La Habana, Cuba, (ICLEP). Los precios de panes y dulces en la dulcería San José, ubicada en la calle Obispo entre Mercaderes y San Ignacio, en La Habana Vieja, parecen exhibidos para quienes posean una mina de oro y no para aquellos cubanos que dependan del mísero salario que paga el régimen a sus trabajadores.

“Allí todos los dulces cuestan más de 100 pesos, por las nubes. Es una cosa de locos. Los niños arman tremendo bateo, pero muchos padres no pueden”, explicó a este medio Flavia Fonseca Trimiño, vecina de la calle Coco, en 10 de Octubre.

La maestra Alejandra Morales Gil, residente en la calle 58 del municipio Playa, señaló a Amanecer que, en su caso como educadora, no puede darse el lujo de pasar con su niña pequeña frente a la dulcería de Obispo. “Un pedacito de tarta de coco 300 pesos y los otros dulces, por lo general, no bajan de 190, como si fueran de oro. Creo que no resistiría el llanto de mi hija. Es mejor que no se me olvide, porque hasta ese día daré clases”, agregó la pedagoga.

Por su parte, Gabriel Sánchez Columbié, funcionario del Gobierno de La Habana Vieja, dijo a comunicadores de Amanecer Habanero que “está de más aclarar” que la formación del precio del producto tiene que ver con la calidad de este “y, por supuesto, con el costo de las materias primas; además de los rigores de oferta y demanda”.

Al cierre de diciembre de 2022 el salario promedio en la ciudad capital cubana era de 4689.00 pesos, según datos del sitio web de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI).

Publicado originalmente en la edición 217 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, Amanecer Habanero.