Artemisa, Cuba - Las familias identificadas como “casos sociales”, eufemismo utilizado por el régimen para catalogar la miseria, van aumentando en la medida que transcurre el tiempo y azotan nuevos eventos meteorológicos.

Según cifras oficiales aparecidas en el semanario El Artemiseño, los casos pendientes de ayuda por parte del gobierno superan, después del azote del huracán Ian, los doscientos; de los cuales el 80 % pertenecen a zonas alejadas de la ciudad.

“Perdí la esperanza de que me den el subsidio. Cada día veo que hay más casas en pésimas condiciones y el gobierno nada. Estoy viviendo en un antiguo motel, el Geisha, sin apenas condiciones, donde nos reubicaron junto a otras seis familias”, declaró a El Majadero de Artemisa la damnificada Aleida Ríos Curbelo.

La artemiseña dijo, además, que cada familia con el paso del tiempo, más de diez años de damnificada, fue acondicionando el lugar, sito en la calle Colón final, esperando por la promesa del gobierno.

“Yo estoy igual que Aleida, nosotros somos vecinas desde hace años y vivimos en condiciones pésimas, pero no podemos arreglar mucho porque esto pertenece al gobierno y no tenemos propiedad, además de no tener cómo hacerlo”, añadió Milagros Arévalo Martínez.

En una consulta de este medio con Armando Puentes Rojas, inspector municipal de Vivienda, dijo que ya el gobierno cumplió con darles a estas personas “un techo más malo o más bueno”.

Los principales afectados por los retrasos del sistema social cubano han sido los casos de residentes en zonas campestres, donde la ayuda rara vez llega y cuando lo hace, por lo general, es a medias.

Todavía en el 2022 quedan más de 100 casos pendientes de ayuda, desde hace 10 años.

Publicado originalmente en la edición 180 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa.