El cementerio artemiseño amaneció hoy con una nueva gaveta mortuoria profanada. Los detalles de este lamentable hecho apuntan a la desaparición del cráneo del difunto. Hasta entrada la mañana, sólo se sabía que una bolsa con restos humanos fue encontrada en uno de los laterales de la tumba saqueada, de donde fueron extraídos los restos.

La profanación de sepulcros en el cementerio de Artemisa, localizado en la calle 50 final, por años ha sido un suceso sin control; aunque con la agudización de la crisis que vive el país se han disparado los delitos de esta naturaleza. El móvil, los rituales de santería.

Eusebio Ramírez Consuegra, carpintero residente en la calle 50, achacó la causa del desastre en el camposanto, según detalló a los corresponsales, a la poca seriedad de Comunales para hacer cumplir su objeto social; aunque también indicó el dedo acusador a la policía, que nunca da con los autores de los hechos.

“En esta ciudad todo el mundo conoce a los santeros y los lugares donde se hacen las ceremonias. Son hechos públicos. Cuando se quiere se puede, pero no quieren tomar el toro por los cuernos. A que si se tratará de la oposición encontrarían la cabeza en dos minutos”, declaró al boletín el jubilado radicado en la calle Mártires, Demetrio Benítez Osa.

El jefe de departamento de Comunales, Carlos Mantilla Puig, dijo a los reporteros que ya se colocaron guardias de seguridad en el cementerio, pero que el perímetro es extenso y los delincuentes chequean los recorridos del custodio para cometer sus fechorías.

Publicado originalmente en la edición 214 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa