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Por la periodista ciudadana Maribel Aquino
Aug 13, 2024 | 10:00 AM
El régimen cubano ha puesto en vigor nuevas medidas económicas en los últimos días, en un nuevo intento de controlar la inflación creciente que se vive en la isla, entre estas nuevas medidas se encuentra la puesta en vigor de la Resolución 225, la que establece la regulación de los precios a seis productos básicos comercializados por las mipymes, entre ellos el pollo, aceite, leche en polvo, pastas alimenticias, salchichas y detergentes, a las cuales les estableció un precio límite.
Para establecer estos precios las autoridades del Ministerio de Finanzas y Precios (MFP) establecieron hasta un 30 % de margen de ganancia sobre costos y gastos, siempre que no excedan los precios definidos en la Resolución.
No obstante a la intención oficial, en la práctica esta medida no ha dado un resultado favorable a la población, pues con el establecimiento de los precios a estos productos se legaliza el aumento de su valor y en aquellos lugares donde se comercializaban por debajo del precio acordado se han vuelto a subir.
Este nuevo disparate en materia económica, sigue atacando los efectos de los problemas económicos y no sus causas. Resulta imposible regular los precios minoristas de los productos, si no existe una producción material suficiente que permita su regulación.
Los precios del mercado surgen sobre la base de la ley de oferta y demanda. Cuando los salarios son inferiores a la media, el poder adquisitivo de la población disminuye y esto unido a la inflación convierte la vida de la población en un verdadero calvario.
El régimen cubano no acaba de entender que su sistema político carece de una sólida base económica que le sostenga. La solución a los problemas económicos que hoy afectan a millones de cubanos, no pueden ser recetas oficiales forzadas desde posturas económicas anticientíficas. La economía es una ciencia y en ella está prohibido inventar formulas, porque opera según leyes que no se pueden violar y de hacerlo hay que asumir sus consecuencias.
Publicado originalmente en la edición 185 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano