Foto tomada de Cuba Noticias 360
Por la periodista ciudadana Silvia Alonso Urrutia
Sep 5, 2024 | 10:00 AM
Hoy, el tema de las mipymes en Cuba es pan nuestro de cada día. Los debates sobre el asunto suben y bajan como bandera que iza y afloja, pero se mantienen. ¿Qué sucederá con la naciente propiedad privada en la Isla? ¿Llegará la sangre al río?, como suele decirse. Esas son las preguntas, cuando la incertidumbre en la Isla crece.
Para nadie es secreto que en estos momentos las mipymes se han convertido en el “patico feo” de la economía cubana. El régimen de una forma u otra siempre las está arrinconando. Pese a que oficialmente no se ha dicho nada contra las mipymes, la persecución velada es notable. Manejar la idea de que las mipymes son responsable de la actual crisis económica en el país, por cierto, imagen recurrente, es un absurdo. Ellas surgieron en contexto de recesión e inflación, con la idea de apoyar a la empresa estatal.
Surgen por necesidad, por la incapacidad del régimen de producir bienes, de lo contrario no estaríamos hablando de ellas. Pero vayamos por parte, esta propuesta de iniciativa privada empresarial nace el 1 de enero del año 2021 con el inicio de la Tarea Ordenamiento, tarea que de por sí perturbó la frágil estabilidad monetaria de que gozaba el país, como aseguran los especialistas en el tema. En concreto, de qué se le acusa al naciente sector privado de la Isla.
Los cargos van desde los altos precios hasta de hacer mellas en la implementación de la bancarización forzada; donde hoy ni los jubilados pueden acceder a sus pensiones por falta de efectivo. Pero, detallemos en la marcha. Las mipymes necesariamente tienen precios altos porque deben ir al mercado informar a comprar divisas, el Gobierno no se las vende; además de adecuar valores de venta en función de los fluctuantes precios de los productos que adquieren en el mercado exterior.
Con respecto a la bancarización, si el sector privado deposita su dinero en el banco, con qué comprar las divisas. Lo lógico sería, pensando fuera del ordene y mando de los castristas, que si usted pone su dinero en el banco también pueda adquirir las divisas en ese lugar.
No obstante, hay otro elemento: la desconfianza en los bancos cubanos. Una persona cualquiera que deposite dinero en sucursales bancarias de la Isla cuando precise de él no puede retirarlo, al menos como lo depositó.
Conclusión, hoy no hay confianza en el sistema financiero cubano. Por tanto, en un contexto de país en bancarrota y camino a la ruina total, donde la empresa estatal es incapaz de enrumbar el camino hoy existen más de 300 empresas estatales con pérdidas, según palabras de Manuel Marrero, la cruzada contra las mipymes tiene pies cortos. Diezmar el sector privado a través de mecanismos de presión como topar precios y otras restricciones solo nos regresará al inicio, e incentivará el mercado negro.
Pudiera decirse, nos regresará a las mipymes clandestinas de esquinas; que son: callejeras, altamente dispersas, ilegales, generan escasos empleos y no pagan impuestos. Conclusión, es regresar el caos que teníamos antes del año 2021.
La solución a vista se sabe para quien no tiene con qué responder a los actuales desafíos del país, y vendrá en aprovechar la actual fiebre ciudadana de negocios privados, bajar precios a partir de incorporación de nuevos actores económico no estatales; y que la masividad de gestores particulares, el mercado, se imponga.
Llegará un momento para el régimen que la única carta será esta, incentivar la iniciativa privada, de lo contrario nada detendrá el desplome de la vida en la Isla. De ahí, que desde hoy se vea claro: la actual ofensiva revolucionaria contra las mipymes no llegará al río, menos la sangre.
Publicado originalmente en la edición 243 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, Amanecer Habanero