Artemisa, Cuba Trabajadores de la granja avícola Tomás Orlando Díaz ponen al descubierto el despilfarro cotidiano de huevos, debido a la falta de cartones  para el envase. Los huevos que se producen en esta unidad estatal, ubicada en el Kilómetro 11 de la Carretera Central, son retirados de las naves donde se encuentran las gallinas ponedoras, en cubetas plásticas, recipientes no aptos para asumir las sacudidas de la manipulación. Cuando se acumulan un número significativo de cubetas son apiladas encima de una carretilla para el traslado hacia el almacén.

Precisamente, durante el trayecto las irregularidades del camino quiebran una parte importante de los huevos. Alejandro Barreto Linares, trabajador de la granja y vecino de la calle Abreu, explicó a Majadero de Artemisa que hasta este 3 de marzo los pocos cartones que habían allí estaban destinados “al turismo, que es sagrado”, para la administración. “En cada cubeta caben 420 huevos. La cubeta va repleta hasta el borde y encima tiene otras, tienen que romperse cuando uno las lleva hasta el almacén. Es un desperdicio que da lástima con el hambre que hay en Artemisa”, añadió Barreto Linares. Asimismo, Sarah Inés Delgado González, residente en la calle República, expresó: “Por la cuota te venden solo cinco huevitos mensuales por persona.

Siempre hay una justificación: que no hay gallinas por el bloqueo, que el pienso hay que traerlo y no hay dinero, y por ahí pa’ allá cantidad de justificaciones, mientras botan los huevos en las granjas”. A la vez que en la Tomás Orlando Díaz buena parte de la producción se derrocha, en el mercado negro los artemiseños deben pagar por un cartón de huevos 1 500 a 1 800 pesos.

Publicado originalmente en la edición 188  del medio de comunicación comunitario del ICLEP,  El Majadero de Artemisa.