La Habana, Cuba - El periodista cubano Alejandro Hernández Cepero quedó detenido el pasado martes por oficiales de Migración y la policía política, a su arribo al Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana, procedente de los Estados Unidos.

“Enseguida supe que me estarían esperando. Eso [cortar las comunicaciones] lo hacen cuando van a reprimir a alguien, para que nadie sepa lo que pasa con esa persona”, expresó el periodista a CubaNet, tras percatarse a su llegada que no tenía servicio de llamada, mensajería y datos móviles en su celular.

En el control fronterizo, un funcionario indicó que debía de esperar tras la línea roja como parte de un supuesto chequeo de rutina. Minutos después, otra funcionaria se dirigió al comunicador y se interesó por su estatus migratorio, a qué se dedicaba y con qué fin arribaba a Cuba, según contó al medio de prensa para el cual colabora.

“No pudo ocultar el choque que le provocó cuando le reclamé que ella sabía perfectamente que yo estaba regresando a mi casa, donde me esperaban mis dos hijos, de los cuales soy papá y mamá y que eso era algo de lo que ellos estaban plenamente conscientes”, manifestó.

Después del interrogatorio, la funcionaria orientó que le permitieran pasar el control fronterizo y posteriormente a recoger su equipaje, donde se percató que era vigilado.

En el área de equipaje, otro funcionario se acercó y retuvo por segunda ocasión su pasaporte, solicitándole que lo acompañará para una requisa a sus maletas.

“Literalmente, lo revisaron todo, pieza por pieza, como si buscaran algo. Casi me encueran”, expresó el pastor y periodista independiente.

“Fue una odisea, y cuando termino ahí, que pienso que ya todo va a acabar, llega otra oficial, muy joven y visiblemente apenada. Esta muchacha me conduce a la oficina de la Contrainteligencia (CI) en la Terminal 3, y allí fue que dieron la cara los que tras bastidores estaban moviendo los hilos”, dijo.

Hernández Cepero, viajó a principio de julio a los Estados Unidos junto a un grupo de líderes religioso como parte de una invitación para participar en diferentes eventos católicos.

En 2022, el Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa registró un hecho violatorio de agresión física y otro de restricción en el espacio digital contra el comunicador, por parte de la policía política en la isla.