdad, porque al final la verdad dale a flote como suelen decir muchos.
Durante más de seis décadas el régimen cubano ha empleado un discurso manipulador y demagógico para engañar al pueblo cubano y someterlo bajo el estandarte de un sistema comunista violento y humillante, discurso cargado de promesas de mejoras y justicia social que no acaban de vislumbrarse, porque son parte de la farsa política de una elite que propone y pide resistencia cuando su único fin es vivir como burgueses acomodados.
Las últimas intervenciones de los gobernantes de la isla, incluyendo el recién concluido pleno del Partido Comunista, han resultado vacías para la población cubana, que ya no cree en la retórica oficial ni en las promesas repetidas de siempre.
Los ciudadanos, cansados de un prolongado engaño, rechazan los discursos huecos que pretenden disfrazar la realidad. Mediante sutiles estrategias políticas, el régimen se ha presentado como defensor de la libertad y la justicia social, intentando ganar adeptos para su causa y proyectarse como el “superhéroe” de los sectores más pobres. Cada año, los voceros del sistema prometen un futuro mejor que nunca llega.
Esta narrativa se ha mantenido inalterable durante más de seis décadas, convirtiéndose en un recurso desgastado y sin credibilidad ante una ciudadanía cada vez más desencantada. La mentira oficialista ha comenzado a hacer realidad el viejo aforismo que reza: todo partido político muere al final por haberse tragado sus propias mentiras, esa es la realidad del Partido Comunista. Pero de todo este engranaje mañoso ha salido una irrefutable realidad.
El régimen cubano ya no logra engañar a nadie, pues los cubanos no creen ni una sola de sus promesas y han comenzado a responder y enfrentarlo. Cada ciudadano de este país, víctima de abusos, ha comprendido una verdad dolorosa: el socialismo en Cuba tiene como función y propósito elevar el sufrimiento humano al máximo nivel.
Los viejos tiempos y portavoces de tan absurda ideología política que sustenta el odio y la falta de libertades, y que hizo a todos los cubanos iguales, pero en la miseria y pobreza, ya ha comenzado a caer y es cuestión de tiempo que el colapso final se produzca y se abra una época de cambios y renovación en la amada Cuba.
Publicado originalmente en la edición 205 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano.