La puesta en vigor el pasado día 8 de julio de la Resolución Ministerial 225/2024, por parte del Ministerio de Finanzas y Precios, es un nuevo intento fallido del gobierno cubano de regular los precios desde el mercado, en vez de hacerlo desde la esfera productiva.

En un escenario complejo desde el punto de vista económico y financiero, el régimen estableció precios topados a seis productos básicos comercializados por las mipymes, entre ellos: el pollo troceado, las salchichas, pastas alimenticias, leche en polvo, aceites comestible y detergentes, los que se comercializarán por un precio topado, el cual no se puede alterar.

Esta nueva medida, que provocó fuertes debates a puertas cerradas entre representantes de mipymes y la viceministra de Finanzas y Precios, Lourdes Rodríguez Ruiz, ha sido calificada tras casi veinte días de estar aprobada, como un fracaso, que ha empeorado la crisis alimentaria de los cubanos, porque ha incidido en que alimentos tan importantes como el pollo se hallen hoy ausentes de los puntos de venta de las mipymes y se vendan en el mercado informal, a precios mucho más altos, a 3000 pesos el paquete, más caroque el topado.

Esta ausencia tiene sus razones lógicas. Estos precios, aunque se fijan a partir de un 30% de ganancia, no contemplan otros gastos para los emprendedores. Según los dueños de mipymes ellos pagan de impuestos un 55%, a esto hay que sumarles los impuestos de venta que pagan desde que importan el producto hasta el punto final, sin mencionar los impuestos al Ministerio de Comercio interior por el arriendo de locales, ni las comisiones que tienen que dejar a las empresas estatales importadoras.

Todos estos gastos, generan decisiones en los comerciantes del sector privado, cuya respuesta inmediata es no importar estos productos o retirarlos del mercado para especular en el mercado informal, lo que afecta directamente al pueblo.

Publicado originalmente en la edición 186 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano