La Habana, Cuba - Pedro Armando Junco López, escritor y periodista cubano, envió este martes una misiva pública al mandatario cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez, impulsado por las últimas apariciones televisivas del gobernante donde llama a escuchar las inquietudes del pueblo y tratar de resolverlas. El llamado de consolar y prometer beneficios a los ciudadanos pudiera tomarse como una estrategia política en medio de la actual y compleja crisis económica que atraviesa el país.

“La situación del país es insostenible. El pueblo está al borde de otro estallido social y su gobierno no cuenta con recursos –a no ser represivos– con qué resolver este caótico escenario”, expresó el intelectual en la carta, divulgada por la revista La Hora de Cuba.

Junco López, quien reside en la provincia de Camagüey, lamentó que el régimen cubano no ofrezca un espacio a las voces opositoras al poder político, mientras el desespero y la asfixia económica continúa golpeando a quienes residen dentro de Cuba.

“Lastimosamente, desde las voces del poder prácticamente se desconoce y silencia toda proposición opositora y se le tilda de enemiga o mercenaria, sin tomar en cuenta que los gobernantes inteligentes son dados a escuchar las críticas”, manifestó en la misiva al dictador.

Por otra parte, llamó a poner en libertad de manera inmediata a los prisioneros políticos que cumplen sanción injusta de privación de libertad en centros penitenciarios del régimen cubano y alertó sobre un próximo estallido antigubernamental, similar al ocurrido el pasado 11 de julio de 2021.

En agosto de 2020, el escritor publicó una primera carta dirigida al dictador cubano, y horas después fue expulsado de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), organización a la cual perteneció durante treinta años.

En aquel momento, denunció la implementación de tiendas en Moneda Libremente Convertibles (MLC) y recomendó una economía abierta con la intromisión del poder estatal.

En esta ocasión, además llamó al “reconocimiento oficial de una oposición pacífica con todas las garantías de respeto a sus derechos humanos y el diálogo franco y bien intencionado de ambas partes”, para abrir el camino de la estabilidad y el bienestar para toda Cuba, pacíficamente.

Al finalizar, hizo pública su propuesta para lograr una transición pacífica en Cuba.

Pasos previos:

1. Reconocimiento oficial de la oposición cubana.

Si el actual gobierno de Cuba quiere representar una genuina democracia, está obligado a reconocer a la oposición, ya que la palabra “democracia” desde su raíz griega, significa gobierno de las mayorías; por lo tanto, se desprende que cuando haya una mayoría, debe existir, forzosamente una minoría, o el concepto quedaría en un sinsentido evidente.

2. Respeto irrestricto a las libertades de reunión, prensa y manifestación, especialmente a toda manifestación pacífica que sea llevada a cabo mediante consignas, carteles, o cualquier medio masivo de información.

3. Libertad de todos los presos políticos del país.

4. Libertad económica sin ataduras estatales, para los principales campos productivos de servicios y bienes de consumo.

Segunda parte:

5. Consulta popular (plebiscito) verificable por instituciones no gubernamentales independientes, y extranjeras, con solo dos opciones: continuidad o cambio de sistema.

En caso de ganar el cambio:

6. Revocación de la constitución actual, y puesta en vigencia provisional de la de 1940.

7. Creación de nuevos partidos políticos con garantías y prerrogativas.

8. Elecciones en un tiempo no menor de seis meses ni mayor a un año después del plebiscito.

9. Otorgamiento del poder de manera pacífica y armónica a quien resulte ganador en las elecciones.