Foto de Ban Yido en Unsplash
Por la periodista ciudadana Idania Pérez
Oct 13, 2023 | 1:00 PM
Es de sorprenderse cómo el régimen ha abandonado algunas playas de la provincia pinareña, convirtiéndose estas en ruinas destruidas por las inclemencias meteorológicas. En menos de dos años las playas de la provincia, entre ellas Boca de Galafre y Bailén han sufrido el embate de dos ciclones tropicales que hicieron grandes estragos, mientras tanto la dictadura no se ha manifestado en ningún momento para tratar de llevar a la normalidad estos lugares de esparcimiento, a los cuales únicamente puede ir el cubano de a pie.
No es que estas hayan sido en algún momento las mejores playas de la provincia ni algo por el estilo, pero eran los lugares donde se podía ir en familia a respirar aire puro y divertirse junto a los más pequeños de casa.
Hoy el agua está llena de sargazos a tal punto que la población no se puede bañar, la orilla llena de piedras, escombros de las casas destruidas y vidrios por lo que no se puede caminar sin zapatos porque resulta un peligro.
Los mosquitos es el otro punto que atemoriza a la población, son enjambres que ni con ventiladores encendidos se calman, según las personas que viven en la zona aparecieron por el ciclón; en fin, ir en estos momentos a una de estas playas es una gran tortura.
Todo podía ser diferente si la dictadura le prestara atención a estos centros recreativos, podía limpiar el agua, la arena, fumigar, podía dejar todo como antes, no me refiero a lujos porque eso sé que sería imposible cuando de las manos del régimen depende, pero sí un lugar donde a las personas les diera gusto ir y poder pasarla bien al menos como antes.
Para la dictadura es sólo posible crear hoteles de lujo para el turismo, reparar los que con el tiempo van decayendo por ser estos los que garantizan las divisas para sus bolsillos, mientras tanto el cubano de a pie se queda sin opciones para poder vacacionar en su propio país.
Publicado originalmente en la edición 264 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, Panorama Pinareño