Jordan Marrero Huerta y Ludislay Morales Sánchez. Captura de video de Facebook / Yonimiler Del Rio Polo
Por ICLEP
Oct 15, 2024 | 8:00 AM
La activista del Partido Demócrata Cristiano Ludislay Morales Sánchez permaneció más de cuatro meses en la prisión para mujeres El Guatao sin que se realizaran acusaciones o un juicio en su contra, el motivo, haber ido a la capital del país a protestar pacíficamente frente al Ministerio de Justicia por la libertad de los presos políticos, entre ellos su esposo, y las pésimas condiciones en las que se encuentra este en la cárcel de Kilo 9 en Camagüey.
En un video en la red social Facebook junto a Jordan Marrero Huerta, presidente del Partido Demócrata Cristiano, la joven de 31 años que vive en el municipio Sibanicú, provincia Camagüey, relató que el pasado 17 de mayo fue detenida en La Habana mientras realizaba su protesta pacífica.
“Supuestamente me iban a trasladar a mi provincia, pero nunca vine para acá, me metieron presa en El Guatao, la Prisión de Mujeres de Occidente. Allí estuve cuatro meses y pico, 11 semanas sin comunicación, no me decían nada, yo preguntaba algo y no me decían nada”, dijo la activista.
Sobre las condiciones en que permanecen las presas en esa cárcel añadió: “Ahí se vive lo más feo del mundo, las condiciones son peores, no hay agua, no hay comida, a las presas las tratan como perros, les dan golpes, ahí el abuso es constantemente, no solamente físico sino de palabras también porque te traumatizan, te dicen ‘no vas a hacer eso porque si no te quito tus niños’ como me dijeron a mí”.
“Yo al final estuve presa por gusto, porque nunca tuve un delito, nunca tuve una causa, simplemente porque obtuvieron informaciones mías y para que no dijera más nada, para dejarme como en coma fue que me metieron presa (…) Al cabo de cuatro meses fue que me sueltan”, aclaró Ludislay, quien recalcó que durante 11 semanas le negaron su derecho a realizar una llamada telefónica y estuvo sin poder comunicarse con su familia.
Jordan Marrero Huerta constató que fueron momentos muy difíciles también para la organización porque desconocían su paradero: “Sabíamos que estaba protestando pacíficamente, pero estuvimos más de dos meses llenos de incertidumbres por ella y por sus hijos”.
Además de detenciones arbitrarias y encarcelamientos, muchos activistas y ciudadanos en Cuba reciben condenas de varios años en prisión por protestar pacíficamente contra el régimen o por denunciar la realidad de la isla. Tras las manifestaciones del 11J en buena parte del país, se ha vuelto recurrente el hecho de que se lleve a juicio bajo acusaciones infundadas a todo aquel que públicamente ejerza su derecho a la libre expresión.