Vigilancia a las afueras de la vivienda de Jorge Fernández Era. Foto tomada de su perfil en Facebook.
Por ICLEP
Oct 21, 2024 | 1:15 PM
En medio de la crítica situación que se vive en Cuba a raíz del colapso del Sistema Electroenergético Nacional (SEN) que mantiene al país en apagón generalizado, el régimen destina recursos a vigilar, acosar y reprimir a periodistas y colaboradores de medios independientes y del ICLEP.
Impensable para muchos resulta que, en un país sin electricidad, sin combustible, sin agua, sin gas, donde miles de familias permanecen a oscuras y viendo como la poca comida que tienen se les echa a perder, el gobierno se dedique a mandar represores a las viviendas de los periodistas para acosarlos, ponga patrullas a las afueras de sus casas y despliegue sus fuerzas represivas en las localidades donde los ciudadanos han salido a las calles a protestar.
La directora del medio de comunicación comunitario del ICLEP El Espirituano, Orlidia Barceló Pérez, permanece bajo vigilancia en su domicilio sin poder salir desde hace cuatro días. Quienes la han estado vigilando son las militantes del Partido Comunista conocidas como Marilú Hernández y otra señora de nombre Georgina que son sus vecinas, y los policías Luis Medina y Norvis. También el periodista de ese medio Pedro Luis Hernández está bajo vigilancia en su casa.
Juan Manuel Moreno Borrego, director del medio comunitario Amanecer Habanero, fue visitado en su casa en la noche del domingo 20 de octubre por dos oficiales vestidos con uniformes del Ministerio del Interior y que se identificaron con un carnet que decía G2 y le dijeron que no puede salir durante las protestas que ocurran.
“Ayer sobre las 10 de la mañana vino un oficial que no me dijo el nombre solo que era el nuevo jefe de sector y me dijo que me mantuviera dentro de la casa que evitara salir y que evitara los grupos de personas”, denunció Mabel Páez, directora del medio El Majadero de Artemisa perteneciente también al ICLEP.
Además del acoso y la vigilancia, los directores de estos medios permanecen sin servicio de internet debido a la falta de electricidad.
El colaborador de CubaNet, Adelth Bonne Gamboa describió en su perfil en Facebook el acoso del que es víctima en medio de los apagones: “52 horas de apagón y aun no llega, toda mi comida se pudrió, no tengo un nervio sano, cada una hora pasa una patrulla por mi casa se parquea y suena la sirena, mis vecinos me avisan corriendo, ellos han estado al pendiente, pero yo desde mi casa los escucho”.
El escritor y periodista Jorge Fernández Era también denunció que el pasado día 18, fecha en la que realiza su habitual protesta pacífica, estuvo bajo vigilancia: “Anuncié para el 18 que Laide y yo andaríamos de aniversario y, a pesar del derrumbe del país, se aparecieron cada invitados a la fiesta... El patrullero y las motos respectivas estuvieron ahí desde el amanecer hasta pasadas las seis de la tarde”.
Desde el pasado septiembre, la Seguridad del Estado ha desarrollado toda una escalada represiva contra periodistas y colaboradores de la prensa independiente y los medios del ICLEP. Varios se han visto obligados a renunciar públicamente en redes sociales ante los interrogatorios y amenazas de la policía política. La pasada semana, Juan Carlos Sáenz de Calahorra escribió en su perfil de Facebook: "Hoy, 17 de octubre, renuncio a colaborar en todo medio de prensa no acreditado en Cuba". Su mensaje es muy similar al que varios colaboradores han publicado en días recientes.
La represión de la dictadura también tiene en el punto de mira a todos aquellos que se atreven a protestar en las calles por la situación que se vive en el país. El pasado 1 de octubre, tras 14 horas de apagón, residentes de la localidad del poblado azucarero Argeo Martínez en Guantánamo salieron a manifestarse con cacerolazos y gritando consignas antigubernamentales.
Según un reporte de la organización Cubalex, “oficiales de la PNR, la Seguridad del Estado y autoridades del gobierno provincial en Guantánamo se presentaron en el lugar para intentar sofocar la protesta”. Un día después comenzaron los operativos de vigilancia y represión en esa provincia para intentar contener el impulso de las protestas y su divulgación en las redes.
El miembro del Partido Unión por Cuba Libre (PUNCLI) y gestor del Proyecto Emilia, Juan Luis Bravo Rodríguez, denunció el corte del servicio de internet y vigilancia a las afueras de su vivienda. El activista Miguel Ángel López Herrera también estuvo bajo vigilancia de la Seguridad del Estado y grupos paramilitares y su vivienda fue agredida con piedras. Niober García Fournier, periodista independiente, estuvo bajo vigilancia del oficial conocido como Víctor Víctor y un miembro del INDER en los alrededores de su casa.
Tras las protestas que este fin de semana volvieron a desatarse en barrios de La Habana, Santiago de Cuba y Villa Clara a causa del apagón generalizado, el gobernante Miguel Díaz-Canel Bermúdez amenazó con reprimir estas manifestaciones: “No vamos a aceptar ni vamos a permitir que nadie actúe provocando hechos vandálicos y mucho menos alterando la tranquilidad ciudadana”.
Los “hechos vandálicos” a los que se refiere el presidente, no son más que las protestas que lleva a cabo el pueblo en legítimo derecho a ejercer su libertad de expresión y reclamar a un gobierno ineficiente por la crisis que consume al país.