Sancti Spíritus, Cuba, (ICLEP). La población del poblado de Tuinicu califica de negocio millonario el desvío de mieles y torula del central Melanio Hernández, hacia fincas particulares, por parte de jefes corruptos de esta industria y sus cómplices.

Estos productos utilizados para la alimentación animal, son sacados del central y de la destilería Paraíso, ubicada también dentro del central y trasladados en varias pipas hacia fincas particulares, para después venderlos. Según la fuente, un trabajador del central, que optó por el anonimato, cerca de diez pipas diarias son trasladadas desde el central y destilería a estas fincas, y pagadas a precio de estado por estos directivos corruptos.

"Eso lo sabe aquí todo el mundo, es un negocio redondo para estos jefes y sus camarillas, que también se salpican .Un tanque de veinte litros de miel de pulga hoy cuesta entre 1200 y 1300 pesos ,así que ya usted sabe lo que les da de ganancia", explicó Armando Lunas, residente en el poblado.

"Sabe lo que más nos indigna a todos los que vivimos en este lugar, pues mientras este pueblo se destruye cada día, los jefes de este central no invierten ni un peso en mejorar las condiciones de vida de sus habitantes, al contrario se la pasan robando a las dos manos, confesó Mariela Cáceres, vecina del lugar.

"A todas horas se venden cubetas de miel y torula en la cochiquera de la destilería, que por cierto ofrece muy poca carne a los trabajadores del ingenio", aseguró Renato Cordoví residente en el Tuinicú.

Este negocio, que involucra a varios directivos y personas de la comunidad, se realiza bajo supuestos contratos porcinos, los que le permiten sacar estos productos del área de industria hacia las citadas fincas, como supuestamente legal.

"Esto no es el único robo que sucede aquí. Del central sacan los sacos de azúcar por cantidades y eso lo saben los jefes, pues hay cámaras puestas desde hace meses", aseguró Félix Torrecilla, vecino de la comunidad.

Publicado originalmente en la edición 176 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano