Foto de Priscilla Du Preez 🇨🇦 en Unsplash
Por la periodista ciudadana Irma Acosa García
Feb 9, 2024 | 2:00 PM
Inés Martínez Suarez, una especialista en Medicina General Integral que prefirió dejar su profesión de médico para dedicarse al comercio de ropa reciclada, le contó a nuestro medio comunitario los motivos que la llevaron a tomar tan importante decisión.
¿Cuáles fueron los motivos que la indujeron a cambiar una profesión tan importante y prestigiosa por el de vendedora de ropa en una pequeña tienda privada?
Creo que ninguna profesión es menos importante que las otras si esta garantiza el bienestar que uno busca en la vida. Trabajé como médico en un consultorio de la familia por más de 15 años y nunca me sentí bien, no solo desde el punto de vista económico, también como profesional. Por eso decidí comenzar a vender ropa.
¿Puede explicar que le faltó a usted para sentirse realizada en su trabajo como médico?
Muchas cosas, lo primero fue que sólo me pagaban 5000 pesos cubanos y eso no me alcanzaba ni para comprarle dulces a mis dos hijos. También la escasez de recursos para garantizar la salud de los pacientes y la falta de apoyo de los dirigentes, eso hacía que uno se desmotivara. Es muy duro ver morir a las personas por eso, lo que sucedió durante la pandemia de Covid 19, fue la gota que colmó la copa y demostró el verdadero rostro de la salud pública cubana.
¿Se siente feliz y realizada en su actual trabajo?
Es muy difícil ser feliz y sentirse completamente realizado en este país, la crisis tan extrema que estamos viviendo y la incapacidad del Estado para encausar la economía nacional, impiden eso. Creo que ahora estoy mucho mejor que antes, porque soy la dueña de mi negocio y puedo garantizar una vida mejor para mi familia.
¿Qué opina del éxodo de los profesionales de la Salud hacia otros trabajos?
Creo que va a continuar hasta que no se garanticen mejores condiciones en los hospitales y demás centros de salud, lamentablemente el gobierno invierte en hoteles para el turismo internacional y no en la salud pública, eso le está pasando factura con el personal de ese organismo.
¿Piensa que en algún momento pueda retomar su profesión y volverse a poner una bata blanca?
No pierdo las esperanzas aunque tampoco me quita el sueño. Lo que sí puedo asegurar es que hasta que los médicos que trabajan en Cuba no puedan vivir dignamente de su trabajo, no pienso hacerlo.
Publicado originalmente en la edición 111 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, Páginas Villareñas.