La Habana, Cuba - Más de 200 familias cubanas denunciaron en el mes de noviembre que sus seres queridos se encuentran en condiciones precarias, sin alimentos ni medicamentos y recibiendo abusos por parte de las autoridades carcelarias.

La supervisora del Centro de Derechos Humanos en Cuba, Martha Beatriz Roque Cabello, dijo a Martí Noticias que de las 230 familias de presos políticos entrevistadas, todas se quejan de que estos prácticamente no tienen comida en la prisión. “Dos cucharadas de arroz y chícharos con agua en algunas ocasiones, y muchos presos están desnutridos, como es natural”, describió.

Roque Cabello hizo alusión a los numerosos trasladados para penales lejos de sus provincias de residencia como castigo, pues dificulta las visitas familiares. Precisamente mencionó el caso de Eider Frómeta Allen, activista de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) y encarcelado desde el 2019. A Frómeta Allen lo tenían recluido primeramente en el penal de Kilo 8, en la provincia de Camagüey, luego fue trasladado para el Combinado de Guantánamo y desde hace seis días fue enviado para la cárcel de Boniato, en Santiago de Cuba.

Con respecto a la escasez de medicamentos, la opositora mencionó la precaria situación de Marlon Noval Alonso, manifestante del 11 de julio de 2021 (11J) que cumple una condena de 10 años en la prisión de Guanajay, en la provincia de Artemisa. El preso político es bipolar y tiene trastornos psiquiátricos, y se encuentra sin medicamentos, entre estos la thioridazine, un antipsicótico que se usa para tratar la esquizofrenia, los trastornos psicóticos y depresivos, entre otros.

En el informe del Centro de Derechos Humanos en Cuba también se registran testimonios de presos políticos que han sido maltratados físicamente, en la mayoría de los casos, por presos comunes. “Hemos visto presos de 60 y pico de años golpeados, presos jóvenes golpeados, un preso con el tabique roto, por ejemplo al mismo Jorge Bello, lo tiraron contra una pared y le echaron en la cara spray, le ocasionó un problema en un oído. La sensación que se puede tener de todo esto, es que cada vez hay un incremento de la represión contra los presos políticos dentro de las prisiones”, refirió Roque Cabello.

La ex presa política del Grupo de los 75 se refirió al caso de Luis Frómeta Compte, de 61 años, condenado por su participación en el 11J. Frómeta Compte tuvo que ser internado en el hospital Calixto García porque fue agredido físicamente el pasado 30 de noviembre por un grupo de reclusos comunes que operan bajo las órdenes de los directivos del penal Combinado del Este.

Finalmente, la supervisora del CDH en Cuba se refirió a la negación del régimen de mínima severidad a presos políticos que mantienen una postura antigubernamental o a los que sus familiares se pronuncian en las redes.