Foto de Einar H. Reynis en Unsplash
Por la periodista ciudadana Manuela Pérez
Aug 2, 2023 | 1:00 PM
Me gustaría empezar este artículo de opinión de una forma diferente, me gustaría invitar a todo el que lo lea a que reflexione y piense: ¿hasta cuándo vamos a seguir permitiendo que la dictadura nos siga quitando cosas? Hemos perdido la libertad, la ideología, el valor de antaño y ahora hasta la alegría que siempre ha caracterizado al cubano, esa que nos otorgó la condición de ser los únicos en el mundo que se ríen hasta de sus propias desgracias.
Hoy, esto ya no es tan así, ya el cubano apenas ríe y si lo hace es por no llorar; porque seamos honestos, como está la vida lo menos que tiene uno es deseos de reír. Hay que estar aquí, ver con nuestros propios ojos en lo que ha quedado este país después de 64 años de comunismo, y lo más triste es no tener la certeza de hasta cuándo va a durar este augurio que nos consume el alma poco a poco.
Siempre se ha dicho, y no hay nada más cierto, que la solución a todo esto está en nuestras propias manos, nadie nos va a quitar el yugo de encima, somos nosotros los únicos responsables de sacudirnos ese miedo que aún queda a lo que pueda pasar y dar el enorme paso hacia un futuro mejor.
Sólo esperemos que el día que tomemos el valor que falta para dar tal paso no sea demasiado tarde y que aún podamos rescatar a este país del fango donde por tantos años lo ha metido la dictadura ladrona y brutal, que ha quitado de cada rostro cubano hasta el brillo y la alegría de vivir.
Volvamos a ser esos cubanos jocosos y ocurrentes, elocuentes, familiares y divertidos que antaño fuimos y no lo que somos ahora, que sólo muestra lo peor del ser que se siente oprimido y obstinado por la forma en que vive, seamos dueños de nuestro destino y no esclavos de nuestro presente.
Publicado originalmente en la edición 151 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, Cimarrón de Mayabeque